martes, 6 de diciembre de 2022

El mito de la censura OVNI en el siglo XX revisado. HOMBRES DE NEGRO: UN EXAMEN CRÍTICO…



Por Chris Aubeck

La leyenda:

Los hombres de negro (o los “MIB”) son un símbolo de la cara oscura de la ufología. Alguien ve un OVNI, y al contárselo al mundo tres hombres vestidos de negro llegan en un gran coche negro para interrogar al testigo. Luego, el testigo se asusta tanto que nunca vuelve a hablar del suceso. ¿Cómo se integró esta idea en la ufología internacional? La respuesta a esta pregunta tiene dos partes, como veremos a continuación.

El primer hombre de negro

La primera referencia a un hombre de negro en un caso OVNI apareció en un caso conocido como “el asunto de Maury Island.” Este incidente ocurrió el 21 de junio de 1947, muy poco tiempo después del primer caso OVNI reconocido en el siglo XX. Para resumir el incidente en pocas palabras, un policía llamado Harold A. Dahl estaba navegando cerca de Maury Island con dos miembros de la tripulación, su hijo y un perro. Alrededor de las 2:00 de la madrugada, seis objetos redondos como donuts aparecieron en el cielo. Uno de los objetos pareció sufrir problemas mecánicos y cayó cerca del barco. Dahl llevó el barco a la orilla de la isla y empezó a sacar fotos de los OVNIs, y entonces el objeto averiado emitió pedazos de metal blanco y otra sustancia rocosa, algunos de ellos sobre el barco. El niño fue quemado por la caída y el perro murió.
Una vez recuperado, todos los platillos volantes se fueron y Dahl volvió a Tacoma, donde le contó el suceso a su jefe, Fred L. Crisman. El día siguiente, en casa, Dahl recibió la visita de un extraño. El hombre era de más de seis pies de altura y llevaba un traje negro. Su coche era un sedán Buick de 1947. El hombre quería hablar con él sobre su experiencia en el barco. Los dos fueron a desayunar juntos, y una vez en la cafetería el extraño dijo a Dahl que si quería a su familia y no quería que la pasara nada, no hablara de su experiencia con nadie.
El resto del caso es más complicado de describir, pero brevemente: Crisman escribió al editor de la revista Amazing Stories, Ray Palmer, para contarle la historia. Palmer pasó el caso a Kenneth Arnold para que escribiese un artículo sobre ello, y Arnold voló a Tacoma para entrevistar a Harold Dahl. Dahl le confesó a Arnold que ni él ni Crisman eran policías sino que se dedicaban a recoger basura del mar para venderla. Arnold llamó a las fuerzas aéreas y una muestra de la sustancia misteriosa fue entregada a los expertos. Arnold inspeccionó el barco y comprobó que no mostraba señales de haber sido dañado de la manera que los testigos declaraban.


La investigación

No cabe duda de que todo el suceso fue un fraude. Crisman ya había escrito a la revista de Palmer el año anterior con una historia absurda sobre una aventura en una cueva, relacionando su experiencia con el “Misterio Shaver,” un fraude de los años 40 en el que estaban implicados seres superiores que vivían debajo de la tierra. En 1956, el Capitán Edward J. Ruppelt publicó un informe sobre las investigaciones ufológicas de las Fuerzas Aéreas norteamericanas, The Report on Unidentified Flying Objects, en el que dice que Dahl y Crisman confesaron a investigadores militares que todo el caso había sido un fraude. Los fragmentos oscuros fueron identificados como escoria fundida de una fábrica y el metal resultó ser aluminio para la fabricación de aviones. Antes de su muerte, Crisman cambió su historia. Según la nueva versión, fue un avión americano el que dejó caer sustancias radioactivas, lo cual es interesante porque existe la posibilidad de que la escoria hubiera procedido de la fábrica de Hanford, ubicado en el estado de Washington. En ese caso la sustancia podía haber sido radioactiva, ya que en Hanford se había fabricado plutonio para la bomba que destruyó Nagasaki.
Todo esto viene a decir que la primera referencia ufológica a los “hombres de negro” era una mentira. Sin embargo, no fue la historia de Dahl y Crisman que popularizó el tema de estos seres misteriosos en la conciencia colectiva de la ufología. Ese dudoso honor pertenece al escritor Gray Barker, el protagonista de la segunda parte de nuestra historia.


El hombre que creaba misterios

Gray Barker nació en 1925 y se graduó del Glenville State College en 1947. Trabajaba para un teatro en Clarksburg, West Virginia, cuando se interesó por el tema de los OVNIs y escribió su primer artículo para la revista Fate. Aquel año, el 1952, se hizo investigador de un grupo ufológico, el International Flying Saucer Bureau, dirigido por Albert K. Bender, de Connecticut. Entonces, en el otoño de 1953, Bender decidió poner un fin a su grupo. Quizás inspirado por el caso de Maury Island, o quizás a raíz de una visita real del CIA, dijo que tres extraños vestidos de negro le estaban amenazando. A Barker esto le pareció muy interesante y se puso a recoger historias de testigos de OVNIs que decían haber recibido instrucciones parecidas de seres misteriosos.
Barker publicó estas historias en 1956 en They Knew Too Much about Flying Saucers, un libro bastante sensacionalista. Ninguna de las anécdotas era muy creíble, pero el libro popularizó el mito de los hombres de negro y sirvió de modelo para un sinfín de imitaciones en los años 50. ¿Qué había detrás de las historias de Gray Barker? Si profundizamos en su carrera hallamos la respuesta.

Con el dinero que Barker ganó con su libró, formó una editorial ufológica llamada Saucerian Publications, con la que publicó tan dudosas obras como From Outer Space to You, un libro del contactado fraudulento Howard Menger. Tres años después convenció a Bender para que escribiera Flying Saucers and the Three Men, en el que Bender escribió que los extraterrestres que le obligaron a cerrar su organización le llevaron al Polo Sur. Barker no dejó de publicar libros y revistas sobre estos temas (en 1963 escribió The Bender Mystery Confirmed, por ejemplo), pero, entre los ufólogos, nunca era conocido como un investigador objetivo u honesto. Estaba implicado en muchos fraudes y bromas, y explotaba las mentiras de otros para ganar dinero a través de sus propias publicaciones. El éxito más conocido de Barker y su amigo Jim Moseley fue una carta que enviaron juntos al contactado George Adamski en 1957, escrito en papel robado del gobierno norteamericano. Le escribieron con un mensaje que parecía ser una defensa oficial de su trabajo, firmado “R.E. Straith.” Diez años después, Barker escribió que esta carta era “uno de los grandes misterios no resueltos del campo ufológico.”

Entra Dr. Pratt

La última fase de la evolución del mito de los MIB comenzó al final de los años 60. En 1967 un chico de Michigan de 17 años llamado John Sherwood mandó un manuscrito a la editorial de Barker. El manuscrito, que trataba el tema de un pánico causado por los OVNIs en Michigan el año anterior, fue aceptado y publicado muy poco tiempo después bajo el título Flying Saucers Are Watching You (un título inventado por Barker). A partir de entonces Sherwood y Barker mantuvieron una amistad por cartas, y la publicación del libro le ayudó a Sherwood a conseguir luego su primer trabajo en un periódico local.
Después de publicar el libro, Sherwood mantenía un fuerte interés en los platillos volantes y editaba una pequeña revista sobre el tema que enviaba a un gran número de aficionados. En 1968 Sherwood envió una historia de ciencia ficción a Barker. El cuento describía una organización científica que descubre que los OVNIs son máquinas para viajar en el tiempo. Al principio de la historia un científico ficticio llamado Dr. Richard H. Pratt discute la base científica de esta clase de tecnología.
A Gray le gustaba la historia, pero para que pareciese más realista, Gray persuadió a Sherwood que fingiese que la organización del cuento existía de verdad. El joven Sherwood consideró que la idea era genial, y al comienzo de 1969 envió una carta a la revista Flying Saucer, una publicación de Ray Palmer, contando que se había formado un grupo llamado el B.I.C.R., compuesto de tres hombres llamados William A. Gautier, Thomas Harper, y R. James Kipling. Por supuesto estas personas no existían en realidad. Para dar una mayor impresión, abandonó su revista al mismo tiempo (en realidad, para dedicarse a sus estudios).
Al poco tiempo Barker escribió a Sherwood para decirle que estaba impresionado por el éxito que su carta había tenido en la ufología: “hablan mucho de ti, y sugieren que realmente te han callado los hombres de negro. Siempre estaré encantado de publicar un artículo tuyo si cuentas la verdadera (o inventada) historia sobre cómo estas fuerzas extrañas te obligaron a abandonar. Más vale que renuncies los platillos con el síndrome de siempre.”
Sherwood contestó a Barker que adaptaría su cuento sobre el “Dr. Pratt” a la nueva historia. Sherwood le dijo que no intentaría ocultar el hecho de que era ficción, pero Barker opinó (en una carta del 12 de julio de 1968) que era mejor no revelar que era todo una mentira: “Algunos lectores ya nos acusan de inventar cosas (que a veces sí hacemos por supuesto). ¿Por qué no escribir un artículo que hace que tu abandono de tus investigaciones sea incluso más misterioso?”
Sherwood accedió y se puso a redactar su primer fraude literario. Mientras tanto, Barker le daba algunos consejos. En una carta del 7 de diciembre de 1968, Gray le dijo “Procura hacer que suene tan técnico como sea posible para hacer que parezca un informe científico.”
Por fin, en la edición de primavera-verano de 1969 de Saucer News, otra revista de Gray Barker, la historia fue publicada con el título “Flying Saucers: Time Machines,” escrita por “Dr. Richard H. Pratt.” El año siguiente se publicó una segunda parte, “The Strange B.I.C.R. Affair.”
“¡Los fans se lo han tragado todo!” dijo Barker en una carta a Sherwood semanas después. Y así fue, dando luz a un centenar de imitaciones y mitos sobre los hombres de negro. Barker defendió la autenticidad de la historia hasta su muerte. En 1983 publicó M.I.B: The Secret Terror Among Us, dedicado a Al Bender, con un capítulo sobre “Dr. Pratt.” Barker murió el año siguiente, a los 59 años.
Muchos años después, John Sherwood, ahora un escritor y editor exitoso, vio el tráiler de la película Men in Black (protagonizado por Tommy Lee Jones y Will Smith). Se dio cuenta en seguida de que el estilo de la película se asemejaba al del libro de Barker, y decidió que había llegado la hora de confesar el fraude.
Entre las cartas Barker mandó a Sherwood había muchas confesiones, entre ellas su opinión de que el enorme interés en el fenómeno de los OVNIs se debía a la neurosis, aunque también decía que para él era un tema serio. Su confesión apareció en la revista Skeptical Inquirer “Gray Barker: My Friend, the Myth-Maker” (Gray Barker: Mi amigo, el Hacedor de Mitos) en su edición de Mayo/Junio de 1998.
Poco tiempo después de escribir su artículo sobre los MIB Sherwood recibió una carta de James W. Moseley, un amigo de Barker y el primer editor de Saucer News. “El público tiene el derecho de saber cuántos fraudes OVNI hay, lo fáciles que son de realizar, y lo que esto muestra sobre la credulidad de los que pertenecen al campo ufológico.” 

Un poema escrito por Barker en los años 50 nos da una buena idea de cuáles eran sus verdaderas opiniones sobre el tema:


UFO is a bucket of shit
Its followers
Perverts
Monomaniacs
Dipsomaniacs
Artists of the fast buck. . . .
And I sit here, writing,
While the shit drips down my
Face in great rivulets.


Los OVNIs son un cubo de mierda,
Sus seguidores
son pervertidos,
monomaníacos,
dipsomaniacos,
artistas del dinero fácil...
Y yo estoy sentado aquí, escribiendo,
mientras la mierda gotea por mi
cara como grandes riachuelos.





Referencias:

“Gray Barker: My Friend, the Myth-Maker,” John C. Sherwood Skeptical Inquirer magazine May/June 1998
“Gray Barker's Book of Bunk: Mothman, Saucers, and MIB,” John C. Sherwood Skeptical Inquirer May/June 2002
Gray Barker 1956. They Knew Too Much About Flying Saucers. New York: University Books.
---. 1967. Gray Barker's Book of Adamski. Clarksburg,
West Virginia: Saucerian Publications.
---. 1983. MIB: The Secret Terror Among Us. Jane Lew,
West Virginia: New Age Press.
Coon, Ralph. 1995. Whispers from Space. Videoactive Releasing. [Whispers from Space is available from The Picture Palace, Box 281, Caldwell, New Jersey 07006,
Edward J. Ruppelt, The Report on Unidentified Flying Objects, Doubleday, 1956.

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