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miércoles, 16 de noviembre de 2016

Flota operativa antigravedad actual del gobierno de Estados Unidos




Estos no son OVNIs. Esto es Tecnología militar. Las siguientes son las declaraciones del Dr. Richard Boylan, Ph.D. científico del comportamiento, antropólogo, profesor universitario asociado, hipnoterapeuta clínico, Consultor e investigador.
Boylan afirma haber trabajado durante más de 15 años con personas que informan haber tenido encuentros con formas de vida inteligente extraterrestre. Además dice que el Gobierno tiene conocimiento acerca de estos visitantes extraterrestres.

En los siguientes párrafos Boylan afirma tener conocimiento de artefactos exóticos (aviones militares con tecnología extraterrestre) construidos en base a ingeniería inversa, que cuentan con tecnología antigravedad, hasta inclusive afirma conocer 12 de estos artefactos, brindando nombres y más detalles. Además da datos clave sobre contacto entre humanos y visitantes de las estrellas.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Definiciones básicas



Por Milton Hourcade

Para abordar el tema de que me ocupo, se hace necesario partir de ciertos conceptos básicos y clarificar suficientemente los mismos. Debemos pues plantearnos ciertas preguntas, y ponernos de acuerdo en el lenguaje que vamos a manejar.

¿Qué es un OVNI?, ¿a qué llamamos "Objeto Volador No Identificado" y por qué lo llamamos así?

Esa designación, ¿establece una correcta referencia al fenómeno motivo de nuestro estudio, o resulta insuficiente e inadecuada?
Evidentemente estamos ante un serio problema semántico, en la medida en que a la sigla "O.V.N.I." se le adhiere --aun inconscientemente-- tanto por la persona común como por parte de algunos investigadores, cierta connotación que puede responder más a una emoción, a un deseo o a una expectativa, que a la necesidad concreta de darnos una nomenclatura y funcionar con un categorema válido y adecuado para la tarea científica.

Comencemos por el principio. El creador de la designación "OVNI" fue el Capitán Edward J. Ruppelt de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF). Y lo hizo para establecer el ámbito del cual se ocupaba la unidad operativa a cargo de desarrollar el proyecto que llevaba el nombre en código (Categoría 2A) "Blue Book" (Libro Azul).
A partir de entonces, la sigla fue traducida a todos los idiomas, y cobró desde la década de los años 60 vigencia universal, sustituyendo definitivamente a las obsoletas e inadecuadas alocuciones de "platillos volantes", o "discos" o "platos voladores", que significaron un escarnio para el tema y un atentado al criterio científico.

Retomando las preguntas iniciales, de la respuesta que les demos dependerá no sólo nuestra actitud toda respecto al tema, sino el fundamento de nuestra tarea de investigación y estudio. Pero jamás ocurrió en Ovnilogía, que hubiese un acuerdo internacional sobre la adopción de una significación clara y unívoca respecto al contenido de la sigla "OVNI".
El cuadro no sólo es variado a lo largo del tiempo, sino, hasta cierto punto, desolador.
He recopilado las distintas definiciones que del concepto "OVNI" se han dado por organismos oficiales, entidades privadas, y destacados investigadores.

Definición de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (1960)
"cualquier objeto que el observador es incapaz de identificar"

Definición del Dr. Jacques Vallée (1965)
"Manifestaciones del Fenómeno OVNI se encontrarán en los informes de la percepción de una imagen visual, comúnmente interpretada por los testigos como aquella de un objeto volante material, que posee una o ambas de las siguientes propiedades: a) una apariencia que, para el testigo es insólita; b) una conducta que, para el testigo, es insólita."

Definición del Grupo de la Universidad de Colorado (1969)
"el estímulo para un informe hecho por uno o más individuos, de algo visto en el cielo (o un objeto del que se piensa que es capaz de volar, pero visto cuando está aterrizado) que el observador no puede identificar como de origen natural, y que le parece suficientemente intrincado ("puzzling" en el inglés original) como para decidir hacer un informe a la policía, a funcionarios del gobierno, a la prensa, o quizás al representante de una organización privada dedicada al estudio de tales objetos."

Definición del Dr. Carl Sagan (1972)
"es un fenómeno aéreo o celeste en movimiento, detectado visualmente o por radar, cuya naturaleza no es inmediatamente comprendida."

Definición de la Aerial Phenomena Research Organization - APRO (1972)
"cualquier objeto aéreo que no puede ser identificado por el testigo"

Definición del Dr. William K. Hartmann (1972)
"un objeto o aparición considerada extraña por el observador. Si el fenómeno no es
identificado por la investigación, puede considerársele un objeto volante extraordinario, esto es, algo que está más allá de los límites de los fenómenos naturales conocidos. Aún más sorprendente, puede ser llamado un Objeto Volante Extraño ("alien" en el original en inglés) significando un vehículo construido por una inteligencia extraña."

Definición del Dr. Joseph Allen Hynek (1972)
"la percepción denunciada de un objeto o luz visto en el cielo o sobre la tierra, cuya
apariencia, trayectoria dinámica general y conducta luminiscente no sugiere una
explicación lógica convencional y que no sólo está confundiendo a los percipientes
originales, sino que permanece no identificado luego de un apretado escrutinio de toda la evidencia disponible, por personas que son técnicamente capaces de hacer una identificación con sentido común, si es posible."

Definición de Allan Hendry (1979)
"cualquier fenómeno aéreo anómalo cuya apariencia y/o comportamiento no puede
adscribirse a objetos o efectos convencionales por el/los testigos/ original/es, así como
por técnicos analistas que poseen calificaciones de las que puede/n carecer el/los
original/es observador/es."

Definición de Ronald Story (1980)
"Aunque una definición perfecta es probablemente imposible (dado que, después de todo, los sujetos de nuestro estudio son 'no identificados'), puede ser conveniente limitar el campo de la Ovnilogía a aquellos casos de observaciones y encuentros que no parecen (luego de un estudio apropiado y completo por personas calificadas) ser explicables en términos de cualquier fenómeno conocido de la naturaleza, o aparato creado por el hombre."

Definición del Dr. Richard Haines (1987)
"Manifestaciones del fenómeno OVNI se encuentran en todos los informes de la
percepción o en la conciencia indirecta de un objeto, fuente de luz, o presencia de algo en el cielo, sobre la tierra, o bajo la superficie del agua, cuya apariencia, trayectoria, dinámica general, luminiscencia, o cualidades reflectivas, no sugiere una explicación que satisfaga las explicaciones convencionales, corrientes o lógicas y que permanece no identificado luego que toda la evidencia en torno a la observación, ha sido estudiada por personas técnicamente capaces, incluyendo al investigador de campo (involucrado en el caso), quienes han aplicado tanto el sentido común de identificación, como la intuición, para sus análisis."


Un resumen sucinto de las definiciones precedentes nos permite reunirlas en dos grandes grupos:

1) "OVNI" es lo que resulta extraño para el testigo. Es lo que el/la observador/a no es capaz de identificar.
Este grupo está integrado por las definiciones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, el Grupo de la Universidad de Colorado, el Dr. Carl Sagan, la APRO y el Dr. Jacques Vallée.


2) "OVNI" es no sólo lo que los testigos no pueden identificar, sino lo que tampoco pueden identificar personas técnicamente capaces, calificadas. Es lo que surge después de un estudio apropiado, de un minucioso escrutinio de toda la evidencia.
Este grupo está integrado por las definiciones del Dr. William K. Hartmann, el Dr. Allen J. Hynek, Allan Hendry, Ronald Story y el Dr. Richard Haines.


Es cierto que la Fuerza Aérea de Estados Unidos a través de sus diversos proyectos, cuando llegaba a un final inexplicable para un caso, calificaba a lo que lo había motivado como "Unknown" (Desconocido), un procedimiento que históricamente no fue de recibo, ni siquiera entre los investigadores e instituciones privadas dentro de los propios Estados Unidos.
Ello se explica en la medida en que se adoptase "OVNI" como criterio final de clasificación de un caso dado. Para la USAF, como "OVNI" era "lo que el observador es incapaz de identificar", debía llamar "Desconocido" a lo que la misma Fuerza Aérea tampoco podía identificar.

Debe advertirse, no obstante, que aún dentro de ese Grupo 2 hay matices diversos. Por ejemplo, para el Dr. Hynek es "la percepción denunciada", o sea, lo que él solía llamar el "UFO report".

Pero, además, el "OVNI" ¿es la percepción, o sea, el proceso de aprehensión que realiza una persona, o es el objeto o fenómeno que provoca esa percepción? Parece obvio que debemos necesariamente referirnos a lo segundo.
Al "UFO report" también se refiere el Grupo de la U. de Colorado, y el Dr. Vallée hace
referencia a que "manifestaciones de OVNI se encuentran en los informes.”
Se dijo demasiadas veces que los investigadores no disponemos de los OVNI, sino de informes sobre los mismos y que lo que estudiamos son informes, de donde la Ovnilogía, se transformaría en Informología.

Pongamos las cosas en orden. Lo primero que tenemos --aún antes de los informes-- son testigos. Personas que dicen haber vivido una experiencia determinada. Y tenemos también un medio que nos provee de otra serie de datos fundamentales para la investigación tales como el entorno psico-socio-cultural de los testigos, los registros o detecciones efectuados por diversos instrumentos, las alteraciones causadas en el ambiente. Se tienen entonces múltiples elementos (animales, vegetales, el suelo, vehículos, fotografías, filmaciones, videocintas, grabaciones de sonido, captaciones radáricas, etc.) de cuyo análisis se pueden extraer datos preciosos, que ni siquiera los testigos imaginan. Al "OVNI" lo vamos a deducir de todo ello.

Reconozcamos asimismo que --salvo una situación fortuita-- el Ovnílogo no es un observador de OVNIs, y por tanto no tiene de ellos un conocimiento directo, sino indirecto.
Pero el OVNI no es la percepción, ni el testigo, ni el medio, ni el informe producto de todo ello, sino lo desconocido que inicia todo el proceso.

Llamamos pues "O.V.N.I." al objeto o fenómeno en sí mismo. Y clasificamos un caso como correspondiente a tal categoría, luego de un proceso de investigación, estudio y análisis exhaustivos, aplicando el método científico, mediante el cual no nos ha sido posible adscribir lo observado y/o registrado y/o detectado, a nada natural o artificial conocido.
E inmediatamente convengamos en que el categorema "OVNI" (Objeto Volador No- Identificado) es una anti-definición, o una definición por la negativa. Es una definición de lo que no se sabe, o no se conoce y por tanto no se le puede identificar con lo conocido.

Pero desbrocemos los contenidos de este categorema.

En primer lugar, se habla de "Objeto". Si por tal entendemos lo que en inglés se expresa
popularmente como "nuts and bolts", o sea algo material, un artefacto, un aparato, estamos restringiendo el espectro de los elementos que constituyen el contenido de las denuncias.
Hay aspectos que no condicen totalmente con las características de cuerpos sólidos, sino que más bien se asemejan a ciertas manifestaciones de energía. Por otra parte, hay componentes psicológicas (aún en el área de los fenómenos llamados paranormales) muy
importantes, y que no se pueden descartar.
De modo que personalmente prefiero inicialmente hablar de Objetos y Fenómenos.
En segundo lugar, se menciona una característica que restringiría la consideración de muchos casos que entran dentro de la categoría tratada. Porque se dice "volador", o "volante". Y si lo percibido (por alguno de los cinco sentidos) no estuvo en vuelo, ¿qué hacemos? ¿lo descartamos?
Sería mejor ubicar a los objetos y fenómenos considerados, en un ámbito amplio sin implicar un determinado comportamiento por parte de los mismos. Puede hablarse entonces de aeroespaciales, o puede no indicarse ningún ámbito. Y simplemente dejar sin sustituir por ningún vocablo el adjetivo "volador" o "volante".
Finalmente se hace la afirmación de la ignorancia. Se dice que es "No-Identificado".
Inmediatamente cabe la interrogante: ¿En relación a qué? ¿Con qué se le compara, con qué se le coteja? Y la respuesta es: con lo conocido.

Pero entonces vienen otras interrogantes no menos importantes: conocido ¿por quién? esto es, ¿quién es el sujeto que conoce?, ¿qué educación tiene?, ¿cuánto ha leído, estudiado y fundamentalmente investigado en las fuentes apropiadas, para conocer lo suficiente como para poder comparar con validez? ¿Cuándo? o sea, ¿en qué momento histórico se hace esa comparación?

Porque de estos factores, va a depender que lo no-identificado se torne en identificado. Y allí se acaba el misterio y comienza el conocimiento.

Si aplicamos el método científico, tendremos que permanecer siempre abiertos a una explicación provisoria, a una alternativa posible, y a que la solución puede demorar.
En lo personal, prefiero entonces que nos pongamos de acuerdo en que, aunque por puro convencionalismo, usemos el término "OVNI", pensemos más bien que estamos considerando Objetos y Fenómenos No-Convencionales, o sea, Insólitos, fuera de lo común.
Pienso que este categorema, nos pone los pies en tierra, y aunque miremos el cielo, no nos vamos a marear.

martes, 8 de noviembre de 2016

Proyecto Libro Azul



El Proyecto Libro Azul fue una serie de estudios sobre ovnis por parte de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF). Fue el segundo renacimiento de este tipo de estudio, comenzado en 1952, y estuvo activo hasta enero de 1970. El objetivo del Proyecto Libro Azul era determinar si los ovnis eran una amenaza potencial para la seguridad nacional. Se recogieron, analizaron y archivaron miles de informes ovni. Este ha sido el último proyecto de la USAF relacionado con ovnis que se haya hecho público hasta ahora.

Proyecto Libro Azul

Según Ruppelt, hacia finales de 1951, varios generales de alto rango muy influyentes de la USAF estaban tan descontentos con el estado de las investigaciones ovni de las Fuerzas Aéreas que desmantelaron el Proyecto Grudge y lo sustituyeron por el Proyecto Libro Azul a principios de 1952. Durante el tiempo que duró Libro Azul, finalizado en 1969, se recogieron 12.618 informes ovni, y al final se concluyó que la mayoría eran malinterpretaciones de fenómenos naturales (nubes, estrellas, etc.) o aviones convencionales. Unos cuantos fueron considerados fraudes. 701 casos —aproximadamente un 6%— fueron clasificados como inexplicables. Los informes fueron archivados y están disponibles bajo la Ley de Libertad de Información, pero los nombres de los testigos y otras informaciones personales han sido eliminados.
El primer jefe del proyecto fue el capitán Edward J. Ruppelt. Siguiendo sus órdenes, se creó un estándar para relatar los fenómenos. Ruppelt acuñó oficialmente el término "ovni" para sustituir a "platillo volante", más sugestivo y poco exacto, que había sido usado hasta entonces. Dejó las Fuerzas Aéreas algunos años más tarde, y escribió el libro The Report on Unidentified Flying Objects, que describía el estudio de los ovnis por parte de la USAF entre 1947 y 1955. El astrónomo J. Allen Hynek era el consultor científico del proyecto. Trabajó para el proyecto hasta su conclusión y creó el concepto que hoy se conoce como "encuentros cercanos". Era un gran escéptico cuando comenzó, pero dijo que su escepticismo se suavizó durante la investigación, después del análisis de unos informes ovni que parecían inexplicables.
El Comité Robertson.
En julio de 1952, después de haber recabado durante los meses anteriores información sobre cientos de avistamientos, se produjeron una serie de observaciones visuales coincidiendo con detecciones por radar cerca del Aeropuerto Nacional de Washington D.C. Estas observaciones condujeron a la CIA a establecer un comité de científicos que incluía a varios físicos, meteorólogos, ingenieros, y un astrónomo (Hynek), encabezados por el doctor H. P. Robertson, un físico del Instituto Tecnológico de California. El comité Robertson se reunió por primera vez el 14 de enero de 1953.
Ruppelt, Hynek y otros presentaron las mejores pruebas que habían sido recogidas por Libro Azul, incluyendo una filmación. Después de estar sólo 12 horas repasando 6 años de informaciones, el comité Robertson concluyó que la mayor parte de los casos ovni tenían explicación racional, y que todos podrían ser explicados con una investigación más profunda, que consideraron que no valía la pena.
En su informe definitivo, resaltaron que había numerosos informes de poco valor sobrecargando los canales de inteligencia, lo cual acentuaba el riesgo de omitir una supuesta amenaza real a EEUU. Por lo tanto, recomendaron a las Fuerzas Aéreas restar importancia al tema de los ovnis y emprender una campaña de desacreditación para disminuir el interés público. Aconsejaron usar los medios de comunicación, incluyendo a la compañía Walt Disney, y a psicólogos, astrónomos y famosos para ridiculizar el fenómeno y proponer explicaciones convencionales. Además, los grupos de aficionados al tema ovni "deberían ser vigilados debido a su potencial influencia sobre el pensamiento de masas... La evidente irresponsabilidad y el posible empleo de estos grupos para objetivos subversivos deberían tenerse en cuenta"
En definitiva, el comité Robertson recomendaba que la opinión pública fuese controlada mediante un programa de espionaje y propaganda oficial. Muchos ufólogos creen que estas recomendaciones son la base de la política de las Fuerzas Aéreas en cuanto al fenómeno ovni, no sólo inmediatamente después del informe del comité Robertson, sino también en la actualidad.
Consecuencias del comité Robertson
En su libro, Ruppelt describió la desmoralización del personal de Libro Azul al eliminar la investigación de sus funciones tras la formación del comité Robertson. En febrero de 1953, como consecuencia de las recomendaciones del comité Robertson, las Fuerzas Aéreas pusieron en marcha la regulación 200-2, que permitía a los oficiales de las bases aéreas hablar públicamente de los incidentes ovni sólo si habían sido convenientemente explicados. Asimismo, todos los casos no resueltos debían ser clasificados para mantenerlos lejos de la opinión pública.
Ese mismo mes, las labores de investigación fueron asumidas por la recién formada 4602 AISS (Air Intelligence Squadron, Escuadrilla de Inteligencia de Aire), dependiente del mando de defensa aérea. La 4602 AISS tenía el deber de investigar únicamente los casos ovni más importantes, es decir, los que supusieran un riesgo para la inteligencia o la seguridad nacional. Estos casos se eliminaron del programa de Libro Azul, que fue relegado a estudiar los informes más simples.
El general Nathan Twining, que impulsó el Proyecto Signo en 1947, era por entonces el jefe de personal de las Fuerzas Aéreas. En agosto de 1954, recibió la misión de depurar responsabilidades en el seno del 4602 AISS publicando una regulación 200-2 actualizada para las Fuerzas Aéreas. Además, los ovnis fueron definidos como "cualquier objeto aerotransportado que, por su funcionamiento, características aerodinámicas, o rasgos insólitos, no se ajusta a las características de ningún avión o misil conocido en este momento, o simplemente que no pueda ser identificado como un objeto común". La investigación ovni fue declarada secreta por motivos de seguridad nacional, y tenía el objetivo de averiguar "aspectos técnicos." En la regulación 200-2 se declaraba de nuevo que Libro Azul podría hablar de casos ovni con los medios de comunicación sólo si se trataba de fenómenos identificables. Si fueran no explicables, la única información que debía darse a los medios era que la situación estaba siendo analizada. También ordenaron a Libro Azul reducir el número de no identificados al mínimo.
Todo esto se hizo en secreto. La tarea de cara al público de Libro Azul siguió siendo la investigación ufológica oficial, pero la realidad era que se había reducido a una organización tapadera que apenas hacía investigaciones complejas. Se había convertido casi únicamente en un equipo de relaciones públicas con la misión de desacreditarlo todo. Por citar un ejemplo, a finales de 1956, el número de casos catalogados como no resueltos había bajado a apenas el 0.4 por ciento, desde las cotas del 20 a 30 % de apenas unos años antes.
Cuando el frustrado Ruppelt abandonó en agosto de 1953, habían reducido su personal a dos subordinados y él mismo. Su suplente era un oficial no comisionado. Todos los que le sucedieron como directores de Libro Azul manifestaron apatía o incluso hostilidad rotunda al asunto ovni, o fueron obstaculizados por la carencia de financiación y apoyo oficial.
La breve permanencia de Ruppelt en Libro Azul es considerada como el periodo de máximo apogeo de las investigaciones ufológicas públicas. Por aquel entonces, las investigaciones eran tratadas seriamente y tenían el apoyo de las altas esferas. A partir de entonces, el Proyecto Libro Azul cayó en desgracia, y nunca resurgió.
Informe especial nº 14 del Proyecto Libro Azul: A finales de diciembre de 1951, Ruppelt se reunió con los miembros del Instituto Conmemorativo Battelle, un grupo de expertos establecido en Columbus, Ohio, cerca de la base aérea Wright-Patterson. Ruppelt pidió a estos expertos ayuda para poder investigar el asunto de un modo más científico. Así, el Instituto de Battelle fue quien creó el reportaje estandarizado. Comenzando a finales de marzo de 1952, el Instituto comenzó a analizar los informes y la codificación de aproximadamente 30 de sus características en tarjetas de IBM para el análisis informático.
El informe especial nº 14 del Proyecto Libro Azul era un análisis estadístico masivo de los casos analizados por Libro Azul hasta aquel momento, unos 3.200 cuando el informe quedó completado, en 1954. Incluso hoy sigue siendo el estudio ufológico más grande jamás emprendido. Battelle empleó a cuatro analistas científicos, que procuraron clasificar los casos entre "explicable", "inexplicable", y una tercera categoría "con información insuficiente". Los dos primeros tipos se clasificaron a su vez en cuatro categorías de calidad, de excelente a pobre. Por ejemplo, los casos considerados excelentes típicamente implicaban a testigos experimentados, como pilotos comerciales o personal militar entrenado, o múltiples testigos, corroborando las afirmaciones con pruebas, como detecciones de radar, fotografías u otro tipo de material tangible. Para que un caso pasara a ser considerado "explicable", era necesario sólo que dos analistas por separado tuvieron que estar de acuerdo sobre la solución. Sin embargo, para que un caso fuera "desconocido", se necesitaban cuatro analistas que estuvieran de acuerdo. De este modo, el criterio para un "inexplicable" era bastante riguroso.
Además, las observaciones fueron clasificadas mediante seis características diferentes - color, número, duración de la observación, resplandor, forma y velocidad - y luego estas características fueron ajustadas a los casos explicables e inexplicables para ver si hubiera una diferencia estadística significativa.
Los resultados principales del análisis estadístico eran:
  • Aproximadamente el 69% de los casos se encontraron explicables o identificables; un 9% carecía de información insuficiente. El 22% se consideraron "inexplicables", algo por debajo del valor inicial del 28% de los estudios de las Fuerzas Aéreas, pero todavía una fracción muy significativa.
  • En la categoría de "explicables", el 86% de los fenómenos eran debidos a aviones o globos, o tenían explicaciones astronómicas. Sólo el 1,5% de todos los casos eran psicológicos o casos "de chiflados". Una categoría "mixta" comprendía el 8% de todos los casos e incluía posibles fraudes.
  • Cuanto más alta fuese la calidad del caso, más probabilidades tenía de ser clasificado como desconocido. El 35% de los casos excelentes fueron considerados "desconocidos", mientras que sólo lo fueron el 18% de los casos más pobres. Este era el resultado de la antítesis predicha por los escépticos, que por lo general argumentaban que los "inexplicables" eran casos de menor calidad, al implicar testigos no fiables, que podrían ser solucionados si se dispusiera de mejor información.
  • En las seis características estudiadas, los casos "inexplicables" se diferenciaron de los "explicables" en un nivel estadísticamente insignificante: en cinco de las seis medidas las probabilidades de que fuese explicable o inexplicable se diferenciaban por casualidad en un 1 % o menos. Cuando las seis características se consideraron juntas, la probabilidad de que coincidiera en uno u otro tipo era de menos de 1 entre mil millones.
A pesar de esto, la conclusión del informe definitivo del Instituto Battelle declaró era "sumamente improbable que cualquiera de los informes de avistamientos de objetos no identificados represente acontecimientos tecnológicos fuera de la gama de conocimiento actual". Algunos investigadores, incluyendo al Doctor Bruce Maccabee, quien repasó los datos en profundidad, han advertido que las conclusiones de los analistas estaban por lo general en desacuerdo con sus propios resultados estadísticos, mostrados en 240 dibujos, tablas, gráficos y mapas. Se dice que los analistas simplemente pudieron haber tenido problemas si hubieran acabado aceptando sus propios resultados, o quizás pudieron haber escrito las conclusiones para satisfacer el nuevo clima político dentro de Libro Azul después del comité Robertson.
Cuando las Fuerzas Aéreas finalmente hicieron público el informe especial nº 14 en octubre de 1955, se dijo que dicho informe había demostrado científicamente que los ovnis no existían. Los críticos de esta reclamación responden que el informe en realidad demostró que el número de "inexplicables" era claramente diferente al de "explicables" en un muy alto nivel de importancia estadístico. Las Fuerzas Aéreas también aseguraron, de forma incorrecta, que sólo el 3% de los casos estudiados eran desconocidos, en vez del 22% real. Incluso afirmaron que el 3% restante probablemente desaparecería si se pudiera disponer de más datos. Los críticos contestan sobre esto que no se hizo caso del hecho que los analistas ya habían agrupado tales casos en la categoría de "información insuficiente", mientras que tanto los considerados "explicables" como los "inexplicables" tenían la información suficiente para hacer una determinación. También los "inexplicables" tendían a representar los casos de calidad más altos, en los que se tenía la mejor información y testimonios.

Conclusiones oficiales del Proyecto Libro Azul

El Proyecto Libro Azul declaró que las observaciones de ovnis fueron generadas debido a:
  • Histeria de masas.
  • Individuos que inventan casos fraudulentos para buscar publicidad.
  • Personas con psicopatologías.
  • Malinterpretación de varios objetos convencionales.
Desde abril de 2003, la USAF ha indicado públicamente que no hay ningún proyecto inmediato para restablecer algún programa de estudio ufológico oficial del gobierno.
Nótese que estas conclusiones oficiales de las Fuerzas Aéreas contradicen las que obtuvo su propio comisionado en el Informe Especial nº 14 de Libro Azul. Los factores psicológicos y los fraudes en realidad constituyeron menos del 10% de todos los casos y el 22% de todas las observaciones. Los mejores casos, permanecieron no resueltos.
Postura oficial de la USAF acerca de los ovnis:
Entre 1947 y 1969, las Fuerzas Aéreas investigaron los ovnis bajo el Proyecto Libro Azul. El proyecto, con la sede en la base aérea Wright-Patterson, Ohio, finalizó el 17 de diciembre de 1969. De las 12.618 observaciones catalogadas por el Proyecto Libro Azul, 701 permanecieron como "inexplicables".
La decisión de interrumpir las investigaciones ovni se basó en varios factores, como la evaluación de un informe redactado por la Universidad de Colorado titulado "El estudio científico de los ovnis", la revisión de este informe por parte de la Academia Nacional de Ciencias, los casos ovni previamente estudiados y la experiencia de las Fuerzas Aéreas, que investigó informes ovni entre 1940 y 1969.
Como consecuencia de estas investigaciones, estudios y experiencias, las conclusiones del Proyecto Libro Azul eran:
  • 1) Ningún ovni sobre el cual hayan investigado las Fuerzas Aéreas ha supuesto ningún tipo de amenaza a la seguridad nacional.
  • 2) Las Fuerzas Aéreas no han encontrado ninguna prueba de que las observaciones clasificadas como "no identificadas" representen objetos o principios tecnológicos que vayan más allá de los conocimientos científicos de la época.
  • 3) No ha habido ninguna prueba que indique que las observaciones clasificadas como "no identificadas" fueran vehículos extraterrestres.
Con la conclusión del Proyecto Libro Azul, el establecimiento de la regulación de Fuerzas Aéreas y el control del programa para investigar y analizar ovnis fueron rescindidos. La documentación en cuanto a la antigua investigación de Libro Azul fue transferida a la Rama Moderna Militar, a los Archivos Nacionales y al Servicio de Registros, y está disponible para la revisión y el análisis públicos.
Desde la finalización del Proyecto Libro Azul, no ha ocurrido nada que pudiera apoyar una reanudación de las investigaciones ufológicas por parte de las Fuerzas Aéreas. Considerando el escenario actual, en el que los presupuestos de defensa disminuyen regularmente, es improbable que las Fuerzas Aéreas se metan de lleno en un proyecto tan costoso a corto plazo.
Hay un número significativo de universidades y organizaciones científicas que han analizado fenómenos ovni durante reuniones periódicas y seminarios. El interés y la revisión oportuna de informes ufológicos por parte de grupos privados asegura que las pruebas auténticas no sean pasadas por alto por la comunidad científica.

Fuente: Expedientes secretos de OVNIs