Este libro es
un intento por tender un puente —tenue y frágil, ciertamente— entre una
fantasía y un mito. No es una obra científica. Pudiéramos llamarla filosófica,
si existiese una filosofía de lo no acontecido. Tampoco es una obra documental,
pues no se pueden documentar los sueños de los niños entregados a sus juegos,
ni los gritos de las mujeres quemadas vivas. Pero muchas vidas han cambiado (de
una manera secreta, de una manera que a veces pasaba inadvertida),
y, ciertamente, muchos inocentes murieron en la hoguera a causa de esa
fantasía. Este libro constituye un tributo para todos aquellos que tuvieron la
osadía de ser fieles a un sueño.
Hasta cierto
punto, este libro chocará a muchos, pero así debe ser. El público siente gran
interés por la posible solución científica del problema de los OVNIS, como se
demuestra por las numerosas polémicas que aparecen en la Prensa diaria. Pero
este libro no trata de aportar esta solución. Repito que no es una obra
científica. Se propone tan sólo documentar un mito endémico, a saber: el mito
del contacto entre la Humanidad y una especie inteligente dotada de facultades
en apariencia sobrenaturales. Para alcanzar este fin, he tenido que tomarme
grandes libertades con muchas creencias actuales, con el conformismo científico
y con algunas cuestiones de
fe.