Por
David Cuevas y Manuel Carballal
¿Por qué empiezas a interesarte tanto sobre el Área 51 hasta el punto de
viajar a sus instalaciones en dos ocasiones y, de hecho, a escribir un
laborioso libro como este?
Es curioso. El cine y no los “OVNIs” me llevaron a Los
Ángeles. Desde que era un niño me gustaban todos los temas de tipo
“misterioso”, incluso en mi casa había libros de mis padres, como por ejemplo El
Triángulo de las Bermudas de Charles Berlitz, que me hicieron interesarme
por todos estos asuntos. También desde hacía muchos años había escuchado
historias sueltas sobre Área 51. Años atrás vivía la ufología desde la
ignorancia y pensaba que era un campo estancado, pero desde que visité por
primera vez el Área 51 (también conocida como Dreamland), me quedé
completamente “enamorado” y la búsqueda de datos sobre ese lugar se convirtió
en una obsesión. Finalmente, el hecho de que no hubiera un libro en castellano
sobre este enigmático lugar y la pasión que siento por él, me llevaron a
enfrascarme en la elaboración de este apasionante libro.
¿Repetirás la
experiencia de volver a las instalaciones?
Sí. De hecho lo haré siempre que pueda. Cuando uno
está en los aledaños de Área 51 se da cuenta de que allí se respira un aire
diferente. Área 51 no son solo OVNIs sobrevolando el desierto de Nevada, sino
que son muchas historias concentradas en varios puntos significativos de la
carretera 375. Además de la parte “extraterrestre”, estas instalaciones
tuvieron, y tienen aún hoy, una relevancia grandísima a nivel histórico. Son
una parte importante del final de la II Guerra Mundial, la Guerra Fría y el
futuro de la defensa de Estados Unidos.
Bob Lazar, ¿portador de la verdad alienígena que dice
revelar, producto desinformador del gobierno americano o lunático a secas?
Es la pregunta del millón de dólares. Yo me inclino
más a pensar que podría tratarse de un desinformador o un oportunista que dio
al público lo que en aquel momento -finales de los años 80- estaba pidiendo.
Bajo mi punto de vista, hay algunos datos que no cuadran con las referencias
que aportan antiguos trabajadores que han demostrado haber trabajado en las
instalaciones. Lo que también hay que tener en cuenta es que su vida privada y
su pasado son casi más misteriosos que su experiencia en Área 51.
En los 90 llegó a filtrarse que Bob Lazar estaba
relacionado con un local de alterne en Las Vegas, por decirlo de alguna manera,
para calificar la credibilidad de su testimonio y el posible móvil de buscar
dinero a costa de cualquier cosa amoral… como inventarse la tecnología alien de
Área 51, poniéndolo a la altura de la falsa autopsia alien de Roswell…
Bob fue acusado de proxeneta y él -más bien su
entorno- lo utilizó para dar credibilidad a su historia. Lazar incluso decidió
no recurrir ante los tribunales la sentencia que dictaminó que era culpable. Como decía, y tal y como
cuento en el libro, su historia con la justicia es más misteriosa que la
relacionada con la tecnología extraterrestre. Si metemos todas las grandes
historias de la ufología en una batidora tales como Roswell, la abducción de
Barney y Betty Hill… nos sale la gran historia de Bob Lazar.
¿Y John Lear? Tú le entrevistaste en persona… ¿qué
opinas?
Lo de John Lear es algo peculiar. ¿Qué podría llevar a
una persona de su nivel -fue piloto de la CIA y de líneas comerciales- a
inventarse una historia tan rocambolesca? John Lear, Bob Lazar y su amigo común
Gene Huff nos cuentan una historia dando los mismos detalles sin caer -en principio-
en contradicciones. O nos están diciendo la verdad y es la historia jamás
imaginada y ansiada por el hombre, o se han aprendido muy bien la lección. No
logro averiguar qué motiva a Lear -si es una invención- a contar ese tipo de
historias.
Y hablando de opiniones personales, ¿Cuál es la tuya
sobre la “entrevista alien” que un extraño tipo decía poseer y de la que hablas
en tu libro?
Personalmente, me parece ridículo que un experto en
efectos especiales de Hollywood –como así aparece en el documental-diga que no
tiene datos como para asegurar si se trata de un muñeco o un extraterrestre de
verdad. Hay muchos de estos maniquíes peor hechos en el cine que se mueven
mejor. Para mí, claramente es un muñeco, no tengo la menor duda. Creo que ese
extraño tipo por el que me preguntáis, llamado Víctor, tenía unas claras
intenciones económicas al revelar esa información.
Al hilo de esto… ¿Quién sospechas que es la fuente
anónima que aparece en el interrogatorio al supuesto alien?
En un primer momento, al intentar aclarar la voz de
Víctor a través de la informática, llegué a pensar que se trataba de Bob Lazar.
Pero mis sospechas giran en torno al exopolítico Robert O. Dean. Hay
ciertas similitudes como su corbata y algunos rasgos, como su coleta, que
evidencian que es él. Una trama perfecta el hecho de que uno de los expertos
del documental sea el mismo que da la información. Un buen intento para no
levantar sospechas.
Y ya que estamos, ¿Qué opinas sobre la corriente de la
Exopolítica?
Os contaré una anécdota que reflejo en el libro. En
una ocasión me comentó un exopolítico de “reconocido prestigio en
nuestro país”, que algunas de las personas que trabajan en las revistas
españolas de corte “misterioso” como Enigmas, Más allá o Año/Cero, son
infiltrados extraterrestres. Una cosa es desear y tener la ilusión de que el
hombre contacte con entidades extraterrestres y, otra bien distinta, que
tengamos que ver “marcianos” y “construcciones” en todos los planetas. Seamos
serios, por favor. Una cosa es no ser destructivo con el “misterio” y otra cosa
pasarse y querer ver donde no hay. Aunque en algunas ocasiones supone una gran
fuente de ingresos…
Si tuvieras que quedarte con un testimonio (ya sea
oficial o no) de lo que realmente sucede en esa base por la credibilidad que te
transmitan sus informaciones, ¿con cuál te quedarías y por qué?
Precisamente me quedaría con el de una persona que
nada tiene que ver con el mundo de la ufología. Jerry Freeman fue un explorador
que decidió adentrarse en terreno restringido sin haber obtenido el permiso.
Quería ir en busca de vestigios de la Old Spanish Trail (Vieja Senda
Española) que transitó los aledaños de Papoose Lake -donde Lazar dijo que
estaba el S4 (Sector 4), almacén de los Ovnis- en busca de oro. No iba en busca
de Ovnis, extraterrestres o hangares alienígenas, y se encontró con luces
extrañas que no pertenecían a Área 51. ¿De dónde provenían las luces si en
Papoose Lake no había nada? Creo que es el testimonio de mayor credibilidad,
además de que transitó la base más secreta del mundo a pie y no llegó a ser
localizado.
¿Te hubiera gustado trabajar para la famosa base?
Cuentas en el libro que hubo una época en la que las comodidades eran
relativas…
Más que comodidades, que eran más bien pocas, era la
comida. Todos dicen que nunca han comido algo tan rico como lo que se servía en
la época que la dirección corría a cargo de CIA. Sí que me hubiera gustado
conocer por dentro las instalaciones, pero no trabajar en ellas. No debe ser
agradable estar trabajando en medio de la nada, aislado de tu entorno sin poder
contar ni una sola palabra a tus propios hijos. Durante los primeros años
–según cuentan algunos antiguos trabajadores- el alcohol y las partidas de
póquer eran sus mayores entretenimientos. De momento, me conformo con que mi
pasaporte y mi foto hayan aparecido en las pantallas de seguridad de Área 51.
Como digo en el libro, el que no se consuela es porque no quiere…
En la web oficial de la CIA existe un texto en que el
espionaje norteamericano reconoce como utilizó la pantalla OVNI para ocultar
los vuelos experimentales del U-2, que tú mencionas en el libro. ¿Ha hecho la
CIA alguna confesión similar en relación al Área 51?
En sus inicios, Área 51 no fue tan secreta como la
gente pueda imaginar. A medida que fueron pasando los años, según iba elevando
el nivel de interés del público por las instalaciones, se vieron obligados a ir
ocultando más información. Pero sí que hay varios agentes que han reconocido
que les ha funcionado muy bien el tema Ovni -para encubrir otros proyectos
clasificados- y que, por lo tanto, no tienen motivos para dejar de hacerlo.
¿Por qué lo llamaban U-2? La historia de “You Too” nos
parece muy gráfica de cómo se deciden los nombres de proyectos tan
ultrasecretos…
Bueno, a nivel técnico, el U-2 debería haber llevado
la letra “R” (de Reconocimiento) ya que se trataba de un avión espía. Pero el
U-2 se desarrolló al inicio de la Guerra Fría y los americanos no querían dar
ninguna pista a los soviéticos. Finalmente, decidieron utilizar la letra “U”,
designación genérica para los aviones. La historia extraoficial y más
“romántica” es que entre el piloto de pruebas Tony LeVier le hizo un gesto
obsceno con el dedo corazón –ante las indicaciones erróneas que le dieron para
el aterrizaje- y el director de la Lockheed Kelly Johnson, le devolvió el gesto
y le dijo you too (“Tú también” en inglés), que en inglés suena igual
que si dijeras “U-2”.
¿Los aviones espías triangulares, proyectos como el
OXCART, el SR-71, etc., no te parecen suficiente razón para cubrir de
secretismo Dreamland, sin necesidad de extraterrestres?
Qué era mejor en aquella época de Guerra Fría, ¿qué
los americanos pensaran que su espacio aéreo estaba sobrevolado por los rusos
o… por los extraterrestres? No podemos olvidarnos que se vivía un cierto
histerismo en aquella época de peligro constante y la gente estaría más
tranquila si los intrusos fueran extraterrestres. Al menos no eran su enemigo
directo.
Seguramente el “hijo del Área 51” más famoso es el
proyecto Sthealth… los aviones invisibles al radar. El F117 fue presentado
públicamente a finales de los 80, pero hoy sabemos que ya existían alas
volantes y prototipos de los Sthealth en los años 40, es decir con 40 años de
retraso. Por tanto ¿sería lógico pensar que ya existe en la actualidad una
tecnología que conoceremos en el año 2.050 en algún laboratorio secreto como
Área 51? Y si es así, ¿Qué la diferenciaría de lo que imaginamos como
tecnología extraterrestre?
El ala voladora de los alemanes hermanos Reimar y Walter Horten –similar al Northrop B-2- debió llegar
aproximadamente cuando tuvo lugar el avistamiento de Keneth Arnold… curioso.
Creo que deben tener tecnología inimaginable. Me gustaría pensar que en el
futuro podamos ver tecnología extraterrestre, sería un sueño hecho realidad.
Pero para contestar a tu pregunta, creo que siempre existirá el mismo debate… a
menos que conozcamos datos desclasificados de programas, siempre se especulará
con lo que se ve en bases como Área 51 y otras del mismo corte.
Sin embargo… mencionas también en el libro el proyecto
más secreto que se supone a la tecnología norteamericana… En tu opinión ¿existe
el Aurora? Las cosas que cuentan sobre esa aeronave, quizá no tengan mucho que
envidiar a las supuestas naves extraterrestres, al menos en cuanto a su
capacidad aeronáutica…
Creo que lo que conocemos de Área 51 es poco en
comparación a lo que desconocemos. Hay muchos documentos de otros proyectos que
no han salido a la luz, e incluso de algunos que se quedaron en el camino y que
nunca los llegaremos a conocer. Ben Rich, segundo director de la Lockheed Skunk
Works Special Proyects -la mayor contratista gubernamental que desarrolló
aviones en Área 51-, declaró que Aurora fue la designación del Northrop
B-2… no sabe uno que pensar. No sé si existirá el Aurora, pero sí creo
que deben tener una tecnología que nos sorprendería bastante. Se han escuchado
sonidos y sentido temblores en los cielos norteamericanos que superan a los
causados por una lanzadera espacial, ¿que qué puede ser?, eso me gustaría a mí
saber.
¿Qué te contó el Fox Mulder de Reino Unido, Nick Pope,
sobre la supuesta foto del Aurora?
Su jefe obligó a que quitasen una misteriosa foto del
“supuesto” Aurora que había puesta en la oficina. El negativo original
de las fotos nunca se pudo localizar después de aquel incidente. O comparten
“aliens” con los británicos o querían no crear problemas a los estadounidenses
en relación a las bases en las que operan en suelo inglés.
David, ¿no crees que precisamente la tecnología
militar secreta, con relación al fenómeno OVNI, es una de las asignaturas
pendientes de los ufólogos, como aprender ilusionismo lo es de los
investigadores de lo paranormal?
Totalmente de acuerdo. Si bien es verdad que hoy por
hoy hay muchas “luces” surcando el cielo a las que no podemos dar una
explicación, por otro lado, hay una clara similitud entre las formas de los
aviones que han ido desarrollando los americanos a lo largo de los años y las
fotos de OVNIs en terreno norteamericano. Aeronaves circulares, triangulares…
incluso aeronaves no tripuladas que pueden hacer movimientos imposibles para un
avión tripulado, son algunos de los desarrollos más significativos de Área 51.
Muchos ufólogos -por así llamarlos- deberían prestar más atención a la
tecnología “terrenal” que nos sobrevuela.
Según cuentas en el
libro, también se habla un Área 52…
El Área 52 se trata del TTR (Tonopah Test Range).
Recientemente, han declarado que van a dar un vuelco a la política de esas
instalaciones y van a ser utilizadas para la lucha contra el terrorismo. Pero
si nos atenemos a las declaraciones de John Lear, las historias son bien
diferentes. Posiblemente las declaraciones de Lear puedan sonar fantasiosas,
pero tampoco me creo que el gobierno americano revele tan a la ligera sus intenciones
en el TTR. Éstas, se tratan de instalaciones secretas, pero no de tan alto
nivel de clasificación como Área 51.
¿Crees realmente que en el Área 51 se ha trabajado (o
se trabaja) con tecnología extraterrestre?
Te contestaré de dos formas. El corazón me dice que
hay que seguir indagando porque algo raro tiene que haber guardado, ojala fuera
extraterrestre. Por otro lado, mi cabeza, me dice que lo que hay allí es muy
“terrícola”. Como aventurero que me considero, nunca pierdo la esperanza y la
ilusión de que lo extraterrestre esté ubicado en la “Tierra de los Sueños”.
¿Y crees que tu libro llegará a alguien realmente
implicado con las actividades que se llevan a cabo en tan misteriosa base?
Creo que intentan leer todo aquello que se dice sobre
ellos, y así me lo confirmó el colega mexicano afincado en Los Ángeles, Víctor
Camacho. Que sirvan como ejemplo los expedientes “OVNI” desclasificados por el
Ministerio de Defensa británico. Éstos están llenos de recortes de prensa. Por
otro lado, cuando estuve intercambiando correos electrónicos con personas que
habían denunciado a Área 51, muchos de ellos no llegaban. ¿Casualidad? Siempre
pasaba cuando hablaba con ciertas personas. De todas formas estoy pensando en
mandarles un libro dedicado… tal vez me dejen visitar las instalaciones y
pilotar el platillo volador Sport Model que observó Bob Lazar…
Por cierto… ¿quiénes son
los redactores de revistas del gremio que son extraterrestres?
¿Cómo sabes que yo no soy uno de ellos? ¿O te crees
que un humano normal sería capaz de estarse cinco años leyendo sobre el Área
51?
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