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viernes, 8 de enero de 2021

Un acercamiento a la vida y obra de Aleister Crowley: Frater Perdurabo o La Gran Bestia 666. Repaso por los Trabajos de Amalantrah…



Por Martha Jacqueline Iglesias Herrera
 
Para muchos es sabido que Edward Alexander Crowley (Warwickshire, Inglaterra 12 de octubre de 1875- Hastings, East Sussex, 1 de diciembre de 1947), más conocido como Aleister Crowley, cuyos apodos eran Frater Perdurabo y La Gran Bestia 666, fue un influyente ocultista, místico y mago ceremonial inglés. De sus escritos sobre magia es notorio “El Libro de la Ley”, aunque también escribió sobre otros temas y géneros, como ficción y poesía.
Su filosofía invita a “hacer lo que realmente queramos”. Es importante señalar que Crowley surgió, practicando los diversos sistemas mágicos que la Orden Hermética de la Golden Dawn, enseñaba. Pero las Inteligencias Sobrehumanas que gobiernan este planeta le tenían reservado un papel más importante que el de un simple mago, por lo que a su debido tiempo, lo nombraron como el Maestro del Mundo. Aiwaz, uno de estos Jefes Secretos, convirtió esta revelación que le había sido dada en algo real, al dictarle lo que Crowley llegó a considerar la Biblia de la humanidad: “El Libro de la Ley”. Este le aportó lo que llegaría a ser su palabra mágica por excelencia, thelema, “voluntad”, que él amplió hasta formar esa conocida frase: “Haz lo que quieras”.
Crowley tenía una enigmática personalidad y estaba en contra de los valores religiosos y morales de su época. Acostumbraba a hablar de todo aquello que los demás no decían. El hábito de la coprofagia que le acompañó durante el resto de su vida lo dio a conocer en la primera de sus obras publicadas: Aceldama de 1898. Este libro puede considerarse un intento, no conseguido, de llevar a Inglaterra el satanismo de Baudelaire. Fue leído por otros en la Universidad de Cambridge, pero no despertó gran interés. La palabra Aceldama significa campo de sangre o lugar en que se ha producido una matanza.


ACELDAMA
UN LUGAR PARA SEPULTAR A LOS EXTRAÑOS.

XII

Ninguna prostitución que realice este cielo
podrá apartarse de él. Ningún canto de los sátiros,
ninguna maníaca danza apretará tan contundentemente la soga
de la imaginación perversamente oscura del deseo,
que impida pasear libremente al espíritu del hombre,
ni tan fuerte que le penetre de congoja,
ni todas las penas del infierno podrán obtener diezmo de su ímpetu.

XIII

Toda degradación, toda absoluta infamia soportarás.
Tu cabeza bajo el fango y los excrementos de mujeres despreciables,
desearás, como en algún malévolo sueño, descansar al fin.
La mujer te pisoteará hasta que respires
la más mortífera de las vaharadas;
¡Que se arrastren los más viles gusanos,
que los más horribles vampiros traigan su lobreguez!


Cabe destacar que su apodo “La Bestia 666”, era un apelativo adecuado para un hombre de un alto grado de irrespetabilidad, que desafiaba las limitaciones y sacaba punta a cualquier convencionalismo.
Con tal de sentirse estimulado era capaz de lo indecible, pues necesitaba estímulos perversos: drogas, sangre menstrual, excreciones humanas… sucesos que le permitieran captar un mensaje. No se sentía atraído por la pintura, ni por la música o cualquier otra cosa usual. Durante su vida siguiendo su principal axioma de comportamiento: «De ningún modo has de comportarte de manera normal o vivir como si fueras tú mismo», encarnó diferentes personajes representados en sus pseudónimos: «Perdurabo», Conde Vladimir Svareff, Lord Middlesex, Lord Boleskine, Alistair MacGregor, Alastor de Kerval, «El Vagabundo de la Desolación», Príncipe Chioa Khan, «Baphomet, el Rey Supremo y Santo». De este modo podía adentrase en todos los terrenos, siempre que fuera el lado oscuro de las cosas. Esto lo hacía sentirse culpable en lo más profundo de su corazón aunque no lo admitiera. Tal es la muestra de lo escrito en 1909 en “La visión y la voz”.
El 15 de febrero de 1941 escribió en su diario: «Que siempre he estado loco es algo que se halla fuera de toda duda». Pero en la magia encontró el modo de expresar su locura. Estas actividades y sus seguidores sirvieron para compensarle, por lo que pudo vivir sin tener que acudir a ningún tratamiento clínico. Para todas las cosas atroces que hacía siempre encontraba en la “La Gran Obra” una justificación. Cuando se veía cogido por sus faltas siempre lo achacaba a que estaba en las manos de su daemon, Aiwaz. Según él, Aiwaz era una inteligencia preterhumana; era el nombre que él asignaba a esa fuerza inconsciente que le mantenía en sus garras. La misma le daba siempre el mensaje de atacar a las creencias. Se trataba de una doctrina negativa que recorre todo el sistema mágico ideado por Crowley.
Podemos observar que el Libro de la Ley, la biblia del crowleyanismo, fue redactada al estilo de los profetas del Antiguo Testamento. Su fórmula salutatoria del «Haz lo que quieras será toda la Ley», no era otra cosa que su ley contra sus padres, contra todo lo que ellos significaban. Este libro fue dictado por Aiwaz en tres noches consecutivas: 8, 9 y 10 de abril de 1904. Sucedió mientras estaba con su esposa Rose Kelly en el Cairo. Hay que destacar que Aiwaz o Aiwass se presenta como un enviado de una entidad superior llamada Hoor-paar-kraat, (mensajero que rige la tierra en el presente) un nombre muy similar al egipcio Har-par- khered, que en griego deriva de la palabra Harpócrates y significa “Horus niño”. El contenido del Libro de la Ley fomenta la libertad sexual, la meditación, la experimentación de drogas, el yoga, el orientalismo y todas aquellas cosas que sesenta años después promovería el movimiento hippie. Explica así mismo el universo donde los elementos son Nuit –espacio, es decir la totalidad de las posibilidades de toda índole- y Hadit, cualquier punto con la experiencia de estas posibilidades.  

Trabajos de Amalantrah: Entidades extraterrestres y el culto de Lam.

Los Trabajos de Amalantrah fueron una serie de rituales mágicos iniciados en New York, en 1918, por Crowley y sus seguidores, que invocaban a unas supuestas entidades interdimensionales, logrando, según aseguraban, la materialización física de un ser al que llamaron Lam. La descripción física del mismo coincide con la de los famosos Grises: cabeza grande, ojos alargados y piel gris. Crowley hizo un dibujo de Lam que, en verdad, coincide con la visión que se tiene de los modernos extraterrestres grises usualmente asociados con la abducción. Grant, discípulo de Crowley, llamó a estos trabajos “el culto de Lam”.
Crowley incluyó el retrato de Lam en su exhibición de Almas Muertas sostenida en Greenwich Village, New York, en 1919. En el mismo año que fue publicado como una pieza principal etiquetada: El Camino al comentario de Crowley sobre la obra de Blavasky, La Voz del Silencio.
Debajo del cuadro estaba la siguiente inscripción:
“LAM es la palabra tibetana para Camino o Sendero, y LAMA es Aquel que Va, el título específico para los Dioses de Egipto, Aquel que pisa el Camino, en fraseología budista. Su valor numérico es 71, el número de este libro”.
Con excepción de esto, no hay comentario existente de Crowley sobre el tema de Lam, excepto por material publicado por discípulos como Kenneth Grant. Hay que tener en cuenta que Grant fue el fundador de la Orden Tifoniana (en inglés Typhonian Order, originalmente llamada Typhonian Ordo Templi Orientis o la Orden de los Templarios Orientales Tifonianos) de tradición esotérica y mágica. La magia tifoniana está fuertemente influenciada por los Mitos de Cthulhu de H.P Lovecraft, la Thelema  y la magia ceremonial desarrollada por Crowley y el  Camino de la Mano Izquierda. Grant consideraba que tanto H.P. Lovecraft como Aleister Crowley estuvieron influenciados psíquicamente por entidades interdimensionales y que su trabajo literario era producto de esta canalización. Así, en general, la Magia Tifoniana se especializa en la invocación de entidades como Lam y otras supuestas formas de vida consideradas inteligencias superiores extraterrestres.
(Es necesario destacar que Grant conoce a Crowley en 1944 y fue iniciado en la “Ordo Templi Orientis” (O.T.O) que es una organización internacional de carácter fraternal y religioso, fundada al comienzo del siglo XX. Crowley fue el miembro más prominente de esta Orden.
Aunque originariamente inspirada y asociada a la Francmasonería, bajo el liderazgo de Aleister Crowley la O.T.O. fue reorganizada con la Ley de Thelema como su eje principal. Esta Ley, expresada como “Haz tu voluntad será el todo de la Ley”, y “El amor es la ley, el amor bajo la voluntad”, fue promulgada en 1904 con la recepción del Libro de la Ley.
Como muchas sociedades secretas, la pertenencia a la O.T.O. está basada en un sistema iniciatorio con una serie de ceremonias de grado que se valen del drama ritual para establecer lazos fraternales e impartir enseñanzas espirituales y filosóficas.
La O.T.O. incluye además a la Ecclesia Gnostica Catholica (EGC) o Iglesia Gnóstica Católica, que es la rama eclesiástica de la Orden. Su rito central, que es también el rito central de la O.T.O. y es de carácter público, es llamado el Liber XV o Misa Gnóstica).

Ya para terminar esta breve reseña sobre este enigmático personaje que destacó entre sus contemporáneos por estar muy adelantado a su tiempo, destacaré un pasaje de su Libro de la Ley:
Surgirá otro profeta, trayendo de los cielos nuevos desórdenes; otra mujer suscitará la concupiscencia y el culto a la Serpiente…
Que mis servidores sean pocos y secretos: regirán sobre la mayoría y los reconocidos.

Bibliografía:
-Wikipedia, Aleister Crowley
-Symonds J. La Gran Bestia. Vida de Aleister Crowley.
-The Confessions of Aleister Crowley. El espíritu de la soledad. Una auto-biografía, subsiguientemente rebautizada como «Las confesiones de Aleister Crowley». Dos vols. The Mandrake Press, Londres, 1930. Vol. I, 284 págs.; vol. II, 307 págs. Magia pre y posthelémica.
-The Book of the Law: (b) AL, Liber Legis, El Libro de la Ley, sub figura XXXI, tal y como le fuera entregado por Aifass (en hebraico y griego) a Ankh-f-a-khonsu, El Sacerdote de los Príncipes, que es 666.

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