Por
Martha Jacqueline Iglesias Herrera
Para
muchos es sabido que Edward Alexander Crowley (Warwickshire, Inglaterra 12 de octubre
de 1875- Hastings, East Sussex, 1 de diciembre de 1947), más conocido como
Aleister Crowley, cuyos apodos eran Frater Perdurabo y La Gran Bestia 666, fue
un influyente ocultista, místico y mago ceremonial inglés. De sus escritos
sobre magia es notorio “El Libro de la Ley”, aunque también escribió sobre
otros temas y géneros, como ficción y poesía.
Su
filosofía invita a “hacer lo que realmente queramos”. Es importante señalar que
Crowley surgió, practicando los diversos sistemas mágicos que la Orden Hermética
de la Golden Dawn, enseñaba. Pero las Inteligencias Sobrehumanas que gobiernan
este planeta le tenían reservado un papel más importante que el de un simple
mago, por lo que a su debido tiempo, lo nombraron como el Maestro del Mundo.
Aiwaz, uno de estos Jefes Secretos, convirtió esta revelación que le había sido
dada en algo real, al dictarle lo que Crowley llegó a considerar la Biblia de
la humanidad: “El Libro de la Ley”. Este le aportó lo que llegaría a ser su
palabra mágica por excelencia, thelema, “voluntad”, que él amplió hasta formar
esa conocida frase: “Haz lo que
quieras”.
Crowley tenía una enigmática
personalidad y estaba en contra de los valores religiosos y morales de su
época. Acostumbraba a hablar de todo aquello que los demás no decían. El hábito
de la coprofagia que le acompañó durante el resto de su vida lo dio a conocer
en la primera de sus obras publicadas: Aceldama de 1898. Este libro puede
considerarse un intento, no conseguido, de llevar a Inglaterra el satanismo de
Baudelaire. Fue leído por otros en la Universidad de Cambridge, pero no
despertó gran interés. La palabra Aceldama significa campo de sangre o lugar en
que se ha producido una matanza.
ACELDAMA
UN LUGAR PARA
SEPULTAR A LOS EXTRAÑOS.
XII
Ninguna prostitución que realice este cielo
podrá apartarse de él. Ningún canto de los
sátiros,
ninguna maníaca danza apretará tan
contundentemente la soga
de la imaginación perversamente oscura del
deseo,
que impida pasear libremente al espíritu del
hombre,
ni tan fuerte que le penetre de congoja,
ni todas las penas del infierno podrán
obtener diezmo de su ímpetu.
XIII
Toda degradación, toda absoluta infamia
soportarás.
Tu cabeza bajo el fango y los excrementos de
mujeres despreciables,
desearás, como en algún malévolo sueño,
descansar al fin.
La mujer te pisoteará hasta que respires
la más mortífera de las vaharadas;
¡Que se arrastren los más viles gusanos,
que los más horribles vampiros traigan su
lobreguez!
Cabe
destacar que su apodo “La Bestia 666”, era un apelativo adecuado para un hombre
de un alto grado de irrespetabilidad, que desafiaba las limitaciones y sacaba
punta a cualquier convencionalismo.
Con tal
de sentirse estimulado era capaz de lo indecible, pues necesitaba estímulos
perversos: drogas, sangre menstrual, excreciones humanas… sucesos que le
permitieran captar un mensaje. No se sentía atraído por la pintura, ni por la
música o cualquier otra cosa usual. Durante su vida siguiendo su principal
axioma de comportamiento: «De ningún modo has de comportarte de manera normal o
vivir como si fueras tú mismo», encarnó diferentes personajes representados en
sus pseudónimos: «Perdurabo», Conde Vladimir Svareff, Lord Middlesex, Lord
Boleskine, Alistair MacGregor, Alastor de Kerval, «El Vagabundo de la
Desolación», Príncipe Chioa Khan, «Baphomet, el Rey Supremo y Santo». De este
modo podía adentrase en todos los terrenos, siempre que fuera el lado oscuro de
las cosas. Esto lo hacía sentirse culpable en lo más profundo de su corazón
aunque no lo admitiera. Tal es la muestra de lo escrito en 1909 en “La visión y
la voz”.
El 15 de febrero de 1941 escribió
en su diario: «Que siempre he estado loco es algo que se halla fuera de toda
duda». Pero en la magia encontró el modo de expresar su locura. Estas
actividades y sus seguidores sirvieron para compensarle, por lo que pudo vivir
sin tener que acudir a ningún tratamiento clínico. Para todas las cosas atroces
que hacía siempre encontraba en la “La Gran Obra” una justificación. Cuando se
veía cogido por sus faltas siempre lo achacaba a que estaba en las manos de su
daemon, Aiwaz. Según él, Aiwaz era una inteligencia preterhumana; era el nombre
que él asignaba a esa fuerza inconsciente que le mantenía en sus garras. La
misma le daba siempre el mensaje de atacar a las creencias. Se trataba de una
doctrina negativa que recorre todo el sistema mágico ideado por Crowley.
Podemos observar que el Libro de la
Ley, la biblia del crowleyanismo, fue redactada al estilo de los profetas del
Antiguo Testamento. Su fórmula salutatoria del «Haz lo que quieras será toda la Ley», no era otra cosa que su ley
contra sus padres, contra todo lo que ellos significaban. Este libro fue
dictado por Aiwaz en tres noches consecutivas: 8, 9 y 10 de abril de 1904.
Sucedió mientras estaba con su esposa Rose Kelly en el Cairo. Hay que destacar
que Aiwaz o Aiwass se presenta como un enviado de una entidad superior llamada
Hoor-paar-kraat, (mensajero que rige la tierra en el presente) un nombre muy
similar al egipcio Har-par- khered, que en griego deriva de la palabra Harpócrates
y significa “Horus niño”. El contenido del Libro de la Ley fomenta la libertad
sexual, la meditación, la experimentación de drogas, el yoga, el orientalismo y
todas aquellas cosas que sesenta años después promovería el movimiento hippie.
Explica así mismo el universo donde los elementos son Nuit –espacio, es decir
la totalidad de las posibilidades de toda índole- y Hadit, cualquier punto con
la experiencia de estas posibilidades.
Trabajos de
Amalantrah: Entidades extraterrestres y el culto de Lam.
Los Trabajos de
Amalantrah fueron una serie de rituales mágicos iniciados en New York, en
1918, por Crowley y sus seguidores, que invocaban a unas supuestas entidades
interdimensionales, logrando, según aseguraban, la materialización física de un
ser al que llamaron Lam. La
descripción física del mismo coincide con la de los famosos Grises: cabeza
grande, ojos alargados y piel gris. Crowley hizo un dibujo de Lam que, en
verdad, coincide con la visión que se tiene de los modernos extraterrestres
grises usualmente asociados con la abducción. Grant, discípulo de Crowley,
llamó a estos trabajos “el culto de Lam”.
Crowley incluyó el retrato de Lam en su exhibición de
Almas Muertas sostenida en Greenwich Village, New York, en 1919. En el mismo
año que fue publicado como una pieza principal etiquetada: El Camino al
comentario de Crowley sobre la obra de Blavasky, La Voz del Silencio.
Debajo del cuadro estaba la siguiente inscripción:
“LAM es la palabra tibetana para Camino o Sendero, y LAMA
es Aquel que Va, el título específico para los Dioses de Egipto, Aquel que pisa
el Camino, en fraseología budista. Su valor numérico es 71, el número de este
libro”.
Con excepción de esto, no hay comentario existente de
Crowley sobre el tema de Lam, excepto por material publicado por discípulos
como Kenneth Grant. Hay que tener en cuenta que Grant fue el fundador de la
Orden Tifoniana (en inglés Typhonian Order, originalmente llamada Typhonian
Ordo Templi Orientis o la Orden de los Templarios Orientales Tifonianos) de
tradición esotérica y mágica. La magia tifoniana está fuertemente influenciada
por los Mitos de Cthulhu de H.P Lovecraft, la Thelema y la magia ceremonial desarrollada por Crowley
y el Camino de la Mano Izquierda. Grant
consideraba que tanto H.P. Lovecraft como Aleister Crowley estuvieron
influenciados psíquicamente por entidades interdimensionales y que su trabajo
literario era producto de esta canalización. Así, en general, la Magia
Tifoniana se especializa en la invocación de entidades como Lam y
otras supuestas formas de vida consideradas inteligencias superiores
extraterrestres.
(Es necesario
destacar que Grant conoce a Crowley en 1944 y fue iniciado en la “Ordo Templi
Orientis” (O.T.O) que es una organización internacional de carácter fraternal y
religioso, fundada al comienzo del siglo XX. Crowley fue el miembro más
prominente de esta Orden.
Aunque
originariamente inspirada y asociada a la Francmasonería, bajo el liderazgo de
Aleister Crowley la O.T.O. fue reorganizada con la Ley de Thelema como su eje
principal. Esta Ley, expresada como “Haz tu voluntad será el todo de la Ley”, y
“El amor es la ley, el amor bajo la voluntad”, fue promulgada en 1904 con la
recepción del Libro de la Ley.
Como muchas
sociedades secretas, la pertenencia a la O.T.O. está basada en un sistema
iniciatorio con una serie de ceremonias de grado que se valen del drama ritual
para establecer lazos fraternales e impartir enseñanzas espirituales y
filosóficas.
La O.T.O. incluye
además a la Ecclesia Gnostica Catholica (EGC) o Iglesia Gnóstica Católica, que
es la rama eclesiástica de la Orden. Su rito central, que es también el rito
central de la O.T.O. y es de carácter público, es llamado el Liber XV o Misa
Gnóstica).
Ya para terminar esta breve reseña
sobre este enigmático personaje que destacó entre sus contemporáneos por estar
muy adelantado a su tiempo, destacaré un pasaje de su Libro de la Ley:
Surgirá otro profeta, trayendo de
los cielos nuevos desórdenes; otra mujer suscitará la concupiscencia y el culto
a la Serpiente…
Que mis servidores sean pocos y
secretos: regirán sobre la mayoría y los reconocidos.
Bibliografía:
-Wikipedia, Aleister Crowley
-Symonds J. La Gran Bestia. Vida de Aleister Crowley.
-The
Confessions of Aleister Crowley. El espíritu de la soledad.
Una auto-biografía, subsiguientemente rebautizada como «Las confesiones de
Aleister Crowley». Dos vols. The Mandrake Press, Londres, 1930.
Vol. I, 284 págs.; vol. II, 307 págs. Magia pre y
posthelémica.
-The Book of the Law: (b) AL, Liber Legis, El
Libro de la Ley, sub figura XXXI, tal y como le fuera entregado por Aifass (en
hebraico y griego) a Ankh-f-a-khonsu, El Sacerdote de los Príncipes, que es
666.
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