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viernes, 19 de enero de 2018

Manuel Carballal: “Existe una vía del corazón y una vía de la razón para llegar a la Verdad…” (Entrevista)



Por Martha Jacqueline Iglesias Herrera

Código Betelgeuse se traslada hasta España nuevamente para entrevistar a ese gran ufólogo e investigador de fenómenos paranormales: Manuel Carballal. Sobre él podemos decir que es el director de “El Ojo Crítico”, la única revista crítica y de investigación sobre los fenómenos ovnis y extraños que se publica en España actualmente. Y gratuita. Puede descargarse gratis en www.elojocriti.info y www.elojocriticozine.blogspot.com.

Además, dirige “El Archivo del Crimen” (http://www.manuelcarballal.blogspot.com/) un website dedicado al mundo del crimen relacionado con las creencias religiosas (sectas, suicidios rituales, mafias, etc.). Autor de diferentes libros polémicos y trasgresores, como “Los expedientes secretos”, “El secreto de los dioses”,  “Los Peligros del Esoterismo”, “El Síndrome del Maligno”, “Secuestrados por los OVNIs”, “La Ciencia Frente al Misterio”, “OVNIs y Pilotos”.
Desde hace 10 años es uno de los tertulianos del famoso programa La Rosa de los Vientos, de Onda Cero Radio en España.

Manuel Carballal, es un ufólogo e investigador de fenómenos paranormales bien conocido en España, un rostro habitual en las televisiones desde hace años. Nació en La Coruña, aunque no mantiene su residencia en esta ciudad española. Estudió teología y criminología en Galicia y Cataluña, especializándose en la criminalidad asociada a las creencias religiosas. Desde hace más de 20 años se dedica profesionalmente a la investigación. Ha desarrollado muchos de sus trabajos en campos específicos como los servicios secretos, las sectas, el crimen organizado, etc. Miembro de más de una veintena de asociaciones internacionales de investigación, ha sido conferenciante en diferentes congresos nacionales e internacionales. Viajero, y miembro de varias expediciones españolas a Asia y África, ha coordinado y/o colaborado en varias iniciativas de Organizaciones No Gubernamentales en África, Europa y América. Como ilusionista ha asesorado varias series de televisión, como Policías, y películas, como “Luces Rojas”, donde enseñó a actores como Robert de Niro o Cillian Murphy, los “efectos” de ilusionismo que realizan en los filmes.

Y acaba de publicar “Los peligros del ocultismo” (Luciérnaga, 2017) y el número 85-86 de El Ojo Crítico (enero, 2018)

Le damos la Bienvenida y espero sea de gran interés para nuestros lectores esta entrevista.



JK: Quiero comenzar esta entrevista citando un fragmento de la introducción de tu libro “La Ciencia frente al Misterio”: «Desde el principio de los tiempos el misterio ha supuesto el verdadero motor de la ciencia. Las incógnitas de fenómenos, más o menos extraños azuzaron la curiosidad de los más lúcidos pensadores que, movidos por esa inquietud, fueron ampliando con el paso de los siglos el conocimiento que tenemos de nuestro mundo, de nuestra vida y de nosotros mismos». Teniendo en cuenta tu vasta trayectoria como investigador, ¿qué motiva en Manuel Carballal esa inquietud por el mundo trascendente?

Algo tan simple y tan abstracto como “buscar la verdad”. Desde que tengo uso de razón me pregunto, lo que todos nos hemos preguntado alguna vez: “¿estamos solos en el universo?”, “¿existe vida después de la muerte?”, “¿tiene el cerebro humano formas de percepción no sensoriales?”… y desde niño me propuse que el único objetivo de mi vida es encontrar las respuestas a esas preguntas, sea cual sea la respuesta. Primero lo intenté a través de la vocación religiosa. Pero cuando me hice consciente que el 80% de la humanidad no son cristianos, deduje que la búsqueda tendría que llevarla a cabo en un campo más amplio que el sacerdocio católico.  Y creo que si algo nos une a todos los seres humanos, o a la mayoría, es la convicción de que existen los milagros, la vida después de la vida, y otras formas de inteligencia no humana que, en ocasiones, pueden influir en nuestra existencia. Esa es una creencia compartida por todas las religiones, razas y épocas… lo que no significa que sea real.

JK: Dionisio Areopagita en su tratado sobre Teología Mística plantea: “La Causa universal está por encima de todo lo creado. No carece de esencia, ni de vida, ni de razón, ni de inteligencia. No tiene cuerpo, ni figura, ni cualidad, ni cantidad, ni peso. No está en ningún lugar. Ni la vista ni el tacto la perciben. Ni siente ni la alcanzan los sentidos. No sufre desorden ni perturbación procedente de pasiones terrenas. Los acontecimientos sensibles no la esclavizan ni la reducen a la impotencia. No necesita luz. No experimenta mutación, ni corrupción, ni decaimiento. No se le añade ser, ni haber, ni cosa alguna que caiga bajo el dominio de los sentidos”. ¿Qué opinión te merece tal reflexión desde tu punto de vista como teólogo? Háblanos del sacerdocio como vocación de tus inicios.

Basta recostarte en cualquier desierto del mundo, yo he podido hacerlo en varios, y levantar la cabeza hacia el firmamento nocturno para sentir la pequeñez de nuestra existencia frente a la inmensidad del universo… Pero los sentimientos no son objetivables ni empíricos. Y aunque los fenómenos físicos del misticismo siguen siendo uno de mis campos de estudios predilectos, hace muchos años que llegué a la conclusión de que si queremos obtener una verdad que sea compartible, debe atenerse al método científico. Debe ser falsable, repetible, definible… Y yo no me resigno a que eso no sea posible. La ciencia siempre ha avanzado gracias a los audaces que se atrevieron a explorar lo que los demás consideraban inexplorable. Y eso es lo que ocurre con el campo de las anomalías. Pienso que existe una vía del corazón y una vía de la razón para llegar a la Verdad. La primera es personal e intransferible. Como el daltónico que sabe que el semáforo está en verde (porque así lo siente), aunque todos los demás sepamos que está en rojo. Pero la segunda es la de los hechos objetivos, las pruebas,  el método científico…y sólo esa es la que puede ser universal y compartirse con todos los demás seres humanos. Yo abogo por la segunda.

JK: En el fenómeno OVNI los ejemplos de estigmas son muy reveladores. Hay informes que incluyen cicatrices inexplicables, quemaduras, conjuntivitis y efectos radiactivos. Sin embargo, Helmut Schmidt ha demostrado que los seres humanos pueden influir psicoquinéticamente sobre la conducta casual de las partículas subatómicas. Ejemplo de ello es el cadáver de San Francisco de Asís que tenía alteraciones en la piel de la mano, como si un clavo lo hubiera atravesado o lo descubierto después de la muerte en el corazón de Santa Teresa que presentaba marcas en forma de flecha o el  caso del Padre Pío que tuvo estigmas por más de cincuenta años y de su sangre emanaban extraños aromas que eran percibidos por miles de personas. Sobre esta base, ¿podría afirmarse que los OVNIS son fabricaciones míticas? ¿Tendría sentido hablar de un fenómeno exclusivamente psíquico capaz de influir, incluso, sobre sistemas mecánicos y de computación?   

Esa sería la conclusión más… rápida. Pero yo intuyo que hay algo más. Es cierto que yo he tenido la oportunidad de estudiar fenómenos místicos, como estigmas, levitaciones, apariciones Marianas, etc. en países no cristianos como Egipto, India, Líbano, etc., pero los protagonistas sí eran cristianos coptos, maronitas, protestantes, etc. Sin embargo, algunos casos, como el de Giorgio Bongiovanni, al que conocí muy a fondo durante años, sugieren que existen elementos exógenos a la mera sugestión del sujeto. De lo contrario ¿por qué alguien que siempre defendió la Sabana Santa de Turín  (que presenta las heridas de clavos en las muñecas) iba a “crearse” los estigmas en las palmas de las manos?
En cuanto al fenómeno OVNI, alguien lo definió como “el problema número uno de la ciencia moderna”, y yo comparto esa opinión. Porque todos los demás fenómenos están incluidos en él.
En 1997 yo protagonicé una experiencia OVNI, junto a Javier Sierra, que confieso me condiciona a la hora de aceptar la HPS (Hipótesis Psico-Social) de la escuela francesa.  Me resulta imposible aceptar que lo que vimos fue una creación psíquica. Últimamente autores como José Antonio Caravaca sugieren, en su Teoría de la Distorsión, otros elementos que creo merece la pena explorar.

JK: Cuando se repasan los informes sobre los ocupantes de los OVNIS uno percibe que, según los testimonios, vienen de diferentes formas y tamaños: de veinte centímetros a dos metros, traslúcidos, calvos o extremadamente peludos, con la piel grisácea o rubios; hablan varios idiomas, se comunican por telepatía, atraviesan muros, desaparecen y levitan. Aparecen en parajes solitarios o en los dormitorios. Evidentemente se trata de formas similares a las del folclore y la mitología. Sin embargo, no sabemos lo suficiente para emitir un juicio válido. ¿Estaríamos ante los «arquetipos» enunciados por Jung proyectados por el alma humana? ¿Crees que sabemos tanto como sabía Galileo cuando miró por primera vez su telescopio?

Al contrario, sabemos muchísimo más. La parapsicología científica existe hace más de siglo y medio, y la ufología hace más de 70 años. Y en ese tiempo hemos aprendido mucho. Otra cosa es que las cosas que hemos descubierto sean cómodas o fáciles de asumir. Sobre todo porque el camino de la búsqueda en estos temas en un camino lleno de decepciones, en los que lo que creías cuando eras un joven inexperto que llegaba al mundo del misterio lleno de ilusiones y prejuicios, se va desmoronando a medida que investigas, en profundidad, cada caso.

Es bastante evidente que los duendes, los íncubos y súcubos, las apariciones marianas, los ángeles y demonios, y todos los demás fenómenos descritos en la literatura del siglo X, XV o XIX, se traspolaron al fenómeno OVNI desde mediados del siglo XX. Así que es lógico suponer que, en todos los casos, haya o no un origen exógeno al testigo, la experiencia  es filtrada por sus creencias, prejuicios y formación cultural. Pero eso no significa que no exista tal origen exógeno.

JK: Volviendo al tema de los «arquetipos»… Si los OVNIS son de alguna manera proyecciones de nosotros mismos, en este caso, entonces, tanto ellos como las entidades sintonizadas en el más allá y los ángeles de la guarda serían parte de un sistema de realidad que nosotros mismos estamos creando. Esto conllevaría a preguntarnos, ¿con qué fin? ¿Para advertirnos a nosotros mismos? ¿Para despertar nuestro potencial? ¿Para acelerar nuestra evolución? ¿Para hacer mutar nuestras mentes y nuestros cuerpos? ¿Para recordarnos que somos los creadores de la realidad?

Después de entrevistar a cientos, quizás miles,  de testigos, comprendo que para el protagonista de una experiencia anómala resulta fácil trascendentalizar la dimensión de su caso, y convertirlo en una misión salvífica universal, pero lo cierto es que cada caso es solo una experiencia personal e intransferible. Incluyendo la mía. Por eso no existen dos casos iguales, y cada relato es único. Porque es una experiencia para ese testigo, en ese lugar y ese momento. Algunos fundaron sectas, otros religiones enteras, pero la experiencia con lo trascendente, como decía William James, es inefable, personal y única.  Algunos colegas, como Moisés Garrido, son apasionados defensores de la llamada paraufología,  que sugiere un origen psíquico del fenómeno OVNI, incluyendo la expresión física del mismo y no la mera sugestión. Su libro “OVNIs. Del espacio exterior al espacio interior” probablemente es la mejor y más actual aportación en ese sentido. Sin embargo yo opino que es peligroso intentar explicar un fenómeno anómalo con otro fenómeno anómalo. Y debato mucho con mi estimado Moisés al respecto.

JK: Como investigador especialmente crítico, has desenmascarado innumerables fraudes y engaños relacionados con las creencias. Se plantea que en el año 2000, conseguiste la primera confesión completa, con pruebas físicas, de que José Luis Jordán Peña era el autor material e intelectual del fraude más importante de la ufología española: el caso Ummo. ¿Qué nos pudieras decir al respecto?

Me temo que es imposible responder  a eso en un espacio tan breve. UMMO fue un fraude que trascendió las fronteras y el control de su creador. Generó lo que en criminología llamamos “imitadores”, que inspirándose en el engaño inicial crearon sus propios clones en busca de sus propios intereses: la secta Edelweis, la clínica de Cañuelas en Argentina, el aterrizaje ummita de A Zapateira en La Coruña,  el affaire UMMO en Rumania, el caso de las hermanas Cronfel, etc., etc., etc. Historias terribles todas ellas que contribuyeron a que Jordán Peña confesase lo que ya sabíamos.
UMMO nos enseñó mucho sobre la crueldad de manipular las creencias de otras personas, y las dimensiones que puede alcanzar esa manipulación. Incluyendo el uso que hicieron de ellas el KGB o la CIA. Por eso debemos ser tan rigurosos, críticos y prudentes a la hora de divulgar supuestos fenómenos sobrenaturales. Porque no podemos prever hasta que punto podemos alentar delirios y psicopatías, tendencias suicidas, o a grupos de estafadores, al darles argumentos para justificar sus creencias. Los irresponsables que actualmente todavía intentan seguir lucrándose con UMMO en sus canales de YouTube deberían estar en la cárcel.

JK: Stephen  Hawking plantea: «Por un agujero de gusano, podríamos ir al otro lado de la galaxia y estar de vuelta para cenar. Sin embargo, es posible demostrar que si existieran los agujeros de gusano los podríamos utilizar para regresar antes de haber salido. Por lo tanto, podríamos hacer algo así como retroceder en el tiempo y dinamitar el cohete en la rampa de lanzamiento para impedir que nos lanzaran al espacio.
Esto es una variación de la paradoja del abuelo: ¿qué ocurre si regresamos al pasado y matamos a nuestro abuelo antes de que fuera concebido nuestro padre?»

Sospecho que nadie, desde luego yo no, puede responder a esa pregunta con un mínimo de solidez. El problema entre la física teórica, las ecuaciones, y la física experimental, es que no conocemos todos los factores que influyen en la realidad del universo. Y cuando salimos de las fórmulas del papel e intentamos replicar experimentalmente esas conjeturas, la realidad nos golpea sin piedad, demostrándonos cuánto nos queda por saber. El actual modelo físico difiere del de Einstein, como este difería del de Newton. Pero a menos que pensemos que hemos llegado al final del conocimiento y que no queda nada por descubrir, parece razonable pensar que el modelo físico del siglo XXII o XXV nos hará parecer unos paletos primitivos y cavernícolas, como ahora nos parecen ignorantes e ingenuos los grandes físicos del siglo XVII o XVIII. Porque el conocimiento avanza siempre de forma exponencial y más rápido que nunca antes. Así que yo sería muy prudente…

JK: La revista “El Ojo Crítico”, de la cual eres el director, está considerada la única revista crítica y de investigación sobre los fenómenos ovnis y extraños que se publica en España actualmente. Háblanos de su gestación y cómo fue acogida por el público lector interesado en estos temas.

El Ojo Crítico lleva publicándose más de 25 años. Siempre de forma gratuita. Y lo que nació como una proposición individual y personal de ofrecer una alternativa razonable al mundo
de las anomalías, poco a poco, año a año, fue acogiendo las firmas y colaboraciones de los mejores autores en habla hispana, que han encontrado en EOC el único lugar donde se pueden publicar   esos trabajos audaces, incómodos y desmitificadores, que no tienen sitio en las revistas comerciales,  que lógicamente van destinadas al gran público. Supongo que la desaparición de todas las publicaciones de investigación tras la llegada de internet: como Cuadernos de Ufología, Psi-Comunicación, Stendek, Hipergea, etc., ha influido en que ahora todos los grandes investigadores, los de verdad (no hablo de periodistas ni de divulgadores) se hayan vuelto hacia EOC, porque no hay nada más.  Hoy creo que puedo decir, sin temor a equivocarme, que en EOC se publican auténticas tesis doctorales, trabajos de investigación químicamente pura, que pasarán a la historia como los pocos avances realmente objetivos que estamos haciendo en nuestro conocimiento del mundo de las anomalías. Y la prueba está en nuestros lectores. Recibimos emails de profesores de universidad, de catedráticos, de médicos, de físicos, de sociólogos, que encuentran en esos trabajos pistas para sus propias investigaciones.  Y solamente por eso, por la inmensa generosidad de los colaboradores que nos mandan obras maestras  de forma totalmente gratuita y desinteresada, merece la pena el enorme esfuerzo que implica sacar cada número. Te confieso que a veces, cuando estamos maquetando trabajos inéditos de Sánchez-Oro, Caravaca, Montejo, Fábrega, Garrido, etc., etc., etc., nos emocionamos, pensando que estos trabajos deberían estar en la portada del Nature o de Muy Interesante… y ellos nos los regalan a todos nosotros gratis. Y ellas, investigadoras absolutamente extraordinarias, como Débora Goldstern, Lourdes Gómez, Beatriz Erlanz… que en un mundo tan machista como el del misterio, donde a la mujer se la ha relegado al papel de la psíquica, la médium, la vidente, que demuestran con cada investigación que su capacidad intelectual está muy por encima de la nuestra. Todos y todas son extraordinariamente valientes, sobre todo porque saben que EOC es la publicación que más incomoda, en tanto es la única que denuncia constantemente los fraudes que cometen, tanto testigos anónimos, como famosos y consagrados periodistas y divulgadores.  Y eso a veces les ha acarreado problemas con los grandes “intocables” del misterio.                                       

JK: De los documentos oficiales sobre OVNIS que todavía no han sido desclasificados por los militares en España  y que, sin embargo, han sido publicados en la revista “El Ojo Crítico”. ¿Cuál es, según tu criterio, el más auténtico desde el punto de vista ufológico?

Ese fue otro de los premios a nuestro trabajo. Que una fuente vinculada a la desclasificación OVNI del Ejército del Aire español nos escogiese, entre todas las opciones posibles, para facilitarnos cientos de documentos, memorándums, informes y expedientes no desclasificados,  nos hizo pensar que algo debimos haber hecho bien. Y nos permitió entender, salvando las distancias, lo que debía sentir Julian Assange al recibir los cables diplomáticos filtrados en Wikileaks. Nosotros, en Ufoleaks filtramos esos documentos, y no es fácil valorar cual es el más interesante. Pero en nuestra opinión resultan absolutamente sorprendentes los documentos que demuestran la intervención del Rey de España, Don Juan Carlos I, o del servicio de inteligencia español (CESID) en dicho proceso. Algo de lo que no teníamos ni idea. O los documentos que demuestran cómo se espió a investigadores OVNI, como J. J. Benítez, o el registro que llevaba el Ejército de todos los que nos interesábamos por sus expedientes OVNI. O los documentos que hablan del contrato  que se planteó con Vicente Juan Ballester Olmos y el CEI para asesorar la desclasificación. O los informes OVNI de la Guardia Civil… etc. Como te digo es difícil escoger uno.

JK: La fantasía de creerse controlado por una fuerza externa se remonta a las primitivas tradiciones de brujería y hechicería. En los tiempos modernos, tales procesos se han tecnologizado, y nuestra fantasía es la de ser controlados por agentes desconocidos que usan rayos, frecuencias o instrumentos electromagnéticos secretos de alta complejidad técnica.  Sin embargo, se plantea que en el argumento de los raptos extraterrestres juegan un papel importante los «lavados de cerebro» con el propósito de reconducir a los individuos o ejercer sobre ellos controles políticos o religiosos. ¿Qué opinas al respecto? 

El mito del rapto está presente en todas las culturas. Yo he podido estudiarlo en contextos tan diferentes como la religión vudú en mis viajes a Haití,  el judaísmo tradicional en Israel, etc. Pero independientemente de la dimensión antropológica del mito, a medida que pasan los años y se desclasifican documentos oficiales sobre vergonzosos experimentos militares con población civil descubrimos que han existido raptos reales, que no tienen nada de mitológico. Los ejemplos más elocuentes y aterradores son los experimentos de programas como el MK-Ultra de la CIA, y los experimentos farmacológicos en África o América Latina. Pero no son los únicos.
Hace años, cuando Jacques Valleé me sugería que algunos casos de abducción podrían ser la tapadera de experimentos militares (él apuntaba a casos concretos como la abducción en Francia de Frank Fontaine), me parecía conspiranóico. Hoy existe toda una línea de investigación en este sentido, las llamadas Milabs (abducciones militares), que comparten muchos investigadores. Y casos tan terribles, como la Operación Mengele (el secuestro de varios mendigos en España para experimentar con ellos un nuevo fármaco a usar en la lucha contra ETA), nos hacen pensar que la realidad siempre supera la ficción. Pero siguen siendo excepciones. Parece razonable suponer que la mayoría de los casos que nos llegan suelen tener un origen endógeno en la psique del abducido.

JK: Jung planteaba: “La psiquis puede mover el cuerpo, pero únicamente dentro de un organismo vivo. El hecho de que algo psíquico, que posee cualidades materiales y una gran carga de energía, pueda aparecer solo, suspendido a gran altura, en el aire y a una gran distancia, supera nuestra comprensión. Aquí nuestro conocimiento nos deja en la sombra y, por tanto, es inútil especular más allá en este sentido”.  ¿Crees que bajo la misma influencia  de ciertas condiciones emocionales, un gran grupo de población pueda experimentar la misma disociación y exteriorización de energía psíquica?

Estamos viviendo un momento único en la historia. Como la evolución científica es exponencial, cada día se producen más descubrimientos científicos en más áreas de la ciencia, que nunca antes. Y uno de los campos que más está renovándose es la neurociencia. El cerebro humano sigue siendo el gran misterio de la naturaleza, y cada día se están haciendo nuevos descubrimientos sobre su increíble potencial. Y sin embargo el gran dilema de si la mente, la conciencia, es dependiente de su carcasa física (el cerebro), o podría existir independiente de ella, sigue siendo objeto de debate.
Lo mismo ocurre con las teorías sobre la capacidad de las mentes humanas para interactuar conjuntamente. Algunos investigadores como Jacobo Grinberg (y su teoría de la Sintergia), o Rupert Sheldrake (y su teoría de los campos morfogenéticos),  defienden esa idea, pero para la comunidad científica todavía parece más razonable suponer que tal conexión psíquica no existe. Sin embargo es irrefutable que en determinadas condiciones toda una comunidad puede crear una realidad subjetiva, cuando comparte una sugestión, generalmente condicionada por sus creencias religiosas. Más allá de eso, temo que solo podemos especular.

JK: El problema con los defensores del fenómeno OVNI y de los desmitificadores es que ambos parten de un modelo lineal de trasmisión de información. Los defensores insisten en que de algún modo les fue conferido el conocimiento inmediato de los misterios celestiales. Los desmitificadores, en cambio, se basan en la creencia de que toda información contundente puede dejarse de lado de acuerdo con los postulados sobre la trama de la existencia que ellos mismos poseen. Sobre esta base, ¿crees que lo genuinamente real es aquello que no puede pensarse conceptualmente?

Lo que yo creo es que en el fenómeno OVNI es donde mejor puede aplicarse el principio de “contención del debate” de Noam Chomsky. Como bien dices la mayor parte del público “contiene el debate” entre dos ideas únicas: los OVNIs son extraterrestres o los OVNIs no existen. Pero eso es falaz. Los OVNIs, por pura definición etimológica, existen, pero pueden ser mucho más que naves extraterrestres. De hecho yo estoy convencido hace mucho tiempo de que los OVNIs si son naves no son extraterrestres, y si tienen origen extraterrestre no son naves… Debemos hacer un ejercicio conceptual mucho más audaz e imaginativo para acercarnos a la comprensión del llamado “problema número uno de la ciencia moderna”.

JK: Si partiéramos de la idea que, en efecto, un posible aterrizaje extraterrestre tuviera lugar, y contactaran a una persona dándole en cinco minutos más conocimientos que los incluidos en todos los tratados juntos acerca de cuánto hay de real y cierto sobre los OVNIS y sus ocupantes. ¿Crees que el gobierno y la ciencia oficial tomarían a esta persona bajo su cargo y la ovnilogía sería redefinida y relegada en un segundo plano en un rincón oscuro de la historia?

Desgraciadamente no. Porque eso ha ocurrido tantas veces, me refiero a personas que aseguran que han tenido un contacto extraterrestre y que les han dado infinitos conocimientos (que nunca han podido demostrar) que seguramente ocurrirá como en el cuento del pastor que siempre gritaba: ¡que viene el lobo! Ya nadie les presta atención.  El mundo de las anomalías está tan desprestigiado socialmente, en buena medida por causa de la divulgación sesgada y sensacionalista que se ha hecho de estos temas, que para nosotros supone una lucha titánica y agotadora nuestro esfuerzo por legitimar la dimensión cultural y científica del misterio. Somos minúsculos davides enfrentados a gigantescos goliates.
Hoy ya no se puede decir, como hace años, que la ciencia y el gobierno quieren ocultar la realidad extraterrestre. Lo que los actuales “hombres de negro” intentan ocultar es todas las operaciones y experimentos que esconden tras la pantalla OVNI. Porque políticos, científicos y militares están gastando más dinero y tiempo que nunca en buscar alguna señal de vida inteligente en el universo. EEUU, China, Rusia, la Unión Europea… compiten por ser el primero en encontrar vida extraterrestre, y si se publican con tanta frecuencia falsos positivos es por esa premura en intentar ser el primero en dar la noticia. Y por supuesto, el día que eso ocurra, la ufología no desaparecerá, porque más allá de la hipótesis extraterrestre, el fenómeno OVNI esconde muchas más maravillas para nuestro conocimiento del hombre y el universo.

JK: Si tuvieras que en unas pocas palabras darle un mensaje al mundo, ¿cuál sería?

No soy nadie para dar mensajes al mundo. Me limito a intentar aplicar el que un día alguien que me quería me dio a mí: haz a los demás lo que te gustaría que te hiciesen a ti, y así te devolverán lo que des. A mí me funciona.

JK: Ya para finalizar, ¿qué recomendaciones pudieras darles a los que se acercan por primera vez a estos mundos trascendentes?

Que lean. Que lean mucho. No solo lo que está de acuerdo con sus opiniones o prejuicios, sino justo lo contrario. Que sean valientes y se atrevan a confrontar permanentemente sus propias conclusiones, porque nadie tiene toda la Verdad, lo que significa que si sigues, aún puedes averiguar más. Que no pierdan nunca la ilusión por conocer y la pasión por la investigación. A medida que avancen en estos temas descubrirán que la gran mayoría de las cosas que leyeron al principio no son como les contaron.  Por eso deben comprobar por si mismos cada uno de esos misterios. Entonces descubrirán que no existió el “humanoide de Fergana”, ni los “discos dropa, ni los “aviones y tanques” de Dendera. Que las “piedras de Ica”,  Sai Baba o UMMO son fraudes. Que el “astronauta” de Palenque no es un astronauta, las “pistas” de Nazca no son pistas y las “hadas” de Cottingley no son hadas… Descubrirá que en el mundo del misterio, como en el mundo de la medicina, la política o la economía, vivimos rodeados de mentiras. Y entonces sentirá una profunda decepción y desencanto. Pero cada vez que descubrimos un engaño, encendemos una luz en la oscuridad, y eso significa que cada vez vemos con más claridad lo que se oculta realmente en esa oscuridad.
A pesar de todos los desengaños que implica la investigación, sinceramente pienso que no existe ningún campo de estudio más enriquecedor intelectualmente, que el mundo de las anomalías. Porque su estudio te fuerza a formarte en todas las disciplinas: del ilusionismo a la astronomía, de la física a la arqueología, de la química a historia del arte… Y merece la pena. Siempre merece la pena.

Muchísimas gracias a Manuel Carballal por haber compartido sus experiencias en este espacio.

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