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viernes, 18 de noviembre de 2022

La Sedmitchka. Un acercamiento a la vida y obra de la abnegada apóstol del espiritualismo trascendental, pionera del esoterismo: Helena Petrovna Blavatsky…



Por Esteban D. Fernández

“El don de comunicarse
con lo invisible,
de ver el dolor sufrido
por sus ancestros en esas tierras
y presagiar el porvenir
harán que Helena se gane
el sobrenombre de Sedmitchka,
diez letras que evocan el espíritu
de los Grandes Antepasados” ...


Hoy, en Código Betelgeuse, nos acercaremos a una de las más trascendentales figuras de fines del siglo XIX: Helena Petrovna Blavatsky. Nadie con sus características: revolucionaria en exceso y desafiante ante las ortodoxias que imperaban en su época, ya se tratase de psicología, ciencia, filosofía o religión… puede permanecer ignorada. Helena fue una iconoclasta que hizo pedazos las envolturas que ocultaban lo Real de lo ilusorio, pero muchos, aferrados a los convencionalismos, la agredieron y ultrajaron por su coraje y temeridad al rasgar el velo de aquello que parecía un agravio revelar. Frente al escepticismo dominante en la época se valió de su pluma como de ariete para batir brecha en las hasta entonces infranqueables murallas del materialismo científico.

Pero retrocedamos hasta 1831. La medianoche entre el 30 y 31 de julio de este año (según el calendario ruso el 12 de agosto), nació prematuramente, en Ekaterinoslav, al sur de Rusia: Helena Petrovna Hahn. Debido a extraños incidentes que ocurrieron a la hora de su nacimiento y en ocasión de su bautismo, la servidumbre le presagió una existencia tormentosa. 

 
La historia de su linaje podría considerarse la historia de Rusia. Descendiente de una larga línea de hombres y mujeres poderosos y altivos, con una tradición y dignidad a sostener y conocidos a través de toda Europa. Helena fue una niña indócil e irreverente que se burló implacablemente de los convencionalismos. Su padre, el Capitán Peter Hahn, descendía de los viejos Cruzados de Mecklenburg, los Rottenstern Hans. Debido a que su madre, una ilustrada literata, murió cuando ella tenía once años, pasó Helena su niñez con sus abuelos, los Fadéef, en una vieja e inmensa mansión en Saratov que cobijaba a muchos miembros de la familia y a numerosos criados y asistentes por ser su abuelo Fadéef, gobernador de la provincia de Saratov.
Helena poseía una innata capacidad psíquica. Sostenía y demostraba que tenía habilidad para comunicarse con los muertos y con los moradores de los mundos sutiles e invisibles. Se le atribuyeron poderes clarividentes, así como la capacidad de producir manifestaciones fenoménicas consumiendo parte de su vitalidad. Esta capacidad natural fue, a su debido tiempo, disciplinada y desarrollada a través de toda su vida. Hay que destacar que su educación estuvo condicionada por la posición social de su familia y los factores culturales imperantes en la época. De este modo, a través de su erudita abuela fue una diestra lingüista, una esplendente música y obtuvo sentido científico y experiencia.
No sería hasta 1848, a la edad de 17 años, cuando contraería matrimonio con el General Nicephore V. Blavatsky, gobernador de la provincia de Erivan, que era un hombre ya entrado en años. A pesar de las diferentes versiones que apuntan al por qué de este matrimonio, lo cierto es que esta unión no cautivó a Helena, quien abandonó a su marido y huyó a casa de sus familiares quienes la enviaron con su padre. Pero, por temor de que la obligaran a regresar con el General Blavatsky, se volvió a escapar comenzando así sus años de aventuras. Su padre, no obstante, siguió ayudándola financieramente.
El año 1851 será significativo en la vida de Helena, ahora Madame Blavatsky, pues encontrará físicamente a su maestro, el Hermano Mayor o Adepto, quien la enseñará a controlar y dirigir las fuerzas a las cuales se encontraba sometida en razón de su excepcional naturaleza. Esta guía la condujo a través de experiencias dentro de los dominios de magia y ocultismo. Aprendió así a recibir mensajes de sus maestros y trasmitirlos a sus destinatarios. Durante este período de aprendizaje pasó parte del tiempo en las regiones del Himalaya, estudiando en monasterios en los cuales se han preservado las enseñanzas de los más eruditos y espirituales Maestros de los tiempos pasados. Así estudiaría la Vida y las Leyes de los mundos internos y las reglas que deben cumplirse para ganar el acceso a los mismos. The Voice of the Silence (La Voz del Silencio) es un libro que ha quedado como testimonio de esta etapa de entrenamiento esotérico.
Estados Unidos de América será testigo en 1873 de cómo una desconocida mujer rusa irrumpiría en el movimiento Espiritista que entonces conmovía tan profundamente a América. Las mentes científicas estaban deseosas de descubrir el significado de los extraños fenómenos y les resultaba difícil encontrar el camino en medio de tantos fraudes y engaños. H.P.B trató de hallar una explicación a los mismos de dos formas: 1) Por la demostración práctica de sus propios poderes; 2) declarando que existía un antiquísimo conocimiento de las más profundas leyes de la vida, estudiado y preservado por aquellos que podían usarlo con seguridad y para realizar el bien, seres que en sus más altos rangos recibían la denominación de “Maestros”, aunque también otros títulos eran usados por Ellos, como ser Adeptos, Chohans, Hermanos Mayores, la Jerarquía Oculta, etcétera.
Para corroborar sus declaraciones escribió entonces: Isis Unveiled (Isis sin Velo), en 1877, un libro que trata de la historia y del desarrollo de las ciencias ocultas, la naturaleza y el origen de la magia, las raíces del cristianismo y, según la perspectiva de la autora, los fallos de la teología cristiana y los errores establecidos en aquel entonces por la ciencia oficial., y The Secret Doctrine (La Doctrina Secreta), en 1888, ambas obras trasmitidas a ella por los Maestros. En Isis Unveiled estampó valientemente el peso de la evidencia recogida por ella en las escrituras del mundo y otros registros en aspectos relativos a: materialismo científico, ortodoxia religiosa, creencias ciegas, escepticismo e ignorancia.
Madame Blavatsky explicó que escribió tanto Isis sin velo como La Doctrina Secreta con la ayuda de los Mahatmas y que algunas veces le transfirieron sus conciencias a su cuerpo físico, en un proceso llamado "tulku". Blavatsky afirmaba que tal proceso no era mediúmnico, porque los mahatmas no eran espíritus de muertos, sino seres humanos verdaderos en cuerpos físicos. Según ella, algunas descripciones y citas le fueron mostradas por ellos a través de la luz astral; otras veces, mientras dormía. Según su versión, páginas enteras fueron precipitadas en su propia letra, o las cartas de los maestros se materializaban en el papel. Estas afirmaciones contribuirían fuertemente al hecho de que Blavatsky fuera tomada como impostora.
Sin embargo, una de las tareas más importantes de H.P.B cuando fue “enviada” a Estados Unidos, fue la de constituir una Sociedad, la cual fue denominada durante su formación The Theosophical Society (Sociedad Teosófica) cuyo objeto era: “recoger y difundir el conocimiento de las leyes que gobiernan el Universo”. La Sociedad invitaba a “la fraternal cooperación de todos los que pudieran comprender la importancia de su campo de acción y tuvieran simpatía por los objetivos para los cuales había sido organizada”.
Fue entonces cuando se le encomendó a Madame Blavatsky que persuadiera al Coronel Henry Steel Olcott (hombre altamente apreciado y muy conocido en la vida pública de América) para que cooperara con ella en la formación de la Sociedad. Finalmente, tanto él como H.P.B consagraron todo con el fin de desarrollar la tarea que los Maestros les habían delegado.
Los primeros fundamentos firmes de su labor los establecieron en 1879 en un viaje a la India. Rápidamente, de país en país, la Sociedad se expandió apoyada por aquellos para quienes habían resultado convincentes su afirmación de servicio a la humanidad, la claridad y lógica de su filosofía, la amplitud de su plataforma y la inspiración de su guía espiritual. Así es como H.P.B fue investida por los Maestros para impartir la Doctrina Secreta o teosofía al mundo y el coronel Olcott fue delegado con la tarea de organizar la sociedad, lo que realizó con considerable éxito. Es evidente que estos pioneros hallaron oposición e incomprensión, especialmente H.P.B, pero ella estaba preparada para cualquier sacrificio. Como escribiera en el prefacio de la Doctrina Secreta: “Estoy acostumbrada a las injurias, me hallo en relación diaria con la calumnia, y ante la maledicencia me sonrío con silencioso desdén”.
Se considera que el tiempo que pasó en Inglaterra entre 1887 y 1891 fue posiblemente el más efectivo y brillante de su vida. A su incesante tarea de escribir, editar y atender la correspondencia, se agregaba la tarea de instruir a sus discípulos para capacitarlos en la continuación de su obra. A este fin organizó, con la aprobación del Presidente (el Coronel Olcott), la Sección Esotérica de la Sociedad Teosófica. En 1890 se encontraban bajo su dirección más de un millar de miembros.
La Doctrina Secreta se define a sí misma a través de su título. No expone la Doctrina Secreta en su totalidad, sino un número seleccionado de fragmentos de sus principios fundamentales:
     1)    Puede lograrse una percepción de las verdades universales a través de la Cosmogénesis de los antiguos.
      2)      Proporciona una guía para revelar la verdadera historia racial de la humanidad.
      3)      Levanta el velo de la alegoría y el simbolismo para revelar la belleza de la Verdad.
     4)    Presenta al intelecto anhelante, a la intuición y a la percepción espiritual, los “secretos” científicos del Universo para su comprensión. (Ellos siguen siendo secretos hasta que no sean comprobados)

LA FUENTE DE LA DOCTRINA SECRETA
En 1885, cuando La Doctrina Secreta se estaba preparando, el Mahatma K. H. le
escribió al Dr. Franz Hartmann, un doctor alemán y un miembro de la Sociedad
Teosófica: “La Doctrina Secreta, cuando esté lista, será la producción triple de M. (el Maestro M.), Upasika (Mme. Blavatsky) y el servidor más humilde del Doctor, K. H.” (Cartas de los Maestros de Sabiduría, Segunda Serie; C. Jinarajadasa, ed. pág. 126).
Por lo tanto, tenemos la seguridad de que esta gran obra proviene, por lo menos en parte, de una fuente tan elevada como podamos encontrar en este planeta.
Considerando esta fuente, podemos preguntar cómo los Mahatmas mismos consideraron el conocimiento que estaban poniendo al alcance del mundo occidental por primera vez. En Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett, el Mahatma K.H. dijo respecto a este conocimiento: “Es por cierto un cuerpo de la más elevada importancia espiritual, profunda y práctica a la vez, para todo el mundo… no se les dan estas verdades a Uds. como un mero agregado a la masa confusa de teoría o especulación en el mundo de la ciencia, sino por su valor práctico en bien de la humanidad”.

SEIS IDEAS IMPORTANTES PARA LA COMPRENSIÓN DE LA DOCTRINA SECRETA…

Primero: está el hecho que la Doctrina Esotérica es “la Sabiduría acumulada de los siglos… un registro ininterrumpido” que nos ha llegado a través del tiempo, expresada en alegoría y símbolo, depositada en mitos y leyendas, perceptible siempre para quienes desean la percepción.
Segundo: se nos recuerda que la ley fundamental de la filosofía esotérica es la unidad de todas las cosas: “Sustancia” en el plano del Universo manifestado... un “Principio” en el Espacio sin principio ni fin, abstracto, visible e invisible.
Tercero: se nos recuerda el principio universal de desarrollo rítmico, manifestación cíclica que tiene lugar en todo nivel.
Cuarto: este concepto nos introduce a uno de los misterios más grandes de la filosofía esotérica, la naturaleza efímera de toda la existencia, la doctrina de maya, desafortunadamente mal interpretada muy a menudo. Porque maya es no tanto una ilusión, según nuestra comprensión común de esa palabra, sino un paso medido de la manifestación. La palabra raíz aquí es ma, que significa medir. Las energías que se manifiestan de un Logos Creador, se expresan simplemente en un orden medido; aquí en el mundo físico esas energías alcanzan sus confines más limitados en medidas de tiempo y espacio. Maya, por lo tanto, en su sentido más elevado es el aspecto creador de la Realidad. No es una ilusión, es el productor de todas las formas ilusorias, apariencias, cambios y transitoriedades y es realmente el que desvela al espíritu que inspira todas las formas.
Como señala H.P.B.: “…el Universo es lo suficientemente real para los seres conscientes que hay en él” (vol. I, pág. 287), porque “la ilusión de aquél que es en sí mismo una ilusión, difiere en cada plano de consciencia” (Vol. II, pág. 40). La consciencia es la percepción medida de la “Sustancia–Principio” única y cuando cesa la medida, la conciencia se dirige hacia lo Absoluto inconmensurable, transformándose en no–consciencia, el estado descrito bellamente en la Primera Stanza y en los comentarios posteriores.
Quinto: este concepto nos recuerda que “Todo en el Universo… es consciente”. Es el desarrollo de la consciencia lo que provee el propósito de la manifestación y la doctrina de maya asume un nuevo significado para nosotros. H.P.B. señala que (Vol. I, pág. 304) “la experiencia de cualquier plano es una realidad para el ser que percibe, cuya consciencia está en ese plan”.
Desde este punto de vista podemos proseguir en nuestros estudios a la consideración del Vol. II, Sección III, “Sustancia Primordial y Pensamiento Divino”. Aquí nos enfrentamos con el ordenamiento del proceso evolutivo, la Energía Cósmica (Fohat) distribuyendo la Sustancia Cósmica (Akasha) bajo las directivas de la Ideación Cósmica (Mahat). De este modo surge el:
Sexto: gran concepto, resumido por H.P.B. en la Recapitulación: “El Universo es elaborado y guiado, de dentro hacia fuera”.

LEGADO…
Helena Petrovna Blavatsky falleció el 8 de mayo de 1891. Dejó a las generaciones futuras el gran legado de algunos de los más elevados pensamientos presentados al mundo.  Ella abrió las, por mucho tiempo selladas, puertas de los Misterios, declaró una vez más la realidad sobre el Hombre y la Naturaleza y dio evidencia de la presencia sobre la tierra de la Jerarquía Oculta que guarda y guía al mundo.
La Doctrina entonces es nuestra, secreta no porque esté escondida, sino porque su naturaleza interna es inexpresable. El vibrante palpitar de lo Real se identifica perfectamente con nuestro interior y lo humano –el microcosmos- refleja el esquema cósmico creativo.
Helena Blavatsky dejó innumerables seguidores y enseñanzas acerca de la sabiduría antigua y mística, y es quizás la mujer más brillante de todos los tiempos en materia de ocultismo, metafísica, teosofía, parapsicología, esoterismo, entre otros temas de la misma índole.
Ya para finalizar, les dejo este pensamiento de G. K. Chesterton:

“La pregunta no es si estas grandes verdades realmente nos importan; la pregunta es si nos interesa alguna otra cosa”.

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