Por Esteban D. Fernández
“El
don de comunicarse
con
lo invisible,
de
ver el dolor sufrido
por
sus ancestros en esas tierras
y
presagiar el porvenir
harán
que Helena se gane
el
sobrenombre de Sedmitchka,
diez
letras que evocan el espíritu
de
los Grandes Antepasados” ...
Hoy, en Código
Betelgeuse, nos acercaremos a una de las más trascendentales figuras de fines
del siglo XIX: Helena
Petrovna Blavatsky. Nadie con sus características: revolucionaria en
exceso y desafiante ante las ortodoxias que imperaban en su época, ya se
tratase de psicología, ciencia, filosofía o religión… puede permanecer
ignorada. Helena fue una iconoclasta que hizo pedazos las envolturas que
ocultaban lo Real de lo ilusorio, pero muchos, aferrados a los
convencionalismos, la agredieron y ultrajaron por su coraje y temeridad al
rasgar el velo de aquello que parecía un agravio revelar. Frente al
escepticismo dominante en la época se valió de su pluma como de ariete para
batir brecha en las hasta entonces infranqueables murallas del materialismo
científico.
Pero retrocedamos
hasta 1831. La medianoche entre el 30 y 31 de julio de este año (según el
calendario ruso el 12 de agosto), nació prematuramente, en Ekaterinoslav, al
sur de Rusia: Helena Petrovna Hahn.
Debido a extraños incidentes que ocurrieron a la hora de su nacimiento y en
ocasión de su bautismo, la servidumbre le presagió una existencia tormentosa.
La historia de
su linaje podría considerarse la historia de Rusia. Descendiente de una larga
línea de hombres y mujeres poderosos y altivos, con una
tradición y dignidad a sostener y conocidos a través de toda Europa. Helena fue
una niña indócil e irreverente que se burló implacablemente de los
convencionalismos. Su padre, el Capitán Peter Hahn, descendía de los viejos
Cruzados de Mecklenburg, los Rottenstern Hans. Debido a que su madre, una ilustrada
literata, murió cuando ella tenía once años, pasó Helena su niñez con sus
abuelos, los Fadéef, en una vieja e inmensa mansión en Saratov que cobijaba a
muchos miembros de la familia y a numerosos criados y asistentes por ser su
abuelo Fadéef, gobernador de la provincia de Saratov.
Helena poseía
una innata capacidad psíquica. Sostenía y demostraba que tenía habilidad para
comunicarse con los muertos y con los moradores de los mundos sutiles e
invisibles. Se le atribuyeron poderes clarividentes, así como la capacidad de
producir manifestaciones fenoménicas consumiendo parte de su vitalidad. Esta
capacidad natural fue, a su debido tiempo, disciplinada y desarrollada a través
de toda su vida. Hay que destacar que su educación estuvo condicionada por la posición
social de su familia y los factores culturales imperantes en la época. De este
modo, a través de su erudita abuela fue una diestra lingüista, una esplendente
música y obtuvo sentido científico y experiencia.
No sería hasta
1848, a la edad de 17 años, cuando contraería matrimonio con el General Nicephore
V. Blavatsky, gobernador de la provincia de Erivan, que era un hombre ya
entrado en años. A pesar de las diferentes versiones que apuntan al por qué de
este matrimonio, lo cierto es que esta unión no cautivó a Helena, quien
abandonó a su marido y huyó a casa de sus familiares quienes la enviaron con su
padre. Pero, por temor de que la obligaran a regresar con el General Blavatsky,
se volvió a escapar comenzando así sus años de aventuras. Su padre, no
obstante, siguió ayudándola financieramente.
El año 1851 será
significativo en la vida de Helena, ahora Madame Blavatsky, pues encontrará
físicamente a su maestro, el Hermano Mayor o Adepto, quien la enseñará a
controlar y dirigir las fuerzas a las cuales se encontraba sometida en razón de
su excepcional naturaleza. Esta guía la condujo a través de experiencias dentro
de los dominios de magia y ocultismo. Aprendió
así a recibir mensajes de sus maestros y trasmitirlos a sus destinatarios.
Durante este período de aprendizaje pasó parte del tiempo en las regiones del
Himalaya, estudiando en monasterios en los cuales se han preservado las
enseñanzas de los más eruditos y espirituales Maestros de los tiempos pasados.
Así estudiaría la Vida y las Leyes de los mundos internos y las reglas que
deben cumplirse para ganar el acceso a los mismos. The Voice of the Silence (La Voz del Silencio) es un libro que ha
quedado como testimonio de esta etapa de entrenamiento esotérico.
Estados Unidos
de América será testigo en 1873 de cómo una desconocida mujer rusa irrumpiría
en el movimiento Espiritista que entonces conmovía tan profundamente a América.
Las mentes científicas estaban deseosas
de descubrir el significado de los extraños fenómenos y les resultaba difícil
encontrar el camino en medio de tantos fraudes y engaños. H.P.B trató de
hallar una explicación a los mismos de dos formas: 1) Por la demostración
práctica de sus propios poderes; 2) declarando que existía un antiquísimo
conocimiento de las más profundas leyes de la vida, estudiado y preservado por
aquellos que podían usarlo con seguridad y para realizar el bien, seres que en
sus más altos rangos recibían la denominación de “Maestros”, aunque también
otros títulos eran usados por Ellos, como ser Adeptos, Chohans, Hermanos
Mayores, la Jerarquía Oculta, etcétera.
Para corroborar
sus declaraciones escribió entonces: Isis Unveiled (Isis sin Velo), en 1877, un
libro que trata de la historia y del
desarrollo de las ciencias ocultas, la naturaleza y el origen de la magia, las
raíces del cristianismo y, según la perspectiva de la autora, los fallos de la
teología cristiana y los errores establecidos en aquel entonces por la ciencia
oficial., y The Secret Doctrine (La Doctrina Secreta), en 1888, ambas obras
trasmitidas a ella por los Maestros. En Isis Unveiled estampó valientemente el
peso de la evidencia recogida por ella en las escrituras del mundo y otros
registros en aspectos relativos a: materialismo científico, ortodoxia
religiosa, creencias ciegas, escepticismo e ignorancia.
Madame Blavatsky
explicó que escribió tanto Isis sin velo como La Doctrina Secreta con la ayuda
de los Mahatmas y que algunas veces le transfirieron sus conciencias a su
cuerpo físico, en un proceso llamado "tulku". Blavatsky afirmaba que
tal proceso no era mediúmnico, porque los mahatmas no eran espíritus de
muertos, sino seres humanos verdaderos en cuerpos físicos. Según ella, algunas
descripciones y citas le fueron mostradas por ellos a través de la luz astral;
otras veces, mientras dormía. Según su versión, páginas enteras fueron precipitadas en su propia letra, o las cartas de
los maestros se materializaban en el papel. Estas afirmaciones
contribuirían fuertemente al hecho de que Blavatsky fuera tomada como
impostora.
Sin embargo, una
de las tareas más importantes de H.P.B cuando fue “enviada” a Estados Unidos,
fue la de constituir una Sociedad, la cual fue denominada durante su formación
The Theosophical Society (Sociedad Teosófica) cuyo objeto era: “recoger y difundir el conocimiento de las leyes
que gobiernan el Universo”. La Sociedad invitaba a “la fraternal
cooperación de todos los que pudieran comprender la importancia de su campo de
acción y tuvieran simpatía por los objetivos para los cuales había sido
organizada”.
Fue entonces
cuando se le encomendó a Madame Blavatsky que persuadiera al Coronel Henry
Steel Olcott (hombre altamente apreciado y muy conocido en la vida pública de
América) para que cooperara con ella en la formación de la Sociedad.
Finalmente, tanto él como H.P.B consagraron todo con el fin de desarrollar la
tarea que los Maestros les habían delegado.
Los primeros
fundamentos firmes de su labor los establecieron en 1879 en un viaje a la
India. Rápidamente, de país en país, la Sociedad se expandió apoyada por
aquellos para quienes habían resultado convincentes su afirmación de servicio a
la humanidad, la claridad y lógica de su filosofía, la amplitud de su
plataforma y la inspiración de su guía espiritual. Así es como H.P.B fue
investida por los Maestros para impartir la Doctrina Secreta o teosofía al
mundo y el coronel Olcott fue delegado con la tarea de organizar la sociedad,
lo que realizó con considerable éxito. Es evidente que estos pioneros hallaron
oposición e incomprensión, especialmente H.P.B, pero ella estaba preparada para
cualquier sacrificio. Como escribiera en el prefacio de la Doctrina Secreta: “Estoy
acostumbrada a las injurias, me hallo en relación diaria con la calumnia, y
ante la maledicencia me sonrío con silencioso desdén”.
Se considera que
el tiempo que pasó en Inglaterra entre 1887 y 1891 fue posiblemente el más
efectivo y brillante de su vida. A su incesante tarea de escribir, editar y
atender la correspondencia, se agregaba la tarea de instruir a sus discípulos
para capacitarlos en la continuación de su obra. A este fin organizó, con la
aprobación del Presidente (el Coronel Olcott), la Sección Esotérica de la
Sociedad Teosófica. En 1890 se encontraban bajo su dirección más de un millar
de miembros.
La Doctrina
Secreta se define a sí misma a través de su título. No expone la Doctrina
Secreta en su totalidad, sino un número seleccionado de fragmentos de sus
principios fundamentales:
1) Puede lograrse una percepción de las
verdades universales a través de la Cosmogénesis de los antiguos.
2)
Proporciona una guía para revelar la
verdadera historia racial de la humanidad.
3)
Levanta el velo de la alegoría y el
simbolismo para revelar la belleza de la Verdad.
4)
Presenta al intelecto anhelante, a la
intuición y a la percepción espiritual, los “secretos” científicos del Universo
para su comprensión. (Ellos siguen siendo secretos hasta que no sean
comprobados)
En 1885, cuando La Doctrina Secreta se estaba
preparando, el Mahatma K. H. le
escribió al Dr. Franz Hartmann, un doctor alemán y
un miembro de la Sociedad
Teosófica: “La Doctrina Secreta, cuando esté lista,
será la producción triple de M. (el Maestro M.), Upasika (Mme. Blavatsky) y el
servidor más humilde del Doctor, K. H.” (Cartas
de los Maestros de Sabiduría, Segunda Serie; C. Jinarajadasa, ed. pág. 126).
Por lo tanto, tenemos la seguridad de que esta gran
obra proviene, por lo menos en parte, de una fuente tan elevada como podamos
encontrar en este planeta.
Considerando esta fuente, podemos preguntar cómo los
Mahatmas mismos consideraron el conocimiento que estaban poniendo al alcance
del mundo occidental por primera vez. En Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett,
el Mahatma K.H. dijo respecto a este conocimiento: “Es por cierto un cuerpo de la más elevada importancia espiritual,
profunda y práctica a la vez, para todo el mundo… no se les dan estas verdades
a Uds. como un mero agregado a la masa confusa de teoría o especulación en el
mundo de la ciencia, sino por su valor práctico en bien de la humanidad”.
SEIS IDEAS IMPORTANTES PARA LA
COMPRENSIÓN DE LA DOCTRINA SECRETA…
Primero: está el
hecho que la Doctrina Esotérica es “la Sabiduría acumulada de los siglos… un
registro ininterrumpido” que nos ha llegado a través del tiempo, expresada en alegoría y símbolo, depositada
en mitos y leyendas, perceptible siempre para quienes desean la percepción.
Segundo: se nos
recuerda que la ley fundamental de la filosofía esotérica es la unidad de todas
las cosas: “Sustancia” en el plano del Universo manifestado... un “Principio”
en el Espacio sin principio ni fin, abstracto, visible e invisible.
Tercero: se nos
recuerda el principio universal de desarrollo rítmico, manifestación cíclica
que tiene lugar en todo nivel.
Cuarto: este
concepto nos introduce a uno de los misterios más grandes de la filosofía esotérica,
la naturaleza efímera de toda la existencia, la doctrina de maya, desafortunadamente
mal interpretada muy a menudo. Porque maya es no tanto una ilusión,
según nuestra comprensión común de esa palabra, sino un paso medido de la manifestación. La palabra raíz aquí es ma, que
significa medir. Las energías que se
manifiestan de un Logos Creador, se expresan simplemente en un orden medido;
aquí en el mundo físico esas energías alcanzan sus confines más limitados en
medidas de tiempo y espacio. Maya, por lo tanto, en su sentido más
elevado es el aspecto creador de la
Realidad. No es una ilusión, es el
productor de todas las formas ilusorias, apariencias, cambios y
transitoriedades y es realmente el que desvela al espíritu que inspira todas
las formas.
Como señala
H.P.B.: “…el Universo es lo suficientemente real para los seres conscientes que
hay en él” (vol. I, pág. 287), porque “la
ilusión de aquél que es en sí mismo una ilusión, difiere en cada plano de
consciencia” (Vol. II, pág. 40). La consciencia es la percepción medida de
la “Sustancia–Principio” única y cuando cesa la medida, la conciencia se dirige
hacia lo Absoluto inconmensurable, transformándose en no–consciencia, el estado
descrito bellamente en la Primera Stanza y en los comentarios posteriores.
Quinto: este
concepto nos recuerda que “Todo en el Universo… es consciente”. Es el
desarrollo de la consciencia lo que provee el propósito de la manifestación y
la doctrina de maya asume un nuevo significado para nosotros. H.P.B. señala que
(Vol. I, pág. 304) “la experiencia de
cualquier plano es una realidad para el ser que percibe, cuya consciencia está
en ese plan”.
Desde este punto
de vista podemos proseguir en nuestros estudios a la consideración del Vol. II,
Sección III, “Sustancia Primordial y Pensamiento Divino”. Aquí nos enfrentamos
con el ordenamiento del proceso evolutivo, la Energía Cósmica (Fohat) distribuyendo
la Sustancia Cósmica (Akasha) bajo las directivas de la Ideación Cósmica (Mahat).
De este modo surge el:
Sexto: gran
concepto, resumido por H.P.B. en la Recapitulación: “El Universo es elaborado y
guiado, de dentro hacia fuera”.
LEGADO…
Helena Petrovna
Blavatsky falleció el 8 de mayo de 1891. Dejó a las generaciones futuras el
gran legado de algunos de los más elevados pensamientos presentados al mundo. Ella abrió las,
por mucho tiempo selladas, puertas de los Misterios, declaró una vez más la realidad
sobre el Hombre y la Naturaleza y dio evidencia de la presencia sobre la tierra
de la Jerarquía Oculta que guarda y guía al mundo.
La Doctrina
entonces es nuestra, secreta no porque esté escondida, sino porque su naturaleza interna es inexpresable.
El vibrante palpitar de lo Real se identifica perfectamente con nuestro
interior y lo humano –el microcosmos- refleja el esquema cósmico creativo.
Helena Blavatsky
dejó innumerables seguidores y enseñanzas acerca de la sabiduría antigua y
mística, y es quizás la mujer más brillante de todos los tiempos en materia de
ocultismo, metafísica, teosofía, parapsicología, esoterismo, entre otros temas
de la misma índole.
Ya para
finalizar, les dejo este pensamiento de G. K. Chesterton:
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