Por Gloria Almeida Prats
Es inquietante la fantástica
teoría que lleva viso de realidad del investigador francés Aimé Michel, quien
analizando los puntos de aparición de los OVNIS en Francia durante la oleada de
1954, ha concluido que los OVNIS siguen ciertos planos determinados de
observación. A esto, Aimé Michel lo llamó ortotenia.
Los científicos y los investigadores
de la astronáutica ya aprueban esta sorprendente teoría. Los OVNIS, cuando
aparecen, lo hacen en forma sistemática y sobre zonas específicas, como si
trataran de informarse para levantar un plano general de nuestro planeta.
Los
lugares más conocidos son:
1. Zona del Silencio, Durango, México.
2. Nazca y Pisco, Perú.
3. Monte Sasta, Colorado, USA.
4. Desierto de Gobi, Oriente Medio.
5. Desierto de Atacama, Chile.
6. Lago Titicaca, Isla del Sol, Bolivia.
7. Achichilca, Tlaxcala, México.
8. Tiahuanaco, La Paz, Bolivia.
9. Grutas de Fátima, Portugal.
10. Isla de Tenerife, España.
11. Ibiza, España.
En
realidad, nuestra ciencia del siglo XX no considera la ciencia del siglo XXI,
que nos dirá con toda naturalidad que los grandes misterios de hoy son las cosas
sencillas del mañana.
¿Seremos,
insisto, los únicos seres inteligentes en la vastedad del Cosmos?
El
Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, declaró en noviembre de 1969
ante un grupo de jóvenes astrofísicos y matemáticos que lo visitaron:
"Es
muy posible que los Estados Unidos establezcan contacto con planetas donde
existe vida antes de que termine el año 2000."
El
Pentágono y la NASA han pedido a la Ran-Corporation, la organización de la
computadora más completa del mundo, instrucciones para los astronautas en caso
de localizar o encontrar una civilización superior o inferior a la nuestra.
La
URSS ha roto su silencio y ha puesto a sus científicos al servicio de una
poderosa organización de comunicaciones secretas para aclarar si los OVNIS son
sondas interplanetarias o naves controladas inteligentemente, cuya
constitución, trayectoria y manejo escapan completamente a las realidades
físicas de nuestra ciencia del siglo XX. Afortunadamente, para la humanidad los
científicos actuales están abiertos a todas las posibilidades y el cascarón
hermético de "No hay más allá de nosotros" ya no tiene la validez
egoísta de hace algunos años.
Podríamos
seguir mencionando como testigos personales a grandes científicos en el mundo.
Pero lo importante es, insistimos, el darnos cuenta de que el enigma de los
OVNIS encierra para cada uno de nosotros un profundo significado que debe
movernos a la investigación, la lectura y el juicio sereno y, por último, a una
preparación mental para grandes y sorprendentes acontecimientos.
Algún sabio afirmó: "nada es
tan fantástico como la realidad". Nosotros, ante la realidad definitiva de
la aparición de los 0VNIS, debemos tomar una actitud clara, permanecer con
nuestra mente abierta a todo acontecimiento extraordinario. Con mayor razón si
este acontecimiento tiene caracteres extraterrestres.
Por
más que la ciencia oficial trate de ignorar la trascendencia de los OVNIS es
necesario reconocer que grandes inteligencias de nuestro siglo están avocadas a
descifrar este enigma. Gracias a todas las mentes liberales de muchos países
hoy podemos empezar a respondernos algunas de estas preguntas:
¿Son
los OVNIS naves extraterrestres o sondas investigadoras de otras súper
investigaciones galácticas?
Hace
100 años la posibilidad de llegar a la Luna era una locura. ¿Por qué ya
habiendo llegado a la Luna no podemos esperar intentos del contacto de otros
seres inteligentes en el universo? ¿No estaremos aún capacitados para descubrir
la dimensión física y síquica de estas naves y estos seres? ¿No es justo y
además lógico pensar que se han abstenido a través de miles de años de
establecer contactos con nosotros por considerarnos aún no aptos para entablar
un encuentro de tercer ó cuarto tipo?
¿No
será posible que nuestro tiempo terrestre sea exclusiva medida de nuestro
planeta y que las civilizaciones extraterrestres estén instaladas en un tiempo
distinto de tal modo que provengan del futuro por más inexplicable que esto sea
para nuestra razón?
A
los que afirman que todo es producto de la imaginación, podemos preguntarles:
¿Y las cámaras fotográficas, los osciloscopios, los espectrales, los materiales
encontrados en un aterrizaje, también son producto de la imaginación?
Ni
hablar de las rocas calcinadas a altas temperaturas con residuos de
desintegración atómica nuclear ¿O es que también son producto de la
imaginación?
¿Y
las huellas de un objeto de 30 toneladas en las vías del ferrocarril de Cuarul,
Francia? ¿Y los instrumentos de radares que los han detectado innumerables
veces en varias partes del mundo?
¿Acaso
serán los OVNIS visitantes del anti universo, ya esbozado por los físicos de
nuestros días; visitantes que han logrado romper la barrera sideral y penetrar
en nuestro universo y en nuestro sistema solar, si nosotros, simples seres
humanos, con nuestro pensamiento viajamos a velocidades mayores que la luz
solar?
El
pensamiento tiene una velocidad un millón de veces más rápida que la luz, y la
energía que emplea es denominada Energía del Seris. ¿Acaso ellos han encontrado
ya la Energía del Seris y utilizan la energía mental para su transporte físico?
No
existe una ciencia hoy en día que nos dé una explicación definitiva. Es más,
hemos llegado al momento en que nada es absoluto en la ciencia. Por ello, al
defender nuestra humilde civilización terrestre decimos que toda ciencia ha
tenido como principio simples signos, señales y balbuceos extraños.
El
enigma de los OVNIS es para nosotros los terrestres el primer peldaño de una
ciencia misteriosa cuyo futuro y realidad apenas estamos deslumbrando.
Por esto, la ufología científica
se hace cargo de este tipo de investigación.