Jung escribió un libro sobre el fenómeno OVNI en 1958. Traducido al
castellano con el título de -Sobre cosas que ven en el cielo-, los
editores se cuidaron bien de quitarle la primera frase que titulaba la
edición original alemana y la posterior inglesa: -Un mito moderno-.
'Sobre las cosas que se ven en el cielo`, su último libro, publicado un año antes de su muerte. La primera edición castellana fue hecha por Sur, legendario sello propiedad de Victoria Ocampo. Analiza en su ensayo, aspectos psíquicos que pueden extraerse de los testimonios sobre apariciones de ovnis. En esta parte de su análisis, Jung hace una importante aclaración: a lo largo de la historia siempre se han visto `cosas que se movían por el cielo`, mucho antes de que adoptaran el aspecto de misteriosas naves espaciales, escapadas de un mal relato de ciencia-ficción. Esferas volantes que se movían de forma extraña, discos y globos aparecen con frecuencia en los anales de visiones extrañas y fenómenos inexplicables sucedidos en tiempos revueltos del pasado.
'Sobre las cosas que se ven en el cielo`, su último libro, publicado un año antes de su muerte. La primera edición castellana fue hecha por Sur, legendario sello propiedad de Victoria Ocampo. Analiza en su ensayo, aspectos psíquicos que pueden extraerse de los testimonios sobre apariciones de ovnis. En esta parte de su análisis, Jung hace una importante aclaración: a lo largo de la historia siempre se han visto `cosas que se movían por el cielo`, mucho antes de que adoptaran el aspecto de misteriosas naves espaciales, escapadas de un mal relato de ciencia-ficción. Esferas volantes que se movían de forma extraña, discos y globos aparecen con frecuencia en los anales de visiones extrañas y fenómenos inexplicables sucedidos en tiempos revueltos del pasado.
Una y otra vez, Jung subraya que lo importante no es que realmente
haya algo en el cielo. Aunque existan los OVNIS, igualmente pueden ser
considerados proyecciones, del mismo modo que proyectamos
inconscientemente una intensa carga de simbolismo, con toda la fuerza de
los arquetipos, en muchos objetos o individuos que nos rodean, como
armas, joyas, artistas de cine o políticos.
En última instancia, Jung no descarta la posibilidad de que pueda
existir una base física y objetiva. Las pantallas de radar y las cámaras
no sueñan ni padecen alucinaciones. Como él mismo dice: `O las
proyecciones psíquicas pueden provocar ecos en el radar, o la aparición
de objetos reales proporciona la oportunidad para proyecciones
mitológicas`.
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