Hola, soy
Chris Aubeck y me dedico generalmente a la investigación de casos antiguos, y
también al tema de la gestión, almacenaje y transferencia de información entre
investigadores y bibliotecas. Hoy vamos a hablar de cómo se aplican las nuevas
herramientas tecnológicas, y como nos pueden ayudar en la investigación de
anomalías. ¿A qué me refiero con herramientas tecnológicas? No me refiero a
detectores de mentiras o de ovnis porque no creo que funcionen, sino a recursos
para analizar datos ya recogidos.
En el mundo
existen decenas de miles de personas que llevan muchos años recogiendo
información sobre casos forteanos y ufológicos de todos los siglos. Pero en
general estas personas no comparten lo que tienen, o por falta de recursos o
porque no saben cómo. En el año 2003 me di cuenta de este problema y fundé Magonia Exchange, una red global de
investigadores, escritores especialistas en estos temas, pero también de
antropólogos y estudiosos más ortodoxos. Lo que hacemos es recoger información de
libros y periódicos antiguos y la compartimos, enfocando en casos de antes de
1947 porque a partir de entonces el tema de los ovnis se hizo muy famoso y se
convirtió en un circo mediático de valor más dudoso. En 11 años hemos recogido
unos 30.000 casos o informes, lo cual nos ha dado una visión bastante clara de
lo que era el tema OVNI y forteano de siglos pasados por primera vez. En el año
2003 conocí personalmente a Jacques Vallée y fruto de esa amistad en el año
2010 pudimos publicar un libro juntos, Wonders in the Sky, que reúne
cientos de casos de fenómenos aéreos en la historia, con referencias y fechas
bastante precisas, algo que hubiera sido muy difícil de conseguir antes de la
llegada de los archivos digitales.
Desde 2003 también se han establecido dos grupos más sobre el mismo modelo que diseñé para Magonia Exchange: PreUFO, un grupo italiano, y Forteana Exchange, un grupo inglés que recoge casos hasta y después de 1947. Aún no se ha creado una red española. El modelo que usamos es una especie de "networking," juntamos todas las personas interesadas en estos temas e intercambiamos toda la información que disponemos y la analizamos. En su día era un concepto bastante nuevo cuya existencia se debe a la existencia de Internet.
Desde 2003 también se han establecido dos grupos más sobre el mismo modelo que diseñé para Magonia Exchange: PreUFO, un grupo italiano, y Forteana Exchange, un grupo inglés que recoge casos hasta y después de 1947. Aún no se ha creado una red española. El modelo que usamos es una especie de "networking," juntamos todas las personas interesadas en estos temas e intercambiamos toda la información que disponemos y la analizamos. En su día era un concepto bastante nuevo cuya existencia se debe a la existencia de Internet.
Antes de los
años 90, es decir cuando se proliferaron los ordenadores personales, los
investigadores dependían de los documentos físicos y para compartirlos, el
correo tradicional, una fotocopiadora, máquinas de escribir eléctricas o
mecánicas, y había que pasar días o semanas enteras en la biblioteca. Así vivía
Charles Fort, el investigador americano cuyos libros transformaron el estudio
de los fenómenos anómalos a principios del siglo XX y cuyo nombre se dio al
campo en sí. Escribió sobre las lluvias de peces y avistamientos extraños,
monstruos y luces en el cielo, no por primera vez en la historia, pero sus
libros fueron tan populares que convirtió el estudio de estos temas en un hobby
a una escala sin precedentes.
Hasta hace
poco el procedimiento tradicional era hacer búsquedas en bibliotecas o en el
campo, entrevistando a testigos. Así se recopiló cientos de miles de páginas de
información para hacer catálogos y llenar bases de datos sobre experiencias muy
dispares desde encuentros con ángeles hasta avistamientos de cosas raras en el
aire. Antes había que invertir bastante dinero en libros o revistas para
consultar tanta información, lo cual no permitía hacer investigaciones muy
completas. Hoy en día, internet nos permite llegar a esa información más rápido
a través de páginas web y el correo electrónico. Esta es la primera ventaja que
nos trae la digitalización de texto. Ya no tenemos que quedarnos casi ciegos,
como Charles Fort en la biblioteca de Nueva York, o pasar años buscando
información clave para acabar un estudio. El buscador lo ha cambiado todo en
ese sentido.
La segunda
ventaja de almacenar libros y documentos digitales está bastante clara: en
lugar de buscar espacio para tantas cajas de papel, podemos reducirlo todo o
casi todo a dos o tres discos duros. Esto no sólo nos libera espacio vital en
casa, sino que nos permite archivar mil veces más Información, lo que no
hubiera sido posible hace diez años.
La
digitalización de los textos nos permite compartir lo que tenemos con otras
personas. Mi grupo se creó con la idea de que guardar recortes y carpetas en
cajones o debajo de la cama no ayuda a nadie. Ni puedo saber lo que tienes en
casa ni vas a encontrar tiempo para mandármelo si lo necesito. Si queremos
avanzar en este campo es preciso que todos tengamos acceso a lo mismo. Si lo
tienes en el portátil o en un pendrive es más fácil compartirlo, y si lo
compartes sin que te lo pidan primero a través de un grupo como el mío aún
mejor.
Las obras
clásicas de ufología de los años 60, 70 y 80, que llamamos con mucho cariño "incunables,"
tienen un defecto importante. No se elaboraron con los recursos que hoy en día
disponemos, los autores no pudieron comprobar la información que recopilaron de
ninguna manera, y por tanto están repletos de errores de todo tipo. La tendencia
ahora es llenar las estanterías en casa de este tipo de libro, los clásicos de
Benítez, Vallée, Brad Steiger y docenas de autores así, pero en realidad no
facilitan la tarea de investigar los casos que nos interesan y pueden hasta
confundir. Coleccionarlos está muy bien como hobby, pero no se puede fiar de su
contenido. Los mismos autores, si viviesen hoy, hubieran producido libros
bastante más útiles debido a la revolución de la información que actualmente
estamos viviendo. Aunque el campo de la ufología casi no ha avanzado ni un
milímetro en 60 años, nuestros recursos sí, y no debemos dejar pasar las nuevas
oportunidades que brinda la informática ni obsesionarnos con las obras clásicas
de la época de nuestros padres.
El proceso
de digitalizar la información no es tan complicado ni tan laborioso como muchos
creen. Se comenzó a escanear libros y revistas para el acceso público en los
años 90 y en los últimos años todas las bibliotecas del mundo lo están llevando
a cabo. Hasta algunos monasterios han empezado a compartir sus manuscritos
medievales de esta manera. Ya no tenemos que coger un avión para acceder a
ellos. Los scanners primero convierten las páginas en imágenes y luego se pasa
por un programa llamado OCR (Optical Character Recognition) para transformar
esas imágenes en texto seleccionable, copiable y buscable. Las técnicas más
modernas no destruyen los libros, usan cameras de alta resolución o incluso 3D.
Las nuevas máquinas pueden convertir libros en archivos digitales en un par de
horas, ya se están desarrollando sistemas que lo consiguen en menos de una
hora. Esto nos permite acceder a cualquier libro a través de internet para
poder realizar investigaciones con cientos de fuentes en lugar de dos o tres.
Si los autores de nuestros libros preferidos de los años 70 hubieran tenido
acceso a 5000 libros en lugar de 50 para elaborar sus obras podemos imaginar
que la calidad de las mismas hubiera sido bastante mayor.
Buscar
palabras claves en más de un millón de libros a la vez, a través de internet,
tarda sólo unos segundos y se puede hacer desde la cama, desde el baño o
sentado en un autobús. Se están preparando 130 millones de libros con este fin.
Es la edad de la información.
Yo
personalmente he convertido toda mi biblioteca, es decir miles de libros y
documentos, en algo del tamaño de un disco duro. No he perdido nada. He ganado
espacio, y he ganado mucho tiempo porque ya puedo encontrar cualquier palabra
escrita en cualquier documento en segundos. En general me lo llevo todo encima
todos los días, además, en un iPad. Tengo dos iPads y un par de discos duros y
copias de todo en internet y en lo que comparto con otras personas,
especialmente a través de mi grupo. Llevo todo lo que he escrito en los últimos
25 años y todos mis libros en la misma funda rectangular que uso como bandeja
para llevar el desayuno de la cocina a mi mesa por la mañana. Las tabletas son
multiuso.
Pero no nos
confundamos. No digo que leer un libro en un iPad sea tan placentero como en un
libro de papel con su propio olor, tacto etc. Leer una novela es un placer que
las pantallas no pueden sustituir para muchas personas. Pero no estamos
hablando aquí de disfrutar una buena novela, sino investigar y usar los libros
como fuentes de información. Lo que haces en tu tiempo libre es asunto tuyo. (Aun
así, yo también leo literatura en un e-book porque ya no tengo espacio en
casa.)
Al contrario
de lo que opinan muchos, coleccionar libros sobre cosas raras no te convierte
en investigador. Escribirlos tampoco, pero eso es un asunto aparte. La
digitalización de textos ha llegado un poco tarde en España. Otros países ya
están manejando textos y bibliotecas virtuales como algo completamente normal.
Esto se debe en parte a que en otros países siempre ha estado de moda el
estudio de la genealogía, conocer a nuestros antepasados y qué hacían y cómo
vivían. En los EEUU e Inglaterra, Australia, incluso en Francia o Alemania, la
genealogía se ha transformado en una industria de millones de dólares y existen
muchas empresas que han puesto en línea, para el disfrute de todos, documentos
pertinentes que ayudan con búsquedas familiares. Ya que esto incluye la
digitalización de archivos enteros de periódicos incluye todas las noticias
publicadas en los últimos dos siglos, y allí se encuentran miles de casos ovni
y de otros fenómenos de nuestro interés. Por lo tanto, para realizar
investigaciones profundas me apoyo en páginas como estas.
Newspaperarchive.com, una de las
hemerotecas más grandes del mundo. A cambio de una suscripción mensual o anual
te permite hacer búsquedas de palabras claves en más de 25 millones de páginas
de prensa desde el siglo XVIII. Imagínate lo que hubiera conseguido Charles
Fort con un recurso así. Y así hay docenas de páginas web.
Elephind.com
es otra que podéis probar. En la portada pone que hoy te
da acceso a 2.308.679 periódicos o 2405 diferentes títulos de periódicos.
Mañana serán más y la semana que viene muchos más. Hay decenas de páginas de
libros digitales también.
Gutenberg.org
ofrece 42.000 libros gratis de todos los tiempos y en
varios idiomas, por ejemplo.
Onlinebooks.library.upenn.edu
ofrece más de un millón de libros gratis, y es
completamente legal.
Google
Books contiene aún más libros, lo uso a diario. Ya no existen
excusas para equivocarse o no incluir datos precisos en nuestros artículos e
informes.
Archive.org
es otro ejemplo espléndido de un archivo en línea que nos
ofrece miles de libros. Como comenté al principio, mi grupo ha localizado unos
30.000 casos nuevos con estos recursos.
Se dice rápido,
pero estamos hablando de una barbaridad de materia. Todo eso desde una
pantalla, ni te tienes que levantar del sillón si no quieres. Y también, cómo
no, se están digitalizando todas las revistas sobre temas sobrenaturales
publicadas en los últimos cien años, desde las publicaciones sobre el
espiritualismo del siglo XIX hasta los boletines de los grupos ufológicos del
siglo XXI. Se mete todo en el mismo saco que la prensa y los libros, y cuando
haces una búsqueda encuentras patrones y conexiones que ni habías soñado. Así
que las ventajas de la digitalización son varias:
Comodidad, por supuesto. Ya no tengo que comprar y guardar docenas
de cajas de papel. Y lo puedo compartir con terceros con la misma facilidad.
Rapidez. En segundos puedo localizar casos, datos, nombres,
cualquier cosa.
Precisión. Ya se puede comprobar cada dato desde la fuente
original. Ya no hay excusas. Acceso a censos, certificados de
nacimiento, de fallecimiento, mapas antiguos, directorios y guías telefónicas.
Esta información ya se puede conseguir, gratis muchas veces. Podemos seguir
todas las pistas y conocer los testigos y su pasado muy de cerca. Mis pesquisas
sobre Zecharia Sitchin, por ejemplo, muestran que sus libros parecen contener
información oculta, datos biográficos, que él nunca se imaginaba que saldrían a
la luz. Pero allí están. Le he seguido hasta en listas de pasajeros que
llegaron a los EEUU en los años 50. Algún día publicaré todo lo que he
encontrado...
Si queréis
ver este tipo de documentación, se encuentra casi todo en Ancestry.com.
De este modo transformamos un testimonio en un hecho personal, muchas veces con
fotos de los testigos, información sobre sus vidas, sus hijos. A veces
descubres que los pueblos donde se supone que ocurrió algo muy extraño ni
siquiera existió. O que en la aldea al lado también pasó algo raro, un año
antes o a la vez. Puedes saber si tu testigo madrileño nació en un pueblo donde
la gente veía lo mismo hace cuarenta años. Las posibilidades son infinitas.
Búsquedas de
palabras, series de palabras, descripciones. Ya se pueden encontrar casos que
se han repetido a lo largo del tiempo, en muchas décadas o siglos. Los patrones
saltan a la vista. Visualizar los lugares como nunca antes. A veces tener una
imagen captada por satélite del lugar nos da una pista sobre qué ocurrió.
Conocer el
tiempo meteorológico en el momento del suceso. ¿Llovía? ¿Hubo tormentas? ¿El
testigo lo recuerda bien? Ya lo podemos comprobar fácilmente, por primera vez.
Se pueden identificar sucesos simultáneos.
Se
identifican plagios, mostrando paralelismos textuales con programas de
informática. Así se puede ver si un testigo ha copiado a otro, o un escritor ha
plagiado a otro.
N-gramas. Esta herramienta nos muestra gráficamente la frecuencia
de uso de un término o palabra a lo largo de la historia o en cierto tipo de
archivos.
Búsquedas de
imágenes. Google ya nos permite subir imágenes en el buscador
para localizar la misma imagen en todas las páginas web donde se ha usado. Es
muy útil para identificar el origen de una foto. He resuelto muchos misterios
que aparecen en Facebook de este modo.
Traducir
textos automáticamente. Ya puedes leer
páginas en inglés u otros idiomas con Google Translate. Funciona mejor
cada año.
Alertas
Google. Configuras Google para que cada vez que aparece un
término o nombre o lo que quieras en Google por primera vez, te manda un aviso
al correo electrónico. Es estupendo para seguir la pista de un testigo, un tipo
de fenómeno o a la ex novia.
Estos son
sólo una fracción de las nuevas posibilidades que nos ofrece la informática a
la hora de realizar investigaciones o escribir artículos o libros. Vivimos en
tiempos interesantes y tenemos la oportunidad de ser pioneros. Espero que este
resumen os haya dado alguna idea nueva sobre cómo puedes contribuir algo útil a
estos campos que tanto nos atraen, o por lo menos que tengáis una forma nueva
de comprobar los hechos antes de formular opiniones. Gracias.
Fuente: Revista El Ojo
Crítico
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