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lunes, 10 de junio de 2019

RICARDO GONZÁLEZ: Hallé un “modus operandi” en los diferentes casos de contacto extraterrestre registrados en Perú, un “hilo conductor” que se apreciaba en mis propias experiencias.


Por Martha Jacqueline Iglesias Herrera

Tengo el placer de invitar en Código Betelgeuse para la décima entrevista de este año a Ricardo González Corpancho (Lima, 1974), quien es un reconocido testigo de contacto extraterrestre, además de escritor, explorador, investigador y compositor (Mintaka). 
Sobre él podemos decir que lleva más de un cuarto de siglo difundiendo sus extraordinarias experiencias e investigando el fenómeno ovni. En ese campo ha adquirido notoriedad ya que en siete ocasiones ha invitado a la prensa y reconocidos especialistas a exitosos avistamientos “programados”; entre los casos más célebres figura el del Dr. Michael E. Salla –pionero del movimiento “Exopolítica”–, el del investigador canadiense Grant Cameron, y Paola Harris, periodista y ex asistente del astrónomo norteamericano Dr. Joseph Allen Hynek, el “padre” de la ufología.

Ricardo es autor de veinte libros, varios de ellos ya publicados por Ediciones Luciérnaga del Grupo Planeta España. Como expositor, ha participado en importantes congresos, presentaciones en universidades y en prestigiosas instituciones, como el Instituto de Ciencias Noéticas del recordado astronauta estadounidense Edgar Mitchell. Su incesante trabajo de difusión le ha llevado a dar cientos de conferencias en todo el mundo, como en Suiza, Francia, Italia, Portugal, España, Canadá, Estados Unidos, México, República Dominicana, Colombia, Brasil, Chile, Argentina, entre otros países.
Además de ser invitado con frecuencia para distintos programas de radio y televisión, en Canal 13 de Asunción, en Paraguay, incursionó como productor y conductor de "Enigmas", ciclo documental que ganó el “Premio Paraná”, otorgado por periodistas, al mejor programa de investigación.

Viajero incansable, ha dado muchas veces la vuelta al globo, investigando lugares de poder vinculados con los “no-identificados” y el misterio del mundo subterráneo, como el desierto de Gobi en Mongolia, las montañas del Altái en Siberia, las selvas del Mato Grosso en Brasil, la Cueva de los Tayos en Ecuador, o el enigma del Paititi, en las selvas del Manú, en su tierra natal, el Perú.

Sus permanentes viajes alrededor del mundo lo transformaron en un embajador de la “Bandera de la Paz”: aquel símbolo universal que diseñó el pintor, explorador y humanista ruso Nicolás Roerich basado en sus correrías por Asia en búsqueda de Shambhala. Siguiendo ese mensaje, en el año 2014, Ricardo inició el proyecto de establecer un “Centro Roerich” en la Argentina, donando para tal fin un predio en la localidad de Capilla del Monte. Más tarde, en el año 2015, será invitado a formar parte del Comité Internacional de la Bandera de la Paz para fundar coordinaciones del mismo en Perú y Argentina.
Siguiendo la premisa del “arte con conciencia”, Ricardo también incursionó en la música como compositor de Mintaka, proyecto que comparte con su esposa, la cantante argentina Sol Sanfelice. Los cinco discos hasta la fecha publicados han tenido gran repercusión y su música suele ser usada como cortina o apertura de programas de radio y televisión dedicados a temas de misterio.

Le damos la Bienvenida en nuestro espacio y espero que esta entrevista sea de gran interés para nuestros lectores.

JK: Ricardo, has planteado que los seres extraterrestres que te contactan son los mismos que se comunicaron con los hermanos Paz Wells desde los inicios de los años setenta. ¿Podrías decirnos cómo se comunicaron contigo por primera vez y lo que ha significado para ti esta experiencia?
Consideré esa posibilidad porque hallé un “modus operandi” en los diferentes casos de contacto extraterrestre registrados en Perú, un “hilo conductor” que se apreciaba en mis propias experiencias. Constaté que el mismo grupo de seres que se había comunicado conmigo ya estaba en operaciones con otros testigos desde la década de los años cincuenta. Esos primeros testigos eran pastores de los Andes de Áncash. Posteriormente, en los años sesenta, el yugoslavo Vlado Kapetanovic tomará la posta en esta relación con esos extraterrestres de aspecto humano. Más tarde, en los años setenta, los hermanos Paz Wells también tendrán contacto con los denominados “apunianos” que citaba el referido Kapetanovic. Mi contacto empezó con fuerza en 1988, luego de presenciar varios avistamientos en Lima que me sacudieron y terminaron empujándome a averiguar más sobre “ellos”. El contacto telepático se concretó en 1993, y desde entonces he mantenido ese enlace.

JK: ¿Por qué crees que Vlado Kapetanovic dudó diez años antes de exponer su experiencia? ¿Quiénes son los Apunianos? ¿De dónde vienen? ¿Por qué contactan con algunas personas y no con otras?
De acuerdo a mi investigación, Vlado hizo un “pacto de silencio” con los pastores que le iniciaron en el contacto extraterrestre. Por ello era mesurado al referirse a estas experiencias en entornos muy públicos. Pero todo ello cambió cuando ocurrió la tragedia de Yungay en 1970: el terremoto y alud que se cobró la vida de unas 80.000 personas en Perú animó a Vlado a narrar a los medios su contacto con los “apunianos”, pues esos seres le habrían advertido de la catástrofe. Hay que subrayar que Kapetanovic comunicó a las autoridades de Yungay que venía un terremoto. Intentó organizar una evacuación sin éxito. Nadie le creyó. A partir de este incidente habló con distintos medios. Se hizo muy conocido entre 1970 y 1973 hablando de los “apunianos”. 
Ese nombre tiene dos fuentes: por un lado, obedece al lugar en donde los extraterrestres aparecían, las montañas de Áncash. Los lugareños llaman “Apus” a los Andes. Un término quechua que significa “protector”. Los “apunianos” eran sus protectores que surgían en los Andes. La segunda fuente señala un mundo colonizado por esos extraterrestres, llamado también “Apu” por ser un planeta rocoso y montañoso. Originalmente los extraterrestres de Apu provienen de un lugar lejano, fuera de nuestra galaxia Vía Láctea. Pero el mundo que colonizaron posteriormente se halla en la región estelar de Alfa Centauri, a unos 4.3 años luz de la Tierra. Han contactado a muchas personas en el mundo, pero no todos los testimonios trascienden. 

JK: ¿A qué denominas “Peregrinación de Activación”? Sobre esta base, ¿qué significan para ti: Kayona, la ciudad perdida en la Antártida; la red de los Discos Solares; el misterio de la Piedra Chintamani; los sunkies y los episodios secretos de Orión?
Es una pregunta demasiado amplia. Pero resumiré la respuesta señalando varios conceptos. Los viajes de contacto e investigación han estado presentes desde un principio. De acuerdo a estos seres, en ciertos lugares de la Tierra se halla resguardada importante información que ha sido “archivada” en otras realidades que coexisten con nosotros, en esos puntos de poder. Acudir a esos “vórtices” permite acceder a esos archivos, cuyo origen es diverso, no solo “extraterrestre”. Desde luego, esto no se trata de buscar respuestas “afuera”. Es sencillamente una dinámica de redescubrimiento de los templos naturales del planeta, verdaderas terminales que están conectadas a una gran red. Sobre esa base, lugares que nos revelaron como “Kayona” (un antiquísimo yacimiento arqueológico oculto bajo los hielos de la Antártida), la existencia de trece centros espirituales a lo largo de América y Antártida, que atesoran los denominados discos solares (información que recibimos en el año 2001 y dimos a conocer internacionalmente con gran impacto en distintos grupos de investigación), toda esta información empezó a tomar sentido. Así descubrimos esos otros secretos de la Cueva de los Tayos en Ecuador, en donde estuve tres días recorriendo su interior (expedición año 2002). En ese verdadero mundo subterráneo surgieron los sunkies, unas pequeñas criaturas de aspecto antropomorfo que según los nativos vigilan los accesos al inframundo. Sobre Chintamani, la piedra verde que de acuerdo a la tradición de Asia Central llegó a la Tierra desde Orión, leyenda que recuerda a esa otra piedra verde de la que se habla en la mitología andina de Ecuador, me refiero a la “Diosa Umiña”, puedo resumir que todo ello es verdad, y que, tras ese velo del mito, del símbolo, reposa una historia cósmica que algunos iniciados comprendieron, como el explorador ruso Nicholas Roerich, creador de la Bandera de la Paz.

JK: John Mack era un psiquiatra norteamericano, profesor en Harvard, y uno de los pocos que estudió científicamente el caso de los raptos extraterrestres. Desde tu punto de vista, ¿qué trascendencia tuvo su trabajo? ¿A qué atribuyes la verdadera causa de su muerte?
Aunque mi buena amiga, la investigadora norteamericana Paola Harris, cree que John falleció efectivamente por un lamentable accidente (fue atropellado en Londres, en 2004), me llama la atención que ello haya ocurrido en su mejor momento profesional y de exposición pública, poniendo en relieve los casos de presuntas abducciones extraterrestres que investigó con otros académicos. Pienso –y mis razones tengo, más allá de cualquier delirio conspiranoico–, que Mack molestó a alguien…

JK: En tu obra: “Los Maestros del Paititi” planteas que en la misma detallas la expedición que emprendieron un grupo de jóvenes peruanos y uruguayos a las selvas del Antisuyo incaico, donde entraron en contacto con la denominada Hermandad Blanca, Los Guardianes de la Tierra, logrando comprender el proceso que ha seguido esta antigua civilización que, hasta hoy en día, se mantiene oculta en las ciudades que construyeron en las entrañas de nuestro mundo, interconectadas por una amplia red de túneles que cubren miles de kilómetros. ¿Qué significó para ti dicha experiencia? ¿Qué cambios espirituales y de conciencia tuvieron lugar en tu ser total luego de dichas vivencias?
Esa expedición cambió mi vida. Estuvimos más de un mes lidiando con las alturas de los Andes cusqueños y la enmarañada selva del Manú. Convivimos con los indios Q´eros y con los machiguengas, quienes nos confiaron sus secretos, lo que sabían sobre esa mítica ciudad perdida que se atribuye a los incas. El corolario llegaría para mí al final de la expedición, el inolvidable 5 de septiembre de 1996. Ese día un hombre de rasgos asiáticos se presentó ante mí cuando me hallaba examinando el muro de los símbolos de Pusharo. Aquel extraño personaje dijo llamarse “Alcir”, y pertenecer a una suerte de comunidad subterránea oculta en la selva. El impacto que significó esa experiencia me llevó a escribir un libro con solo veintidós años. “Los Maestros del Paititi” fue mi “bautismo de fuego”. El inicio de todo. Mi compromiso con intentar saber más y ser consecuente con lo que iba descubriendo. Y aquí seguimos, caminando…

JK: Citando tus propias palabras: “La mayor parte de los seres intraterrestres no poseen cuerpo denso, es decir, ya dejaron su envoltura material. Por ello los Maestros han hablado de retiros interiores físicos y otros sutiles. El Paititi reúne ambas condiciones”. ¿Podrías argumentar más al respecto?
Recuerdo perfectamente ese párrafo. Publiqué esa conclusión por primera vez en “Los Maestros del Paititi”. Sigo pensando así. Hay seres que tienen cuerpo físico como nosotros y viven en un entorno material; y en contraparte hay otras entidades que no poseen cuerpo denso y por lo tanto “actúan” en otros planos de realidad sutil. Cuando me referí a Paititi afirmé que ambas condiciones estaban presentes porque existen túneles y estructuras físicas y también otras realidades espirituales coexistiendo.

JK: Háblanos de los archivos secretos que existen en la ciudad subterránea del Paititi.
Ignoro todo lo que podría haber allí. Solo tenemos referencias, una breve descripción que nos fue transmitida. Según esa información, en el secreto subterráneo de Paititi no solo existen piezas arqueológicas y otros elementos relacionados al Imperio Inca. Habría otros registros aún más antiguos, que corresponden a culturas desconocidas que florecieron en la selva e, incluso, objetos e información procedentes de grandes civilizaciones antediluvianas. Paititi sería uno de tantos depósitos de esta información, de este “tesoro” que fue guardado por los supervivientes de esos reinos imposibles.

JK: Te invito a que nos platiques de las puertas dimensionales generadas por el estímulo extraterrestre. ¿Cuál es la sensación que se experimenta al entrar en sus campos de energía? ¿Podrías compartirnos alguna fotografía?
De acuerdo a los extraterrestres, una puerta dimensional artificial es aquella que se logra “abrir” gracias a la concentración de inmensas cantidades de luz o energía convergiendo en un punto específico. Es como ver a cuatro personas estirando un mantel desde sus cuatro esquinas, y una quinta persona deposita en el medio del mantel una bola de hierro o cualquier otro elemento pesado: el mantel se hundirá en su centro por el peso del objeto. En termino físicos, la “realidad” del objeto distorsiona el espacio que lo contiene. Se le podría llamar, si queremos, “singularidad”.
El Grupo Rama de Perú popularizó el término “xendra” para referirse a este fenómeno de puertas dimensionales generadas por interferencia extraterrestre. Luego estos seres ampliaron esta información y denominaron “exones” a las puertas naturales que se abren en lugares-ventana por acción del propio vórtice en empatía con el testigo de contacto.
Comparto una fotografía de una puerta “xendra”, que fotografié en las montañas de República Dominicana en 2006.

JK: Según tu opinión, ¿es posible la compatibilidad entre ciencia y espiritualidad?
Así debería ser. Nuestros ancestros eran sacerdotes-científicos. La ciencia es espiritual en su aspecto más profundo. Y el espíritu nos podría llevar a la ciencia de la vida.

JK: El ser humano interactúa con redes de poder o de energía que afectan su desarrollo en el planeta. ¿Cuáles son las tres principales fuentes de poder y en qué consisten?
En otras ocasiones hemos tratado de resumir, basados en mensajes de origen extraterrestre, las redes de fuerza que operan en la Tierra y en el ser humano. Hoy no me atrevería a segmentarlas. Es verdad que hay redes de fuerza de origen telúrico, de campo magnético, incluso solar y hasta “telepático” –red creada por el concurso de pensamientos humanos–; pero hay otras fuerzas que desconocemos y tienen mucha influencia. Solo podemos percibir sus efectos. Y esos efectos son más álgidos en el ser humano, ya que el planeta fluye naturalmente en ese entorno energético. La criatura humana, desde luego, está diseñada para fluir en ese contexto, pero nuestro comportamiento desordenado con el planeta y con nosotros mismos produce una peligrosa “asimetría energética” que no ayuda a canalizar correctamente esas fuerzas. No tiene que ver únicamente con la alimentación y el lugar en donde uno vive, sino principalmente con la energía de nuestros pensamientos y el accionar en el mundo. Las referidas redes de fuerza son una catapulta de crecimiento para seres conscientes, y un lastre para aquellos que viven en “piloto automático”.

JK: Te convido a que nos hables del Minius y el Teseracto para los que se acercan por primera vez a este tema.
El Minius, según los apunianos, es la “partícula antes de la nada”. Citaré una comunicación de ellos al respecto, recibida en Monte Perdido, España, el 21 de junio de 2015:
“Minius es la fuente primera de energía, la esencia del origen del universo. Es la llave del principio y su proyección: una ecuación de eternidad que permite accionar en lo visible y lo invisible”.
“No deben interpretarlo solo como un conocimiento científico sobre la naturaleza del cosmos. Es, por encima de ello, un mensaje espiritual, más allá de su aplicación práctica en la tecnología de viajes espaciales”.
“Podrán comprender un poco más sobre su naturaleza si se adentran en ustedes mismos, en el nodo de fuerza que atesoran, que pulsa, que vive en lo más profundo de su energía (en referencia a la “Partícula Divina” o núcleo de fuerza humano)”.
“El Minius es similar a lo que ustedes llaman “agujero negro”: es una “puerta” de entrada y salida. Y su fuerza lo penetra todo. Lo transmuta todo”.
“Así como las radiaciones cósmicas que ante sus ojos son invisibles y, sin embargo, existen, el Minius ha permanecido silente dentro de la propia estructura de código genético de vida. Los hombres de ciencia de la Tierra aún no han podido desentrañar este secreto, que está presente en todo el universo. Pero intenta acercarse a esta revelación a través de un denodado estudio del mundo subatómico”.
Sobre el Teseracto o Hipercubo, diré que es una proyección matemática de un cubo en una “Cuarta Dimensión”. Los extraterrestres afirman que esa estructura puede contener al Minius, por ello sugieren recrearla mentalmente en ejercicios de meditación para sintonizar con esa energía. En mi sitio de internet he publicado varios artículos al respecto.

JK: En los talleres-encuentros que realizan has planteado que han tenido comunicaciones telepáticas con extraterrestres apoyadas por avistamientos programados. Háblanos de estas experiencias.
Ciertamente hemos tenido numerosos avistamientos programados en salidas de campo, experiencias que han contado con cientos de testigos en distintos países. Los registros de esos avistamientos se pueden apreciar en nuestro canal de YouTube. También hemos convidado a periodistas y reconocidos investigadores del fenómeno ovni. Aunque todo esto no constituye para los escépticos una prueba irrefutable de nuestras afirmaciones de contacto, es como mínimo un fuerte indicio de que estamos en comunicación con inteligencias no humanas.

JK: El bosón de Higgs o partícula de Higgs es una partícula elemental propuesta en el modelo estándar de física de partículas. Recibe su nombre en honor a Peter Higgs quien, junto con otros, propuso en 1964 el hoy llamado mecanismo de Higgs para explicar el origen de la masa de las partículas elementales. ¿Por qué planteas que el “bosón de Higgs” no es lo que dicen los físicos?
No lo planteo yo solitariamente, la comunidad científica sabe que ese “descubrimiento” no soluciona los enigmas de la física. Si bien nadie discute la trascendencia del hallazgo, algunos físicos hablan de que no aportará gran cosa. El problema es que el modelo estándar que se consolida con el descubrimiento del bosón de Higgs no describe todas las fuerzas que animan el universo, sino que contiene todavía muchas lagunas. Para resolver esos temas pendientes se han propuesto numerosas teorías, como las nuevas dimensiones, nuevas partículas, pequeños agujeros negros, etcétera. De acuerdo a información que se nos entregó en una visita al mismísimo CERN, el “hallazgo” del referido bosón vino como anillo al dedo para justificar la enorme inversión internacional en el Gran Acelerador de Hadrones y tapar otros experimentos más extraordinarios y secretos.

JK: ¿Cuáles son los planes investigativos de Ricardo González para este 2019? ¿Algún nuevo libro en proyecto?
Continuamente estoy viajando, investigando y difundiendo. Este año no escribiré ningún nuevo libro. Solo daré a conocer “Protocolos de Contacto”, obra que redacté en 2018 pero que recién verá la luz en noviembre de este año.

JK: Ya para finalizar, ¿qué recomendaciones puedes darles a aquellos contactados que nunca han hecho a nadie partícipes de sus experiencias?
No todos tienen que exponerse públicamente, como fue en mi caso. Pero cierto es que cada experiencia alberga un propósito y ello tiene que descubrirse. Hallar el propósito y comprenderlo es lo importante. Lo demás viene solo…

Muchísimas gracias a Ricardo González por dedicarme parte de su tiempo para la realización de esta entrevista.
Muestrario de su obra


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