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miércoles, 28 de diciembre de 2022

Un Humanoide Alado en Remedios, Cuba…


Por Orestes Girbau Collado

Leyendo su interesante libro titulado ¿Existen los Extraterrestres?, escrito por el ufólogo cubano Patricio Bosch, este autor describe y resume nueve categorías de Entidades Biológicas Extraterrestres (EBEs) básicamente conocidas, cuyas procedencias resultan heterogénicas.
Respecto a la octava categoría, los rasgos y las características presentes en estas clases de criaturas – comunica Bosch – “son más bien de aspecto animalesco”, y añade: “unos más bien parecen peludos, otros parecen animales parientes del murciélago”. También algunos de ellos tienen la capacidad de volar, al menos distancias relativamente cortas.
Dentro de las entidades mencionadas anteriormente, no podemos pasar por alto una que se para, alza y camina bípedamente. Me refiero al pavoroso Hombre Polilla, investigado por el desaparecido especialista norteamericano John Keel.

Han ocurrido por otra parte diversas experiencias del tercer tipo, que involucran a humanoides voladores o levitadores, sin alas u otros implementos visibles para facilitar sus peculiares vuelos.
Corría el verano del año 1967 cuando Radio Luxemburgo divulgó la noticia de que, en agosto 29 y cercano a Cussac, veinte kilómetros al S-O-S de Saint Flour, Francia, dos sorprendidos niños interrumpieron sus faenas campestres, para observar una curiosa escena desarrollada por cuatro seres que al parecer investigaban en el entorno, vestidos con monos plegados de color negro.
Los ufonautas, al sentirse descubiertos, se introdujeron de inmediato flotando verticalmente hacia el interior de una esfera (lisa, plateada, ruidosa y con diámetro aproximado de unos dos metros) que recién había despegado, desapareciendo después en el cielo.
Uno de los personajes tenía en la mano un objeto que reflejaba el Sol. Ana Marie Delpich, testigo ocular, llamó la atención en cuanto al tren de aterrizaje del OVNI, que estaba compuesto por dos soportes rígidos provistos de unos patines circulares.
En el caso de Cussac se verificaron otros efectos característicos del fenómeno que nos ocupa, como fueron el olor a ozono después de despegar la esfera, un repentino lagrimeo en los ojos de ambos muchachos y el nerviosismo provocado a las cercanas reses, así como al perro mascota.
Los cráneos de aquellos visitantes eran, al igual que la nariz, “puntiagudos” y “tenían el mentón acentuado”. No distinguiéndose ojos ni orejas. Es muy significativo que los protagonistas de la experiencia fuesen niños con trece y nueve años de edad.
Existe una historia que merece referencia por su singularidad dentro de la inquietante temática ovnística, cuyas fuentes las encontramos hurgando el pasado en periódicos archivados por diversas hemerotecas cubanas. Se originó en septiembre del año 1952, cuando un alienígena alado traumatizó a una joven campesina cubana. El singular suceso tuvo lugar en la finca nombrada Dolores, cercana al poblado de Remedios, antigua provincia de Santa Clara.
La vidente – oyente del “monstruoso hombre” tal y como ella misma lo denominara, se nombraba Caridad Martínez. Narró a la prensa radial y escrita, que el día 14 apareció aquél raro ser proveniente del cielo, y que por espacio de media hora estuvo hablándole en un idioma extraño. Solo pudo entender – dijo Caridad – la palabra Tierra. El forastero vestía una indumentaria muy rara, tenía en ambas manos un aparato lumínico y, a su vez, transpiraba un gas que casi le hizo perder el conocimiento, produciéndole nauseas. Agregó la campesina que la piel del “marciano” era amarillenta, de cara redonda, gigantesca estatura y tenía adherido al vientre un disco plateado, no mostrando una actitud francamente agresiva. Recordemos que en esa época a los supuestos extraterrestres se les adjudicaban dos procedencias: Marte y Venus.
Cuando la prensa conminó a la testigo, advirtiéndole que tales declaraciones eran trascendentales para todo el mundo, ella juró sostenerlo siempre. Lo más perturbador de todo – recordaba ella – fue que el gigante llevaba alas superpuestas que le caían desde los hombros hasta la cintura, regresando por donde mismo había venido, del cielo y volando.

Si estas sui-géneris experiencias no resultan convincentes a muchos, el fenómeno OVNI del cual se derivan una parte de ellas, va adquiriendo mayor crédito, rebasando los límites de la razón humana. No obstante, debemos poner la cuestión en su justa perspectiva.
Que estos “aislados” eventos sean catalogados a priori de fantásticos no deben ser óbice para que los mismos se consideren y analicen objetivamente. Hoy se aceptan en los expedientes ufológicos de relevancia, innumerables encuentros parecidos a los que, en su conjunto, son aquí expuestos.
En relación con el caso de la campesina cubana podemos señalar, ante todo, que estamos en presencia de un genuino Humanoide Alado, y no de una especie tipológica animalesca inteligente con alguna distinción morfológica humana, empadronada dentro de la casuística estudiada.
Puede sugerirse también la llegada de un androide volante programado o guiado a control desde una nave cercana. El investigador Sebastián Robiou en su obra “Manifiesto OVNI “anota, respecto al encuentro de Remedios, que el desconocido individuo provenía de un disco volador rojizo, lo cual nos motiva a inferir sobre las probables limitaciones del radio de acción para el vuelo que presumiblemente tiene esa clase de foráneo, a veces mal llamados monstruos, aludiendo a sus “anormales” constituciones anatómicas.

Otro episodio histórico había tenido lugar dos días antes. El 12 de septiembre, se produjo la clásica experiencia relacionada con el exótico monstruo de Sutton, aventura vivida por una maestra, un guardia nacional y tres niños de Virginia Occidental, en E.U.

Lo registrado en Cussac posteriormente guarda cierto denominador común con el extraordinario intento de contacto escenificado por territorio cubano, porque en ambos encuentros unos posibles extraterrestres se elevaron para abordar ingenios volantes sofisticados.
El olor a ozono verificado en territorio francés pudo comprobarse,  gracias a las abundantes incursiones periodísticas realizadas sobre el terreno de la finca Dolores, aunque es digno de reconocer que, en este último suceso, se careció, entre otras cosas, de la pertinente medición científica, salvo la psicológica en lo que a Caridad se refiere, si tenemos en cuenta el inevitable trauma producido por el encuentro.
Tengamos presente otro detalle. La campesina estuvo a punto de desmayarse al sentir el olor penetrante que emanaba del humanoide, o, tal vez, del instrumento que sostenía entre sus manos.

Durante la evaluación del dossier relacionado con el monstruo inteligente de Sutton, quedó establecido el irresistible olor como a gas mostaza que sintieron los osados que llegaron al sitio donde colisionó o aterrizó un objeto luminoso, amén de otras significativas evidencias indirectas. Todo ello nos hace recordar igualmente un oscuro, pero representativo hecho verificado el día 19 de agosto del propio año 1952, (muy interesante para los ufólogos). El explorador Sonny Desvergers presenció en un monte, cercano a Fort Lauderdale, Florida, un raro vehículo aéreo de unos siete metros de diámetro, sintiendo al unísono excesivo calor, sufriendo quemaduras en el rostro y brazos después de inhalar un desproporcionado olor a ozono, y, ser atacado cuando le cayó encima una bruma roja proveniente de cierta esfera del mismo color, que partió de la máquina, produciéndole desmayo inmediato.
En una entrevista concedida por Desvergers a la revista americana Weekly Magazine, el explorador manifestó que había visto una criatura en la torre del aparato y que era horripilante, negándose a describir su fisonomía ya que nadie le daría crédito suficiente.
Y, por otra parte, la descripción del denominado monstruo de Sutton pareció clara en todo momento, mostrando tanto el guardia nacional de apellido Lemon, como los niños, la garganta inflamada. Los rostros de aquellos pequeños estaban bañados por una sustancia aceitosa. Convulsiones, náuseas, vómitos y cuellos hinchados fueron otros efectos que pudieron constatar los doctores que asistieron a dichos testigos, aduciendo que solo podían ser producidos por el rociado de gas mostaza (desagradable, punzante y asfixiante) que les lanzó el espantoso habitante del espacio. Además, los perros del sheriff huyeron despavoridos cuando llegaron al lugar del controvertido encuentro.
Veamos a continuación la descripción y característica del alien que, acorde al testimonio de algunos lugareños, había descendido anteriormente en un cuerpo luminoso sobre una colina cercana:
- Ojos brillantes, saltones y separados medio metro entre sí. No era una lechuza.
- Altura de unos tres metros.
- Cara roja y sudorosa.
- Cuerpo con brillo verde mate.
- Produce un sonido como de silbido.
- Se conduce con paso elástico
- Emana de su cuerpo – o de la nave – un hedor irresistible.
Las dos experiencias norteamericanas fueron analizadas e investigadas por la inteligencia de la Fuerza Aérea, policías y serios ufólogos e investigadores civiles.
Debemos considerar otro aspecto fundamental insertado en el fenómeno OVNI, específicamente dentro del presente contexto. Nos referimos a las huellas dejadas por los No Identificados, junto con otros efectos físicos, químicos y biológicos sintomáticos aparecidos en el entorno cuando aterrizan estos ingenios.
Ejemplo de lo anterior fue lo observado cuando hubo de analizarse las raíces de la hierba existente en el claro del bosque, donde Desvergers recibió un fulminante ataque, y, por quién sabe qué entidad desconocida, que ocupaba el interior del desusado aparato. Las raíces en cuestión quedaron superficialmente carbonizadas, no así las hojas.
Al hacer sus propias conclusiones respecto al anterior fenómeno, el Capitán Ruppelt, que fungía entonces como director del Proyecto Libro Azul de la Fuerza Aérea en EU, sostuvo que la carbonización de las raíces podía deberse a un campo magnético alternativo, engendrado por una corriente de inducción. Estas fuerzas producen lo que se ha dado en llamar corrientes parásitas, provocando el aumento de la temperatura. Ello debe explicar mejor el hecho de que al haber tenido lugar una proyección sobre la superficie antes citada, de un poderoso campo magnético alterno, se quemaran las raíces. Si hay un campo magnético con tales características, se produce el ozono, y, la respiración del mismo en forma concentrada provoca pérdida de conocimiento.

Ahora bien, los casos típicos que estamos comparando, - aterrizajes y criaturas que vuelan- parecen tener puntos comunes. Teniendo en cuenta que la explicación ofrecida por Ruppelt era dada a conocer hace 65 años, buscamos y encontramos afirmaciones científicas recientes, dentro de la inagotable cotidianeidad divulgativa en que persiste inmerso el debate, y el estudio, en torno a nuestros presuntos navegantes cósmicos.
Investigadores del BLT Research Team, como Nancy Talbolt, John Burke y C. Laven good, después de lustros investigando y analizando huellas producidas por objetos de procedencias desconocidas, han detectado anormales alteraciones electromagnéticas allí, donde los OVNIs aterrizan, localizando elementos ajenos a la composición orgánica e inorgánica propia del lugar de aterrizaje, como por ejemplo, ciertos materiales magnéticos y microesferas cristalizadas de silicona pura, sólo posible de fabricarse en laboratorios.
La presencia de una tecnología aparentemente ajena, se manifiesta también cuando los estudiosos del BLT pudieron detectar – al igual que sus homólogos rusos – anomalías en los procesos naturales de las zonas afectadas por aterrizajes, causadas probablemente por fuertes radiaciones de microondas, capaces de alterar de forma irreversible estos procesos naturales propios del entorno.
La naturaleza energética de los UFOs puede evidenciarse así mismo, por la desaparición inusitada de la microfauna, que va pereciendo en proporción directa al epicentro de los nidos causados y dejados una vez que éstos despegan.
Como podemos apreciar, la Ciencia parece confirmar la presencia OVNI, ligada, en alguna manera a oscuras tecnologías, pero… ¿de dónde procede tan sofisticada técnica?

FACTORES A TENER EN CUENTA:
Muchos seguidores del tema OVNI, y en particular aquellos investigadores de los aspectos concernientes a sus tripulantes entienden que:
- Hace más de 60 años estaba presente la tecnología que hoy se manifiesta en los No Identificados. El año 1952 está comprendido dentro del período antes mencionado.
- Seres de apariencias poco gratas dejaron un rastro emocional entre los humanos que estuvieron vinculados noticiosamente con ellos.
- El Humanoide Alado de Remedios, desfigurado en tiempo y forma no intencional por algunos ufólogos extranjeros, se inserta indiscutiblemente dentro de la oleada veraniega del año 1952. Este particular evento del tercer tipo, sale ahora a la luz pública tal y como parece haber acaecido, acorde al testimonio dado.
- Las características principales del Humanoide Alado, hacen del mismo, a un ser al que se le puede clasificar como un Humanoide Gigante Alado, variante catalogable – recuerdo - en el ámbito ovnístico, aunque extraña.
- En menos de un mes, ocurren tres acontecimientos, en latitudes distintas y en la que están presentes máquinas de difícil diseño. El visitador alado parece ser el único que se descubre en toda su apariencia ante una solitaria persona.
- Los efectos psicosomáticos producidos fueron aparentemente comunes a todos.
- El ozono aparece como un elemento que, en lo adelante, estimulará teorías en cuanto a la energía utilizada por nuestros foráneos y la incidencia físico-química y biológica sobre la materia orgánica e inorgánica compactada por sus vehículos carentes de credenciales.
- Puede decirse, en cuestión, sin temor a equivocarnos, que el supuesto extraterrestre visto en Remedios no guarda ninguna analogía con los seres producidos por el arraigado folklore, prevaleciente en la cultivada imaginación de sus pobladores.
- No parece existir relación de ninguna clase entre los testigos enumerados. Ninguno de ellos conocía a los restantes ni tampoco sus “increíbles” historias.

Referencias:
"Existen los Extraterrestres" Autor: Lic. Patricio Bosch Quidiello.
Editora Corripio, Santo Domingo, República Dominicana, 1996.

"El Gran Enigma de los Platillos Voladores" Autor: Antonio Rivera
Editora Plaza Janes S.A. Barcelona. (Colección " El Arca de Papel")
4ta Edición Dic/1976. España.
Periódicos Adelante y Republicano, 15 de septiembre del 1952, Matanzas, Cuba.
"El Misterio de los OVNI”. Autor; R. Jack Perrin, Editorial DE VECCHI. Barcelona 1978. Páginas 12 a 14.
"Platos Voladores de Otros Mundos". Mayor Donald Kehoy. La Prensa 1955. Mejico.

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