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viernes, 30 de diciembre de 2022

Licuefacción de la sangre de San Genaro y los paralelismos ocurridos en torno al fenómeno OVNI. ¿Vínculo psicoquinético?


Por Martha Jacqueline Iglesias Herrera

En entrevistas realizadas en este espacio he abordado el tema de la psicoquinesis en relación con los Ovnis. He partido de la hipótesis que establece la supuesta capacidad que tiene la mente para influir sobre la materia y energía sin causa mecánica observable y desafiando el espacio y el tiempo.
Precisamente, es basándome en la evidencia física de estos fenómenos que me dispongo a abordar cierto revisionismo tanto en torno al fenómeno OVNI como a los casos de los supuestos milagros alrededor del misticismo que tienen lugar en nuestro mundo.

Para empezar, quiero hablarles de San Genaro. Se trata de un obispo, mártir y santo patrono de Nápoles (Italia). Según una documentación citada por el medio italiano Famiglia Cristiana, desde el año 1389 tiene lugar un prodigio cuyo centro es la sangre del mártir.

Se cuenta que la sangre seca del mismo se conserva en dos ampollas de vidrio en la Capilla del Tesoro de la Capital de Nápoles. La misma se licúa ante el asombro de los fieles tres veces al año: el sábado anterior al primer domingo de mayo (en recuerdo de la traslación de sus restos a Nápoles), el 19 de septiembre (en su fiesta litúrgica) y el 16 de diciembre (en el aniversario de su intervención para los efectos de una erupción del volcán Vesubio en 1631).

Este proceso se dice puede tomar horas o, incluso, días y, en ocasiones, no sucede.

Podemos preguntarnos, ¿qué efecto provoca que la masa sólida de sangre oscura que se encuentra en las ampollas contenidas en un relicario, se licúe mientras el Arzobispo lo sostiene en tanto los fieles rezan? ¿Qué efecto conlleva a que bajo el influjo de estos rezos la sangre se torne roja y empiece a burbujear?

Pues bien, el físico Helmut Schmidt ha demostrado científicamente que los seres humanos pueden influir psicoquinéticamente sobre la conducta causal de las partículas subatómicas. Por lo que atribuye que muchos de los efectos fisiológicos producidos por los OVNIS como quemaduras, conjuntivitis, cicatrices, úlceras… estén relacionados con los efectos radiactivos de la psicoquinesis.

En torno al misticismo Schmidt también atribuye los estigmas a este fenómeno. Tal es el caso del cadáver de San Francisco de Asís que tenía alteración en la piel de la mano como si un clavo lo hubiera atravesado, o el corazón de Santa Teresa que presentaba después de su muerte marcas en forma de flechas, o el Padre Pío cuyas heridas eran circulares del tamaño de una moneda y jamás se infectaban, inflamaban ni supuraban. Cabe destacar, que se plantea que casi todos los milagros realizados por grandes santos han sido duplicados por físicos de todo el mundo, sin olvidar que tanto el Padre Pío como Santa Teresa eran famosos también por sus dotes psíquicas.

Pero ¿cómo podría explicarse el caso de la sangre de San Genaro basados en esta teoría? Según las consideraciones de Schmidt podríamos especular que la imaginación colectiva del conjunto de fieles unida telepáticamente con un psicoquinético desconocido daría lugar al supuesto prodigio.

Ya para concluir diré que aún nos falta mucho camino por andar tanto en lo relativo al fenómeno OVNI como en torno a los milagros del misticismo. En el primer caso, nos quedaría pendiente si tendría sentido hablar de fenómenos psicoquinéticos cuando pilotos entrenados relacionan señales de radar con avistamientos de naves volantes (a pesar de la afirmación de que la psicoquinesis humana puede influir en cierta medida sobre sistemas mecánicos y de computación). Pienso que reducir las evidencias del fenómeno OVNI a un componente psicoquinético meramente sería ignorar las incontables observaciones de rigor que apuntan a un fenómeno natural y físico. Como diría mi amigo y colega Orestes Girbau es necesario preparar el ambiente psicosocial que antecede a las primicias y pienso que muchos gobiernos no seguirían gastando ingentes sumas de dinero en la investigación de un fenómeno del que no se ha dicho la última palabra y que continúa removiendo el piso de los investigadores que, aunque están privados de una metodología o disciplina reconocidas con las cuales sustentar sus descubrimientos, continúan examinando y considerando este mensaje primigenio que nos viene de los cielos de todo el mundo.  

En el caso de los milagros del misticismo, quedaría abierta a nuestra consideración la influencia del simbolismo, la cultura y la historia. No debemos olvidar, que la conciencia no es lo único que puede responder a un significado externo, también puede responder el cuerpo lo que nos da la medida que la naturaleza del significado externo es a la vez también físico y mental. Estamos rodeados de milagros a toda hora, basta observar el mundo que nos rodea, la realidad manifiesta que nos incluye. Por eso pienso que la explicación psicoquinética pudiera no ser definitiva a pesar de sus evidencias científicas. 

LA FE PUEDE MOVER MONTAÑAS.

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