Por: Orestes Girbau
El 10 de abril del 2006 dejó de existir, víctima de una fulminante leucemia, Remberto Dámaso.
Muy
conocido primero entre los ufólogos investigadores, como más tarde por todos
los cubanos e incluso a nivel internacional, Dámaso cautivó la atención debido
a sus alegadas experiencias sobre tres Encuentros Cercanos durante el período
comprendido entre 1998 y el 2003, que fue su último encuentro con presuntos
extraterrestres, lo que le conmocionó en mayor grado, causándole diversas
molestias por causa del incomprensible fenómeno vivido.
Teleportado
cientos de kilómetros –según explicó– en un OVNI tripulado por dos hombres con
aspecto humano, que lo hicieron viajar durante pocos minutos hacia La Habana,
conformó así otro capítulo del amplio expediente ufológico de Cuba,
reconociéndose entonces y después con esa popular identificación: “El Caso
Dámaso.”
Los
encuentros del criollo nunca dejaron de tener algunas peculiaridades
asombrosas, pudiéndose comprobar, independientemente o no de que dichos
contactos se efectuaran, todo un increíble conjunto de situaciones
fenomenológicas en torno a su persona, los cuales le acreditaron cierto margen de
comprensión y/o veracidad dentro del marco ufológico cubano, motivando la
creación de una Comisión dedicada a estudiar y seguir el caso dentro del seno
de nuestro Comité Gestor Nacional para la creación de la A.C.U. (Asociación
Cubana de Ufología).
Demos a
conocer en síntesis algunos detalles:
Por lo
menos en una de las nocturnas experiencias se observaron singulares luces
sobrevolando el área próxima a la propiedad del testigo principal, o sea,
Dámaso.
Remberto
demostró en cierta oportunidad, posterior a la última experiencia, una insólita
capacidad extrasensorial.
Durante
la teleportación, de acuerdo con el afectado, hay una parada intermedia en un
lugar desconocido, logrando, -decía él- obtener sinnúmero de raras piedras que
trajo consigo.
La
cobertura noticiosa ofrecida nunca dio un margen a la duda en cuanto a la
honestidad del afectado, ya que el hecho (no comprobado) denunciado por el
humilde poblador, contaba con las muestras de cooperación suya. Su historia no
se corresponde con otras que hablan definitivamente sobre los denominados
implantes u otros tipos de exámenes realizados por los alienígenas. No existe
verificación hasta hoy en tal sentido.
La
desaparición física del hombre que involuntariamente fue conducido hacia una
sofisticada tecnología aérea, por seres desconocidos, nos ha dejado
consternados, pero conscientes de que debemos continuar conociendo todo lo
relativo al fenómeno OVNI, porque en todos los sucesos como este existen
aspectos de trascendental importancia, quedando muchas incógnitas por el medio
sin ninguna explicación lógica. Y es que la fenomenología OVNI se manifiesta
del lado opuesto de nuestra forma de utilizar la lógica (terrestre), amén del
reto que continúa imponiendo a la Ciencia.
Todos
los ovnílogos del archipiélago cubano, y puedo asegurar que de otras latitudes
también, le damos a Dámaso otro adiós solamente. Ahora debemos seguir
profundizando en el expediente conocido del teleportado.
Sus
restos fueron sepultados en el cementerio de Sancti Spíritus la mañana del día
12 de abril. Llegue a sus familiares y amigos nuestro sincero pésame en nombre
de todos los ufólogos.
El caso
Dámaso fue un momento interesante de la ufología cubana, incluso para aquellos
investigadores que disienten del hecho, pero que estuvieron todo el tiempo
dispuestos a escuchar aquella narración sin prejuicios. Y fue algo más que eso.
Una historia que invita a la reflexión, y en unas circunstancias
particularmente distintas.
¿Tendremos
nuevos indicios de la vivencia del campesino? ¿Podremos acercarnos a la
verdadera realidad?
Mientras
tanto, no debemos subestimar los casos de esta naturaleza, aun cuando creemos
que no son o parecen convincentes. Los ufólogos somos buscadores de la verdad
OVNI. Por esa razón somos los primeros que, por nuestra condición, no debemos
tener derecho a olvidar ningún encuentro, incluyendo el del espirituano recién
desaparecido físicamente.
Escribió
una vez el destacado intelectual español Ortega y Gasset que “lo menos que
podemos hacer, en servicio de algo, es comprenderlo.”
Descanse
en paz Remberto Dámaso.
13 de abril / 2006
*NOTA:
Detalles ampliados sobre esta posible extraordinaria experiencia, serán
publicados en otro momento.
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