Los avistamientos de objetos inexplicables a grandes alturas y viajando a altas velocidades en las inmediaciones de las principales instalaciones de defensa de EEUU, son de tal naturaleza que no son atribuibles a fenómenos naturales o tipos conocidos de vehículos aéreos.
El verdadero encuentro extraordinario ocurrió cuando un objeto desprendió otro objeto más pequeño que luego persiguió al interceptor impuesto. El piloto hizo un giro extremo para alejarse del objeto, y este pequeño objeto se volteó dentro de su propio arco y luego volvió a unirse con la nave madre, en una unión perfecta.
Eso fue en 1976. ¿Qué cosa de hoy en día podría hacer eso hace más o menos 35 años? Bueno, oficialmente no lo sabemos. Extraoficialmente creo que lo sabemos. Estas son tecnologías avanzadas que no están siendo operadas, al menos de manera oficial, por nuestra propia civilización. Y ahí yace el problema con el fenómeno OVNI. Todos en el mundo saben que algo está sucediendo y nadie en cargos oficiales está dispuesto a admitirlo. Hay personas que son de miras tan estrechas en sus opiniones y tan escépticas al respecto, sin tomarse la molestia de mirar las evidencias, que dirían: ‘Bueno el gobierno estudió esto, el gobierno tuvo el proyecto Libro Azul y lo investigaron. Ellos descubrieron que no hay mucho acerca de esto. También escuché que hubo una investigación que también desacreditaba los OVNIs. Esa explicación hasta la fecha es usada por la Fuerza Aérea y por el Gobierno para desestimar cualquier discusión sobre los OVNIs. Pero aquí está el punto: el proyecto Libro Azul es un chiste de operación. Aquí tengo una carta de 1955 al comandante de la base de la Fuerza Aérea de Colorado Spring, Colorado, sobre estos reportes OVNIs:
“Siguiendo con los propósitos del Programa UFOB [y en este caso UFOB significa OVNI], es necesario esforzarse para alcanzar tantas soluciones como sean posibles, para así reducir el porcentaje de desconocidos a un mínimo necesario”.