DUDAS EN LA MUERTE DEL MILITAR
DE LA OPERACIÓN PRATO
Para el ya citado investigador Cope Shellhorn, se suma otra misteriosa muerte a estos sucesos.
Es el suicidio del Coronel Uyrange B.S.N. de Hollanda Lima en su casa en el condominio Don Vital I, en Iguaba Grande, Cabo Frío, en el litoral de Río de Janeiro, Brasil el 2 de octubre de 1997.
Fue él quien tenía a cargo la Operación Prato, cuya base estaba en el I Comando Aéreo Regional (COMAR) en Belén, proyecto éste confidencial de orden militar (Fuerza Aérea Brasilera, FAB) creado para investigar Fenómenos OVNI, principalmente aquellos sucedidos en Belén (PA) entre septiembre y diciembre de 1977, contando e investigando numerosas evidencias de los fenómenos (fotográficos, fílmicos y físicos), siendo además ellos mismos protagonistas de encuentros OVNI y sondas exploradoras y hasta la visualización de los tripulantes de estos objetos.
En 1997, luego de 20 años de silencio Uyrange Hollanda decidió hablar por primera vez y contar a la comunidad ufológica brasilera, los estudios y experiencias llevadas a cabo bajo su conducción en dicha Operación.
"Los OVNI existen, las Fuerzas Armadas investigan sus maniobras y esconden los casos a la población", comentaba.
Más tarde hacía pública sus afirmaciones en diversas redes televisivas de Brasil (Red Globo y Manchete), y asistió y divulgó por única vez en las Jornadas de UFO-Río desarrollados a finales de 1997 la presencia OVNI en la Amazonia, dando a conocer así la Operación Prato por primera vez a la comunidad toda.
Pero poco después de brindar estos datos, el militar se suicida en su casa ahorcándose con el cinto de su ropa de baño. Así fue encontrado por una de sus hijas en su domicilio, como ya dijimos el 2 de octubre de 1997.
Para los ufólogos Carlos Machado y el argentino radicado en Bahía (Brasil) Alberto Romero, consideran que se trata de "circunstancias misteriosas" las verdaderas causas de su muerte; e informa además este último ufólogo bahiense sobre las visitas y presencias de "personas misteriosas" pocos días antes de su muerte.
Estos se suman a las "dudas" mantenidas también por el ufólogo norteamericano Cope Shellhorn.
A pesar de que según informaciones de colegas brasileros que nos informaban que el Comandante de la Operación Prato sufría desde hace años de un cuadro depresivo, es sugestivo pensar que luego de 20 años de silencio y cuando da a conocer la Operación de carácter confidencial militar a los ufólogos y al público en general a través de diversos medios, éste se suicide pocas semanas después de brindar estos importantes datos, que confirmaban la realidad OVNI y la presencia de sus tripulantes y el real interés de los militares para investigar dichos Fenómenos, siendo ellos mismos (los militares) muchas veces protagonistas de estos asiduos incidentes OVNI.
¿Suicidio? ó ... ¿se trata de una nueva víctima?, pero ... ¿ de quién?
DESAPARICIONES: ¿EXPLICABLES?
En un poblado esquimal de Anjiku, a 1200 kilómetros al Norte de Churchill, en Canadá, el 16 de noviembre de 1930, los 50 habitantes del pueblo mencionado, desaparecen abruptamente. En sus chozas se hallaron recipientes conteniendo comida sobre el fuego, rifles colocados, como siempre detrás de las puertas, y hasta prendas de vestir atravesadas por agujas que interrumpieron para siempre su labor.
Por una razón que quizá nunca sabremos, hombres, mujeres y niños, abandonaron sus viviendas, sus alimentos, sus perros, sus embarcaciones y atraídos por algo fascinante y desconocido, se esfumaron sobre la tundra helada.
Surge así, mi HIPOTESIS DE TRABAJO: que estos hombres ó sus descendientes, fueron secuestrados por seres inteligentes muchos más avanzados tecnológicamente que nosotros, para ser preparados por medio del "lavado de cerebro", hasta tal punto en anularlos y convertirlos en perfectos androides humanos, para desarrollar alguna misión específica. Recordemos que a los Hombres de Negro, se los describe como seres de raza nórdica, de rasgos PARECIDOS A LOS PUEBLOS ESQUIMALES. Y quien mejor que ellos, siendo seres humanos, no tendrían ningún problema en infiltrarse entre nosotros, sin llamar absolutamente nuestra atención.
Y es a través de ésta, mi hipótesis de trabajo, que la misma es corroborada por el investigador George Smith, del cual cree que "ELLOS" pueden venir del Círculo Polar Ártico, y pertenecer a unas tribus primitivas de indios que evidentemente están controlados por seres ¿espaciales? muchos más inteligentes que nosotros.
Los Hombres de Negro, cuya descendencia son de seres no originarios de nuestro planeta, esta raza (y digo raza, porque están en nuestro planeta Tierra), quizás nosotros mismos los hemos visto caminando en nuestras ciudades, sin percatamos de su presencia.
La pregunta surge sola, ¿están los Hombres de Negro entre nosotros?
LOS HOMBRES DE NEGRO
ENTRE NOSOTROS
Hasta aquí los HECHOS, las PRUEBAS contundentes, vimos sus PRESENCIAS en todo el mundo en las más diversas situaciones, ésta es la REALIDAD que prueba su EXISTENCIA.
Los HOMBRES DE NEGRO, ESTAN ENTRE NOSOTROS.
Ellos están aquí, -observándonos-, vigilándonos, siguiendo nuestros pasos realizando esta "Investigación Paralela" a testigos y/o ufólogos-investigadores del mundo entero.
Estos sucesos se reiteran, inclusive como ya vimos anteriormente en nuestro propio país, la República Argentina, al igual que en Chile, Brasil, México, EE.UU, Canadá, España, Francia, Inglaterra, Nueva Zelanda y otros, citemos como ejemplos incidentes como Caso Dupont, Jarrold, Stuart, Dorsay, Hunt, Gray Barker, Ivan Sanderson, Isla Maury, Neuwork, Dunmer, Point Pleasant, Virginia, Joseph Davidson, Derenberg, Rex Heflin, Charles Mundt, Bruce Cathie, Pedro Muñoz, Official UFO, Dorothy Kilgallen, James Mc Donald, Jim y Carol Lorenzen, Frank Edwards, Paulo de Cavalho-Neto, Brad Steiger, Francisco Jurado, Grant Breiland y N.B., Herbert Hopkins, Peter Krassa, P.A.H., Osvaldo Moro, Osmán Simonini, Luis Anglada Font, Andreas Faber Kaiser, Alejandro Vignati, Integrantes del equipo ONIFE, Fabio Zerpa, Mónica Pérez, Elena Paredes, Héctor A. Picco, Willie Ley, Richard Church, Frank Sully, H.T. Wilkins, Gloria Lee, Della Larson, Dr. Hopkins, Morie Ford, Henry F. Kock, Feron Hicks, y MUCHOS MAS, que no podemos detallar, pues ocuparíamos gran cantidad de hojas, y resultaría además cansador seguir enumerando los mismos.
Pero todos ellos tienen un común denominador: las advertencias, las
amenazas, las presencias, las muertes dudosas, el abandono en la investigación.
Y los encontramos no sólo en la Investigación OVNI, sino también en todos aquellos sucesos en que personas han trabajado en forma relevante en “El Conocimiento Oculto”. “Ellos” hacen “desaparecer” a los libros del saber Universal, como lo es el de Estanislao de Guatia, Die Rosenkreuzer, Estudios de los Mahatmas, sus Misterios y su Solución, Zur Geschichte, Einer Reformation, entre otros. Estos han “desaparecido”.
Numerosas personas tienen copias de otros libros, que son catalogados como “prohibidos” por los Hombres de Negro. Como lo son: El Papiro Voynich, Nefer-Ka-Path y el Libro de Thot, Las Estancias de Dzyan y Excalibur, El Libro de la Locura.
Pero los textos originales se han perdido.
Los Hombres de Negro guardan celosamente todos estos secretos ...
Con esto, espero que quede claro sobre lo que viene sucediendo. Estamos siendo vigilados por "algo", y ese "algo" son los Hombres de Negro.
Todos nosotros debemos traspasar la barrera de lo impenetrable y romper todos los obstáculos de la misma. Debemos llegar donde el hombre nunca ha podido llegar. Para ello, es necesario seguir buscando e investigando con metodología científica en regiones en donde aquellos no se arriesgaron, y no llegaron a investigar.
El investigador Gray Barker terminaba su libro, “They Knew Too Much about Flying Saucers”, con un terrible presentimiento: “Tengo la sensación de que algún día llamarán a mi puerta. También lo harán en la de ustedes, a menos que todos lleguemos a ser más sabios y descubramos quienes son estos tres hombres”.
Ese gran buceador español, llamado Antonio Ribera (fallecido en septiembre de 2001) -y que también se ocupó del tema-, comentaba: “Son los que han hecho callar a tanta gente que sabían cosas. Esos caballeros, ¿quiénes son?. Vuelvo a preguntarme. No lo sé”.
Considero que:
EL MISTERIO DE LOS HOMBRES DE NEGRO SIGUE EN PIE. ELLOS ESTAN AQUÍ, -ENTRE NOSOTROS- CUMPLIENDO UNA TAREA AMENAZADORA... ESTA ORGANIZACIÓN QUE ALBERGA EN SU SENO A SERES HUMANOIDES, POSEEDORES DE FACULTADES “ASOMBROSAS”, SIGUEN IMPUNES.
Un enigma más, que viene a sumarse al propio, que es el mismo Fenómeno OVNI.
Sin duda alguna, ya ha comenzado la “batalla” entre los investigadores del Conocimiento Oculto y los Hombres de Negro (HDN) o Men in Black (MIB).
Sólo nos resta esperar ...
Bibliografía y Aportes Investigativos:
- Investigaciones de diversos investigadores ya enunciados en este Trabajo de Investigación.
- Investigaciones Propias de Guillermo Daniel Giménez desarrolladas en Argentina y el extranjero (América, Caribe, Europa y Africa)
(*) SOBRE EL AUTOR:
GUILLERMO DANIEL GIMENEZ: Radicado en la ciudad de Necochea, Provincia de Buenos Aires, República Argentina.
Egresado con estudios en Ciencias Naturales. Es Analista en Sistemas, siendo su formación principal el área de la Informática Educativa, desempeñándose además como Profesor Cátedra de Computación en Escuelas de Enseñanza Media, e Institutos Privados; Organizador y participante de Talleres en Informática (con la aprobación de la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires) y de Talleres Especiales para niños con discapacidades mentales. Además de Formador de Docentes Multiplicadores en Informática. Ademas es Lic. en Historia.
Actualmente se desempeña como Planificador y Programador de Mantenimiento en una empresa de Generación Eléctrica. Colaborador además en notas e informes sobre temas de informática para diversos periódicos y boletines nacionales y extranjeros, asistiendo a múltiples Congresos y capacitaciones de actualización.
Investiga el Fenómeno OVNI desde 1977, año en que tiene la oportunidad de observar los desplazamientos de un OVNI en pleno verano –junto a su familia y centenares de testigos- en la ciudad de Necochea (Argentina), de idénticas características al objeto fotografiado por la Sra. Ella Fortune el 16 de octubre de 1957 cerca de la Base Holloman AFB, EE.UU.
A partir de allí su vida cambió, dedicándose a la búsqueda investigativa de la presencia de entidades inteligentes entre nosotros. Colaborador para diversos centros investigativos nacionales y extranjeros, y escritor en revistas especializadas y de interés general sobre la temática OVNI y los Misterios de Egipto (país que también visitó y recorrió en su integridad); divulgándolo además en varias Páginas Web en Internet de todo el mundo, habiendo recorrido (y recorriendo permanentemente) ya en varias oportunidades diversos países de América, el Caribe, Europa y Africa, siempre igual: “Investigando con rigurosidad y metodología científica la presencia OVNI sobre nuestro planeta, encontrando verdaderos casos ufológicos a través de su presencia, las manifestaciones de entidades anómalas y/o humanoides y su impronta en la tierra, a través de sus huellas físicas en el terreno y/o fisiológicas sobre los testigos, siendo éste último la pieza fundamental en la investigación OVNI”.
Sus trabajos de investigación acerca del Fenómeno OVNI y los Misterios de Egipto han sido traducidos a varios idiomas.
Aquellas personas que quieran escribir al autor para contar sus experiencias o bien intercambiar información, dirigir la misma a: gdgneco@yahoo.com
A N E X O:
A continuación se detallan dos nuevos episodios vinculados a la presencia de los HDN.
El 1ro. de ellos acontecido en la Provincia de Buenos Aires y en Capital Federal, República Argentina, teniendo como protagonista principal a un investigador conocido del mundo ufológico, que es perseguido por estos HDN. Y en el 2do episodio, dos jóvenes, desconocidos entre sí, observan la presencia de un OVNI, pero no todo terminaba ahí. Extraños episodios con presencias de Hombres de Negro no sólo a los testigos, sino también “molestaron” a quien los investigó, aconteció en la región más occidental del Canadá.
Dos incidentes ocurridos en los dos extremos de un mismo continente, -América- , vinculado a la presencia misteriosa de los Hombres de Negro.
Veamos estos hechos:
LOS HOMBRES DE NEGRO
EN LA ARGENTINA
EL Incidente de Héctor Antonio Picco
Un Reportaje Investigativo de: GUILLERMO DANIEL GIMÉNEZ
Era Septiembre de 1983, cuando una carta, de la habitual y numerosa correspondencia recibida, acaparó mi atención, firmada por un conocido investigador, autor de importantes trabajos sobre nuestro quehacer investigativo.
La misma hacia referencia sobre el tema de mi especialidad: el accionar de los misteriosos Hombres de Negro, el área de mi ardua tarea de investigación hacia esta Conspiración del Silencio.
Comencé mi investigación, mi interrogatorio hacia el protagonista principal, conociendo así, a este excelente testigo calificado, quien ha prestado servicios a una importante entidad de la República Argentina, que para su incorporación requirió el correspondiente informe a Inteligencia, apareciendo su ficha totalmente limpia, de buena reputación.
Aquí he omitido algunos nombres y otros datos, de algunos protagonistas involucrados en estos extraños hechos, ha pedido expreso, no obstante esto, todos los informes obran en mi poder.
Escuchemos al protagonista de este misterioso incidente.
G.D.G.: ¿Cómo te llamas?
T.: Héctor Antonio Picco
G.D.G.: ¿Qué edad tienes?
T.: Cuarenta y dos años.
G.D.G.: ¿Dónde naciste?
T.: En un campo a 10 km de Rancul, Provincia de La Pampa, pero en jurisdicción de Córdoba.
G.D.G.: ¿Qué día?
T.: El 14 de septiembre de 1941, a las 10,15 hrs.
G.D.G.: ¿Cuál es tu profesión?
T.: Por vocación: Escritor. Por sobrevivencia: Tareas de Contaduría.
G.D.G.: ¿Casado?
T.: Sí.
G.D.G.: ¿Tienes hijos?
T.: No.
G.D.G.: ¿Cuándo fue tu primera experiencia OVNI?
T.: Cuando tenía cuatro o cinco años.
G.D.G.: A partir de allí, ¿nace tu interés por el fenómeno?
T.: No. Ni siquiera cuando mi segunda experiencia, el 13 de octubre de 1965, sino un par de años después.
G.D.G.: En 1975 escribís tu primer novela, ¿sobre el Fenómeno OVNI?
T.: Sí, pero no como investigador, sino más bién como recurso literario, hasta un poco burlescamente hacia la tendencia “redentorista” de algunos ovnílogos, que me fastidia por lo cómica.
G.D.G.: ¿Qué hiciste antes del primer hecho extraño?
T.: Nada. Levantarme antes de tiempo, (en ese tiempo yo solo trabajaba por la tarde). Bueno, no tanto eso: Yo siempre me levanté muy temprano. Pero eso sí NUNCA bajaba a la calle a esa hora.
G.D.G.: ¿Qué fecha sería?
T.: Era el mes de Octubre de 1976. No recuerdo el día. Sí la hora, más o menos: Alrededor de las 08,30.
G.D.G.: ¿Qué te sucedió en ese encuentro?
T.: Una mujer que venía en sentido contrario al mío, al cruzarnos en la vereda, me saludó por mi apellido, con extraña expresión, agresiva y burlescamente.
G.D.G.: ¿Cómo iba vestida esa mujer?
T.: De pollera y chaqueta negra. Zapatos y cartera del mismo color en su mano derecha.
G.D.G.: ¿Y su lenguaje era extranjero?
T.: No. Era el habitual de la gente de aquí.
G.D.G.: ¿Su rostro tenía pintura?
T.: No. Como casi todas las mujeres de edad madura.
G.D.G.: ¿Qué estatura aproximada?
T.: 1,60 mts. Quizá algo menos. La deducción la hago comparándola con mi propia estatura.
G.D.G.: ¿Y cuál es tu estatura?
T.: 1,84 mts. Más o menos.
G.D.G.: ¿En qué calle de Buenos Aires aconteció esto?
T.: Billinghurts al 220/30. Entre Cangallo y Díaz Velez.
G.D.G.: ¿Había gente en su alrededor?
T.: En esos momentos no.
G.D.G.: Al día siguiente volviste a encontrarte con esta mujer, ¿qué fue lo que sucedió?
T.: Me preparé para inquirir sobre su extraña actitud del día anterior. Ella me miró desafiante, y en el mismo tono me preguntó: ¿Qué pasa?
G.D.G.: ¿Y ella qué contestación te dio?
T.: Ninguna, pues yo no alcancé a preguntarle nada.
G.D.G.: ¿Siguió caminando normalmente?
T.: Sí. Hasta que llegó a Cangallo, donde giró sobre sus pasos y me miró desde unos 60 metros, como sabiendo que el encargado del edificio y yo, estábamos conversando sobre ella, sobre si sería del barrio o no.
G.D.G.: ¿Qué fue lo que sentiste al acercarte a ella?
T.: La primera vez nada en especial, pues no presentía nada. Ya la segunda vez, una sensación de frío y pánico, la seguridad de hallarme frente a algo desconocido para mi comprensión.
G.D.G.: ¿Cómo eran los ojos de esa mujer?
T.: Muy brillantes, poseídos, yo digo a veces “brillo dorado” aunque no sea exactamente así, porque no sé que otra definición darle a la mirada tan extraña, cargada de amenaza, maldad, odio.
G.D.G.: ¿Qué hiciste luego de verla?
T.: La primera vez, nada. Caminé hacia Rivadavia y regresé enseguida. La segunda vez, continué unos diez o quince pasos más tratando de hallarle una explicación al asunto y luego, recordando que al salir estaba el encargado haciendo limpieza en la entrada y que era un hombre que hacía 10 años que estaba en el puesto y conocía a casi todo el mundo de la zona, volví para preguntarle si la conocía a ella. El me respondió, luego de estudiarla ocularmente, que no. Mi pregunta a él obedecía además a otro motivo: En un momento creí que era una visión sólo para mí, que yo sólo la veía. Esto obedece a un hecho... que quizá sea vinculado al problema: unos tres meses antes, en una madrugada que yo venía casi por el mismo lugar –a lo sumo diez metros más hacia Díaz Vélez- , de repente una mujer, vestida de colores oscuros, pero no negros, se arroja, protegiéndose con ambas manos (como un arquero de fútbol cuando intenta atajar a una pelota que viene a ras del suelo) sobre la vidriera de una mueblería que existía en ese tiempo ahí. Cuando yo paso junto a ella me pide a gritos ¡Ayúdame!. ¡Ayúdame!. Yo lo voy a hacer, pero finalmente desisto por dos motivos, cuando recapacito:
1º Su extraña forma de caer, protegiéndose con ambas manos, para no golpearse. Es decir: me doy cuenta que la caída es fingida.
2º Un matrimonio, con un hijo de la mano que va a cruzar Billinghurst y espera el paso de algunos vehículos para hacerlo evidentemente no advierte el hecho, no lo vé, pues la mujer ha caído a un par de metros de ellos y no hacen ningún movimiento. Me doy cuenta entonces que si voy a ayudarla algo me va a ocurrir, pues esa actitud sólo es visible para mí, los demás no la ven, ¿comprendes?
G.D.G.: ¿Y qué sucedió luego?
T.: Nada. Seguí caminando sin atenderla, cuando me percaté que las personas cercanas no veían lo que yo.
G.D.G.: ¿La has vuelto a ver?
T.: No.
G.D.G.: ¿En qué año enviás tu libro para que concurse en Europa?
T.: En 1976, para que concurse en el Planeta 1977, que se cierra el 30 de Junio.
G.D.G.: ¿A partir de allí decidís pasar las Fiestas con tu familia e irte a tu pueblo?
T.: No, mi decisión de ir a mi pueblo es anterior, siempre que la situación económica personal me lo permitiera. Es decir: Anterior a los sucesos con la mujer de negro; no como una situación específica de ese año en especial, sino como una posibilidad siempre latente, de ser posible llevarla a cabo.
G.D.G.: ¿En qué lugar de la Argentina?
T.: Mi pueblo es Huinca Renancó.
G.D.G.: ¿Allí acontecen nuevos hechos extraños?
T.: Sí. Es un lugar de gran casuística OVNI. ¡Ah!. Pero quizá quieres saber con respecto a mí. Hay un extraño “complejo de culpa”. El año pasado (1983) me hicieron un homenaje en la Radio, leyendo cosas mías, pasando un par de temas folklóricos que me grabaron por ahí. Además se me buscó para escribir el Himno del Colegio Nacional, que ha resultado un gran éxito. Lo ejecutan en cada aniversario y hacen bises.
G.D.G.: ¿Qué es lo que ocurre en el Banco Popular Financiero?
T.: En el Banco Popular Financiero, no estaba V.H. Sino solamente A.S. (el amigo que voy a saludar) y C.N., que viene expresamente a preguntarme
“dónde están los originales”. A V.H. lo encuentro en la confitería Oriente y está asustado y preocupado a la vez. También pregunta por los originales y dónde vivo. Me sugiere que los pida a Planeta para que me los devuelvan. Me pregunta si vivo en casa o qué. Desliza la oportunidad de invitarme a cenar (nunca lo hacía con anterioridad). Cuando lo encuentro antes de venirme, luego de su extraña desaparición por 3 ó 4 días, me da la mano sin apretar y huye de mí.
G.D.G.: En la Estación de Ferrocarril sos protagonista nuevamente del recuerdo de esos “ojos extraños” de la mujer vestida de negro, cuando observas al Agente G. ¿Es realmente así?
T.: Sí.
G.D.G.: ¿Podés decir que eran casi los mismos ojos?
T.: Quizá no “los mismos ojos”. Es el brillo extraño. La actitud poseída y “en blanco”.
G.D.G.: ¿En qué momento aparecen los Hombres de Negro?
T.: Al sobrepasar el tren la Estación de Junín (Provincia de Buenos Aires).
G.D.G.: ¿Qué hora serían?
T.: Alrededor de las 12 horas.
G.D.G.: ¿Cuántos eran?
T.: Dos.
G.D.G.: Describilos.
T.: Dos individuos, uno más alto y totalmente afeitado, otro más bajito y con bigote recortado. Vestidos como gerentes de banco, con gafas para Sol, ambos sin maletines “atachés” o cosa parecida, que todo el mundo los lleva cuando debe hacer un viaje más o menos largo y prolongado, -ese detalle me llamó sobremanera la atención- , tez morena, movimientos serenos y pausados, impecables en su presentación, que viajan juntos pero no se dirigen la palabra jamás.
G.D.G.: ¿Qué estatura tenían?
T.: El de bigotes, 1,70 mts. El rasurado, 1,85 mts.
G.D.G.: ¿Sus rostros te hacen recordar de qué raza?
T.: Mongólica, esquimal. (Soy consciente de que esto constituye un lugar común en esta casuística, pero era así. Es.).
G.D.G.: ¿Se comunicaban entre “Ellos”?
T.: No. Solamente se miraban a la cara, como para sobreentenderse de algo ya conversado con anterioridad.
G.D.G.: ¿Su caminar era normal?
T.: Sí.
G.D.G.: ¿Cómo se acercan a vos?
T.: Se ubican en el asiento izquierdo, -teniendo en cuenta el sentido hacia Buenos Aires del tren y mi propia ubicación- . Luego uno avanza solo tres o cuatro asientos, por la derecha; luego avanzan tres o cuatro más, -nuevamente los dos se sientan juntos- por la izquierda. Finalmente vuelven a separarse, y el de bigotes se sienta sobre la derecha, a unos tres metros de distancia de donde yo estoy. El otro sigue en la fila de la izquierda, un par de asientos más atrás.
G.D.G.: ¿Había más gente en el mismo vagón?
T.: Sí.
G.D.G.: ¿Qué reacción tenían éstos?
T.: Ninguna. Parecía que no advertían la anormalidad.
G.D.G.: ¿Por qué pensás que “ellos” iban a sacrificarte?
T.: Porque yo tuve una fugaz actuación política... Entonces lo atribuí a gente de algún servicio policial y para-policial que quería asesinarme. Sólo con el tiempo, cuando supe que no estaba “fichado”, cuando até cabos, me dí cuenta que se trataba de los H.D.N.
G.D.G.: ¿Cómo es eso que “ellos” se quedan dormidos?
T.: Se les “cayó” la cabeza hacia el costado, como hacemos todos cuando queremos dormitar.
G.D.G.: ¿Y vos qué hiciste luego?
T.: Me bajé en Saénz Peña y tomé el 105 hacia Billinghurst y Bartolomé Mitre.
G.D.G.: Al bajarte, ¿los H.D.N. continuaban en el tren?
T.: Sí.
G.D.G.: ¿Vos crees que al bajarte antes de llegar a destino, “rompiste” con la programación de “ellos”?
T.: Pienso que sí.
G.D.G.: ¿Quizá esa fue la causa de que se quedasen dormidos?
T.: No. Pienso que se quedaron dormidos por una fuerza superior que intervino.
G.D.G.: ¿Toda la experiencia cuánto duró?
T.: Unas cuatro horas.
G.D.G.: ¿Cuándo y porqué decidís enviar tu libro a una Editorial inglesa?
T.: En 1977, cuando pienso que la mayor libertad intelectual que allí existe permitirían la publicación del libro.
G.D.G.: ¿Qué es lo que le sucede a la traductora?
T.: Se le desprende el cristal de uno de sus anteojos, y al otro par le aparece un cristal prolijamente seccionado de forma de triángulo.
G.D.G.: ¿Qué dimensión tenía ese triángulo?
T.: 0,5 cmts X 1,5 cmts.
G.D.G.: ¿Cuál es el nombre de ella?
T.: N.T.
G.D.G.: Y a Mary, tu común amiga, ¿también fue envuelta en las redes de estos extraños hechos?
T.: Sí.
G.D.G.: ¿Qué es lo que le ocurre?
T.: Ella abandona su habitación para ir al toilette. Ni bién se aleja unos pasos en tal dirección oye un extraño ruido-crujido, al que no le da importancia. Su cama está tendida. La destiende para acostarse, al regresar, y halla un extraño trozo de madera terciada entre la sábana. Ningún mueble, puerta o ventana de la pensión tienen ese tipo de madera.
G.D.G.: ¿Qué piensan ellas de estos acontecimientos?
T.: Que estaba todo relacionado con el libro.
G.D.G.: ¿Y vos?
T.: Lo mismo.
G.D.G.: ¿Y qué es lo que relatás en el libro?
T.: La reseña de la caída espiritual total del hombre, el fracaso de los Redentores, la existencia de El Consejo de los Nueve, que planea todas las malignidades, con sus delegados que fingen trabajar para el Bien. El 1 de Julio de 1984, yo me encontré con Cacho Barrios, el último cantor de Buenos Aires, a quien persiguen para asesinar, pues los Nueve no quieren más que quede un vestigio de espiritualidad con vida. Los OVNI también juegan un papel en la Revelación, pero no redimen a nadie. Eustaquio Zagorski, el fallecido Polaco que tenía gran amistad con el Padre Reyna también figura. En fin, es demasiado extenso para contarlo todo.
G.D.G.: ¿Cómo se llama?
T.: “El Ocaso de los Redentores” (Tango is dead!).
G.D.G.: ¿Por qué ocultaste todo esto?
T.: Porque tenía miedo.
G.D.G.: ¿Y ahora no lo tienes?
T.: ¿Si tengo miedo?. Todos los seres sensatos lo tenemos. Lo que ocurre es que no puedo dejar de indagar simplemente por eso. Porque me creo miedoso, pero no cobarde absoluto.
G.D.G.: ¿Qué pensás del comportamiento de las personas involucradas en estos extraños hechos?
T.: En algunos casos había envidias lugareñas tontas, en otros, ni siquiera eso. Actuaron envueltos en una urdimbre telepática increíble.
G.D.G.: ¿Influenciados por los Hombres de Negro?
T.: Por la Central que los programa y dirige.
G.D.G.: ¿Has vuelto a encontrarte con todos ellos?
T.: Sí, con casi todos ellos.
G.D.G.: ¿Ahora sus comportamientos son normales?
T.: No, los atenaza un raro “complejo de culpa”. Tratan de “quedar bien” conmigo.
G.D.G.: ¿Has cambiado de alguna forma tu manera de actuar?
T.: Sí. Me he vuelto muy cauteloso. Comprendí que el Mal se produce conscientemente, que quienes estamos del lado del Bien, -con todo nuestro caudal de debilidad y vacilaciones- , estamos muy protegidos, pero también muy atacados.
G.D.G.: Ya para finalizar, ¿por qué recurriste a mí para contarme todo esto?
T.: Porque te considero un sensato especialista del tema. Yo siempre recurro a los que creo conocen algo más de un asunto para “desasnarme”. QUIERO SABER. Pensé que con muchos casos “en carpeta” podrías ayudarme a echar más luz sobre este asunto en que me ví envuelto. A su vez, creí también que era “una ayuda” más para vos, para que sigas investigando, en algo en que será la Humanidad , -y yo también- , beneficiados.
Y así dejé a mi testigo, le había hecho recordar nuevamente todo lo vivido.
Aún hoy nos seguimos viendo, hablando sobre estos extraños y nuevos acontecimientos que han tenido lugar, (6 hasta el día de hoy) ya que hay mucho más por investigar e indagar, aunque mi interrogatorio haya sido mucho más profundo de lo que aquí se habla.
Pero me detengo aquí, pensando sobre la razón de ser en nuestro planeta, de la presencia de estos misteriosos seres a quienes hemos dado en llamar: HOMBRES DE NEGRO.
Investigación realizada por: GUILLERMO DANIEL GIMENEZ.-
E-mail: gdgneco@yahoo.com
“El misterio de los Hombres de Negro sigue en pie. Ellos están aquí
-entre nosotros- cumpliendo una tarea amenazadora ...
Esta organización que alberga en su seno a seres humanoides,
poseedores de facultades “asombrosas”,
siguen impunes”. Guillermo D. Giménez
............................................................................................................................
INCIDENTE EN VICTORIA
(VANCOUVER – CANADA)
Cuatro “Hombres de Negro” visitan supuestamente por separado a dos testigos de OVNI en la provincia más occidental del Canadá.
Desde mi comienzo en la investigación OVNI, me deparó el conocimiento de hechos inéditos en torno al Fenómeno de los No Identificados, como lo es la presencia de los misteriosos Hombres de Negro.
Han pasado ya varios años, y esos hechos que en un principio acapararon mi atención, ya hoy mi interés en relación a "ellos" se hace mucho más profunda.
En la actualidad cuento ya con numerosos informes y datos, desarrollados en todo el mundo, que me permiten saber aún mucho más, y poder desafiar (como tantos investigadores) en mi "Investigación Paralela" a ésta "Conspiración del Silencio".
El caso que hoy les voy a presentar (extraído de una revista extranjera especializada), sucedió en la ciudad de Victoria, B.C. en la provincia más occidental del Canadá, el 2 de octubre de 1981.
Tuvo como protagonistas a dos jóvenes desconocidos entre sí, que observan -y uno de ellos logra fotografiar-, la presencia de un Objeto Volador No Identificado.
Pero ahí no terminaba todo. Ya que en este incidente actuaron nuevamente los Hombres de Negro (esos seres que tanto dan que pensar) pero no sólo "molestaron" a los testigos, sino también a quien los investigó.
Las consecuencias que sufre uno de ellos, señala constantes en otros hechos.
Prestemos atención a las declaraciones de los protagonistas, para entender aún más los hechos acontecidos.
Un incidente -sin duda- extraño, muy extraño...
Lic.Guillermo Daniel Giménez –ARG-
EL INCIDENTE DE VICTORIA
La ciudad de Victoria B.C. está ubicada en la extremidad sur de la Isla Vancouver, y es la Capital de British Columbia, la provincia más occidental del Canadá, sobre el Océano Pacífico. Esta área ha sido muy poco frecuentada por OVNIs en el pasado, y muy pocos incidentes han sido reportados desde aquí, a comparación de muchas otras regiones. Aproximadamente 65 millas al norte de Victoria B.C., pero sobre el continente, está el puerto de Vancouver B.C., terminal de los ferrocarriles y autopistas transcontinentales del Canadá. La ciudad; de más de un millón de habitantes, no debe ser confundida con la mucho más pequeña ciudad pesquera de Vancouver, Washington (EE.UU.), que queda cruzando el río Columbia, al norte de Portland, Oregón.
El 2 de octubre de 1981, dos importantes incidentes ocurridos en Victoria, B.C., envolvieron a dos jóvenes desconocidos entre sí. El testigo principal es Grant Breiland (16 años, 1507 Winchester Road, Victoria, B.C. V8N 2B6, Canadá); él ha suministrado en efecto toda la información. El segundo testigo (19 años) no desea ser públicamente identificado, y se ha negado a ser entrevistado prefiriendo "olvidar todo acerca del asunto", lo que es lamentable. En este informe se le darán las iniciales N.B.; su nombre real, dirección y número de teléfono están, no obstante, archivados.
Grant Breiland cursa sus estudios en el Mount Douglas Highschool; el segundo testigo, N.B., trabaja en una estación de servicio en la ciudad, ambos viven en la zona norte de Victoria, cada uno a un par de millas de distancia de la casa del escritor. Grant es un joven poco común, puesto que tiene un coeficiente mental superior, es un sutil observador de detalles, y dirige sus negocios (actividades en su tiempo libre) conocidos como "J.R. Security", que incluye la dedicación de un equipo de amigos a vigilar las casas de personas ausentes, y en resguardar la luz y el orden. (El otro día, por ejemplo, ayudó a arrestar a un hombre que estaba tratando de entrar ilegalmente a un auto estacionado en el estacionamiento de Woodwards; Grant lo esposó, y lo llevaron a la estación de policía). No sólo lleva consigo una radio walkie-talkie CB, sino que también tiene dos radios en la oficina de su casa, las que usa para hacer sus negocios. También he notado que es meticuloso para guardar artículos importantes siempre bajo llave; y ha probado ser digno de confianza de varias formas, además. Esas son varias de las razones por las que me sentí inclinado a creer su historia. También me contó que la única literatura de OVNI que había leído, fue un libro (cuyo autor no recuerda) llamado UFOs and IFOs; leyó sólo una parte del libro; en ese entonces, cursaba el 7mo. grado y tenía alrededor de 12 años de edad. No ha leído nada más sobre nuestro tema.
El viernes 2 de octubre de 1981, era un día de viento, frío y húmedo. Sin embargo, aproximadamente a las 21.30 hs. la mayor parte de las nubes se habían ido hacia el Oeste a través de Sooke Hills, en dirección al Océano Pacífico, dejando despejado el cielo sobre la ciudad. A esa hora la hermana mayor de Grant, quien había ido a visitarlos, se apostaba a irse en su auto, así que él y su madre salieron al camino adelante de la casa, donde el auto de su hermana estaba estacionado. Cuando salía de la casa, él casualmente miró hacia las estrellas, y de pronto observó una sumamente grande y brillante "estrella", mucha más grande que una estrella normal, aunque mucho más pequeña que la luna llena. Parecía estar muy alta en el cielo, y supuso que estaba aproximadamente a la misma altura que las nubes que hasta entonces habían cubierto el cielo y tapado las estrellas. Al mismo tiempo de su visión, muchas estrellas eran visibles. La luz blanca del objeto tenía un matiz amarillento alrededor del borde.
Ni su hermana ni su madre podían verlo y un chico que pasaba en su bicicleta, al ver a Grant mirando al cielo, paró para mirar lo que fuera que hubiera allá arriba. Al no ver nada, el chico movió la cabeza (presumiblemente creyendo que Grant era tonto), montó su bicicleta y se fue. Entonces Grant tomó su radio walkie-talkie CB, y preguntó si había algún escucha sobre el Mount Tolmie, a 3 millas de su casa, un lugar desde el cual se podía tener una vista de los alrededores sin obstáculos. Un hombre joven de aproximadamente 19 años, contestó y dio su nombre (Ese fue nuestro segundo testigo, de iniciales N.B.). El confirmó que estaba mirando una gran luz blanca, a la que describió a Grant como "¡una estrella a punto de disparar!". Entonces, N.B. sacó sus binoculares e informó que en verdad podía ser un objeto, pero que no había otras luces a su alrededor. Entonces exclamó: "¡Todo lo que puedo ver ahora es una enorme luz roja, y está apuntando exactamente hacía mí!"
Entonces Grant entró a buscar su cámara y trípode (Ricoh KR 5, 35 mm. Pentax; Tripod VELBON VGB 3 adjusted to 5'8"; film ASA 100 – colour), colocó una lente Tel-Sor Super-zoom 2 x 22 convertida a 400 mm. a la cámara, y apuntó hacia arriba en un ángulo de 45º. Mirando a través del visor, pudo ver que el objeto no era una estrella. Semejaba un objeto invertido, porque la cúpula estaba abajo. En el centro del OVNI había una pequeña luz roja en forma de diamante, que se movía hacia adelante y atrás a lo largo del ancho del objeto, y luego hacia abajo, hacia el botón de la cúpula y siguiendo en redondo por el lado invisible de la nave, y finalmente por encima del borde superior, y nuevamente hacia abajo por el frente, en continuo movimiento circular. Cada vez que esta pequeña luz roja llegaba al centro del objeto, se detenía por un instante, antes de reanudar sus vueltas.
En las posiciones 12 en punto, 3 en punto, 6 en punto y 9 en punto alrededor del objeto, y a cierta distancia del mismo, Grant vio cuatro hadas luces blancas bastante más grandes que la pequeña luz roja, pero más pequeña que el objeto principal. Estas permanecían a una distancia constante de la nave; cuando ésta se movía, se movían con ella, como si estuvieran adheridas a ella por un eslabón invisible. Sobre estas cuatro luces blancas que Grant describe como circulares, él pensó haber visto muchos puntos oscuros, y creyó que se trataba -posiblemente- de ventanas; éstas son mostradas en un dibujo, en el diagrama adjunto del 0VNI. También se notará que las partes centrales de estas cuatro luces no presentaban puntos; estos últimos estaban agrupados en las dos "puntas" de cada luz circular, más que en el medio. Desde la otra nave había muchos rayos de luces amarillas que apuntaban hacia cada una de esas cuatro luces; en ningún otro lugar había semejantes rayos amarillos aparentemente. Luego Grant tomó una foto, que aún no ha sido revelada.
Entonces la nave comenzó a moverse lentamente hacia la izquierda y a la derecha; luego, lentamente hacia arriba y hacia abajo, exactamente como las manos de un cura haciendo la señal de la Cruz. Las cuatro luces grandes y blancas se mantuvieron a la misma distancia del objeto central, la pequeña luz roja continuaba su movimiento regular hacia la izquierda, hacia la derecha y luego hacia abajo, arriba y abajo nuevamente, todo alrededor de la gran nave. No obstante, en un punto, la pequeña luz roja paraba por 2 segundos en el centro, y apuntaba una luz roja directamente a los OJOS de Grant; luego reanudaba sus movimientos. A las 21,59 hs. él miró su reloj pulsera, y nuevamente al OVNI; y, precisamente a las 22 hs. todo estaba apagado, como una bombita de luz eléctrica extinguida.
Siete horas después de esto, a las 5 de la mañana del sábado 3 de octubre de 1981, Victoria B.C. experimentaba una muy extraña tempestad (o tormenta) eléctrica: solo un enorme trueno, seguido un poco más tarde por un diluvio. A pesar de que las luces de las calles no habían sido afectadas, la única luz ubicada exactamente enfrente a la casa del escritor estaba apagada; pero, después de uno o dos minutos, comenzó a encenderse lentamente, pasando por varios tonos de verde además del blanco (en esta parte del mundo, las tormentas eléctricas son muy raras). Ese día, N.B. fue a ver a Grant, ya que previamente se habían intercambiado sus direcciones -a pesar de que nunca se habían visto antes-; solamente discutieron sobre lo que habían visto cuando estaban parados en la puerta del frente de la casa de Grant. Ambos estaban sufriendo un fuerte dolor de cabeza, que no se aliviaba con aspirinas.
Al día siguiente, sábado 4 de octubre, N.B. fue otra vez en su camión, para discutir nuevamente el tema con Grant, ya que éste parecía muy excitado y perturbado; también quería mostrarle a Grant la nueva radio que había comprado para su camión, e invitó a Grant a dar una vuelta en el mismo. Aparentemente, N.B. manejaba tan alocadamente, que Grant estuvo contento de volver sano a su casa; me contó además que, durante el recorrido, N.B. estuvo hablando violentamente, renegando por personas y cosas que evidentemente le fastidiaban. Si ése era su comportamiento habitual, o si estaba sufriendo los efectos posteriores a su experiencia, es imposible de determinar.
El lunes 5 de octubre, Grant salió del colegio a las 15,15 hs. y caminó por la Mackenzie Avenue hasta la intersección con Shelbourne Street; él deseaba conseguir su repuesto para su radio que había encargado "Radio Shack", en el K-Mart negocio Mall. Como el repuesto no había llegado aún, caminó a través de la gran Sección de un gran almacén, con la esperanza de encontrar a su amigo, Len, en las puertas de la entrada principal que da a la playa de estacionamiento de autos, a lo largo de Shelbourne Street. Sin embargo, Len no estaba allí, así que Grant usó el teléfono público automático (a monedas) del vestíbulo que se encuentra entre los dos juegos de puertas de vidrio transparente, en la entrada principal al almacén. En ese vestíbulo, cerca del único teléfono público, hay unas máquinas de dulces que generalmente están rodeadas de chicos; y todo el vestíbulo es escenario de una gran actividad -gente que entra o sale del negocio, o que espera encontrarse con amigos, o que aguarda a que lleguen sus autos a la puerta, o se protege de la lluvia, etc.-
Grant marcó el número de teléfono de Len, y la hermana de Len contestó; su hermano no podría ir pues acababa de quebrarse un brazo. Grant se despidió y colgó el tubo, se dio vuelta, y vio que dos "hombres" de apariencia muy extraña estaban parados sumamente cerca uno del otro, aparentemente a la espera de hablar con él. Primero pensó que debían ser de la policía. Pero su apariencia era tan extrañamente no humana que se asustó mucho.
Otra cosa que le causó miedo, fue -en ese momento- la total ausencia de gente pasando por el vestíbulo mientras él estaba con esos "hombres". Sin embargo, recordó claramente haber visto mucha gente caminando dentro del almacén, y también en la vereda, dado que todas las puertas son transparentes.
El escritor pasó algo más de un minuto en el mismo lugar, el viernes 16 de octubre, precisamente a la misma hora -15,30 hs.-; durante ese sólo minuto, no menos de 48 personas pasaron a través del vestíbulo. Es verdad que hay algo más de actividad en la mayoría de los negocios los viernes a la tarde que los lunes a la tarde; y también es cierto que estaba lluvioso el 5 de octubre, mientras que estaba seco el 16 de octubre. No obstante, el K-Mart es una sección extremadamente activa a toda hora; por ende, es difícil reconciliar este hecho con un vestíbulo de entrada principal, sumamente desierto, como Grant cuenta que estaba, durante su interrogatorio. (¡Se debe recalcar, también, que durante ese corto tiempo, él recordaba haber visto mucha gente, tanto dentro del almacén como afuera, en la vereda!).
Los "hombres" permanecían inmóviles, brazos y piernas rigídos y "atentos". El cuenta que vestían de azul marino, casi negro; éste era el color de sus trajes, sus camisas y sus zapatos. No llevaban corbata, y las camisas estaban "abotonadas" hasta el cuello, aunque no vio señales de botones en las camisas ni en los sacos. Estos últimos eran más largos que las camperas, pero más cortas que los sacos de traje, y estaban abiertos; no había cinturones a la vista. No vio anillos en sus dedos, y no llevaban relojes pulsera. El tenía la impresión de que carecían de uñas. Sus labios no eran rojizos, sino exactamente del mismo color que su piel, que estaba bronceada "...como después de unas vacaciones en Hawai". Sus OJOS eran muy negros y peculiares, sin reflejos de luz; sólo opacos, no brillosos. Sus caras estaban totalmente exentas de expresión; al igual que sus voces. Nunca pestañeaban, no se movían. No llevaban sombrero, y sus cabellos eran negros (o posiblemente castaños muy oscuro), el cabello cubriendo sólo la mitad inferior de sus frentes. Aparentemente tenían pestañas, pero no cejas (como las orejas de la hermana menor de Grant sobresalen un poco, él automáticamente mira las orejas de la gente, según nos dice, y se asombró de ver que los lóbulos de las orejas de esos hombres no eran redondeados, sino "cuadrados”). El "hombre" Nº 1 mantenía su boca continuamente entreabierta como un rectángulo, mientras que la boca del Nº2 era algo más "normal". Ambos tenían dientes regulares,y perfectos. No movían sus labios en absoluto cuando hablaban, y no se dirigían a él por su nombre.
Cuando Nº 1 empezó a hablarle con una voz dura, monótona, como de robot, Grant imaginó que tal vez le hablarían en francés u otro idioma.
EI Nº 1 le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?"
Grant contestó: "No se los voy a decir". (Después de esto, Nº 1 no volvió a hablar más.)
Entonces, Nº 2 dijo: "¿Dónde vives?".
Grant replicó: “'Yo no se los voy a decir”.
N0 2 continuó: "¿Cuál es tu número?" (no dijo número de teléfono).
Grant permaneció en silencio, y no le hicieron más preguntas. Se quedaron parados allí por aproximadamente 5 segundos más, mirándolo. Luego, como si fueran un sólo hombre, giraron automáticamente sobre sus talones, y se fueron por las puertas principales que daban a la vereda. La cruzaron, bajaron tiesamente a la calle por la corta bajada en declive (esta bajada es una ayuda para los clientes que andan en sillas de ruedas), y giraron rígidamente, en completa sincronización; hacia la izquierda, como en un ejercicio militar,y caminaron por la calle paralela a la vereda, hacia el extremo norte del área de estacionamiento. En el borde del campo arado, se tomaron un corto descanso bajo la densa lluvia.
Grant los había seguido muy de cerca a una distancia de, unos dos pies, y cuenta que no hablaron ni se dieron vuelta para mirarlo otra vez. Lo extraño, ahora, era que mientras que en el vestíbulo que Grant había visto claramente mucha gente, caminando para un lado y otro por la vereda, y autos que pasaban, sin embargo cuando salió por la entrada principal para seguir a los "hombres" no había signos de vida en ninguna parte, y ningún auto en movimiento (sólo vio unos autos estacionados, a cierta distancia). Ahora, Grant se estaba empapando por la lluvia. Se paró junto a una fila de arbustos decorativos a lo largo de la pared del almacén (ver dibujo) y esperó hasta ver qué harían los "hombres" en el borde del lodoso potrero arado (este potrero ha sido removido desde entonces, preparado para la construcción de nuevos edificios). En el lado más alejado del potrero, aproximadamente a una distancia equivalente al largo de 9 autos, hay una robusta cerca de madera, y detrás de la misma, tres casas blancas. Pero, el 5 de octubre, los removedores no habían comenzado aún a trabajar, y el potrero estaba simplemente fangoso, y lleno de pequeños charcos, prácticamente sin pasto a la vista.
De pronto, a Grant le pareció oír a alguien que lo llamaba por su primer nombre desde unos 20 pies atrás suyo; se volvió, pero no había nadie detrás de él. Volvió a mirar a los HDN (Hombres de Negro, así conocidos en los reportes de encuentros cercanos de ovnilogía y sus presencias. Ellos son 5'9" -5'10"de altura), y vio que aún estaban esperando en el borde del áspero potrero, bajo la densa lluvia. Le pregunté si había notado si sus cabellos (de los HDN) mostraban evidencias de estarse empapando; pero no lo recuerda. Otra vez miró hacia atrás para asegurarse de que nadie lo estaba llamando, pero no había nadie ahí. Miró una vez más hacia los HDN y vio que habían empezado a caminar a través del barro, en dirección al cerco de madera. Nuevamente le pareció ser llamado por su primer nombre desde atrás, a corta distancia, y nuevamente se volvió. No había nadie a la vista. Para entonces, los HDN estaban a 3/4 de camino a través del potrero; entonces parecieron esfumarse en el aire.
No hay árboles ni arbustos detrás de los cuales se podrían haber escondido en tan corto tiempo.
Grant corrió hacia ese lugar, pasando exactamente por la misma área por donde había visto a los HDN. Sus zapatos se llenaron de barro bien pronto, y observó que los HDN no habían dejado ninguna huella en absoluto. Eso lo asustó enormemente, así que se volvió, corrió hacia la parada de colectivos y tomó el colectivo a Gordon Head, dirección norte, para llegar rápidamente a su casa; estaba preocupado, y no sabía qué diablos estaba pasando.
La corrida desde el centro del campo hasta la parada, no pudo haber llevado más de un minuto, y él me contó que estaba "seguro" de haber tomado el ómnibus de las 16 hs. (pasan cada diez minutos a esa hora del día), aunque advirtió que no lo había controlado con su reloj pulsera. Lo más extraño de este viaje, de regreso, fue el hecho de que recién arribó a su casa unos pocos minutos antes de las 17, justo cuando su padre estaba llegando del trabajo, a la hora de costumbre. Ahora el viaje en ómnibus desde la parada de la intersección de Shelbourne y Mackenzie hasta la esquina de Cedar Glen Road, donde Grant tenía que bajar, sólo toma, como mucho, 5 minutos; desde la parada de dicha esquina, al camino cuesta arriba hasta Winchester Road lleva probablemente menos de 10 minutos (y creo que, a pesar de que él, cree que tomó el colectivo de las 16, es posible que recién haya tomado el de las 16,40; su única objeción a esta tesis es el hecho de que el colectivo de las 16,40 normalmente debería haber llevado muchísima mayor cantidad de gente que el de las 16).
EL SUEÑO
Esa noche, del 5 de octubre, Grant afirma haber tenido una pesadilla. Dice que soñó que 'llegó a la mitad del potrero, y que, los "hombres" estaban allí aún, esperándolo". En su sueño, lo agarraron por las muñecas y luego desaparecieron; de pronto se encontró asímismo dentro de un interior circular y muy blanco (¿nave espacial?), por donde lo llevaron (ver flechas en el dibujo), y luego lo amarraron a una silla, y repitieron su interrogatorio. En este sueño, vio al interior (¿de la nave espacial?) como si estuviera iluminado, pero no pudo ver ninguna fuente de esa luz. Aún en su sueño, él se negó, como antes, a darles respuestas. El "hombre" Nº 1 se sentó en una silla ante un escritorio, y empezó a escribir una nota mientras mantenía fijos sus ojos sobre Grant; como Grant continuaba negándose a divulgar información, el "hombre" solamente dijo: "Te arrepentirás". Grant pudo recordar lo que "vio" en aquel cuarto circular. Una cosa que lo impresionó fue un gran globo de esta Tierra, en colores, convencionales; era grande, y estaba parado sobre un alto pedestal negro, lustrado. Luego, aun en el sueño, él pareció recordar que en su llamada telefónica a Len desde el vestíbulo del almacén, había estado discutiendo con Len. Grant le demandaba que, el día anterior, él había telefoneado a Len para acordar un encuentro en la entrada de K-Mart, y que Len no había ido. Len repetía; en este sueño, que él nunca había recibido ningún llamado telefónico de Grant el día anterior. Luego, Grant soñó que colgaba el tubo, se daba vuelta y "veía" a los dos "hombres" parados detrás de él, esperando para hablarle.
En el cuarto circular, él soñó que los "hombres" le preguntaban si le había contado la experiencia a alguien; él contestaba que no. Entonces ellos lo acusaban de estar mintiendo; ellos decían que lo habían estado observando, y que sabían que él había narrado su experiencia a la gente. Finalmente decían "Olvídalo, destrúyelo".
Ese fue el final del sueño. También hubo ulteriores sueños en sucesivas noches, pero éstos sencillamente repetían el interrogatorio en el vestíbulo del almacén.
El jueves 6 de octubre, mientras se estaba dando una ducha a la mañana, Grant observó que tenía dos nuevas manchas rojizas sobre su muslo derecho, aproximadamente 1/2 cm. de circunferencia, unas 9 puIgadas encima de la rodilla, y ligeramente en la parte interna del muslo. El afirma que no había estado ahí antes, y que no es precisamente un grano común. El ha sido urgido a comunicar cualquier cambio de esa mancha y ha prometido hacerlo.
También se ha comprometido a comunicar acerca de cualquier incidente inusual, que pudiera sucederle a él o a su familia a partir de ahora, especificando fecha, horas y lugares. Cuando entró a su casa después de su experiencia en K-Mart, su hermana menor y su perro Sparky, le dieron la
bienvenida como siempre y no mostraron ninguna alteración en su comportamiento, semejante al que frecuentemente es notado cuando una persona ha tenido un encuentro cercano.
El segundo testigo, N.B., informó a Grant que, alrededor del mediodía del 5 de octubre (lunes) o sea, unas tres ó cuatro horas antes del interrogatorio de Grant dos "hombres" delgados de cabellos "blancos", muy pálidos, que estaban vestidos exactamente como los dos que visitaron a Grant más tarde en el K-Mart fueron a la estación de servicio donde él trabaja (la ubicación está en nuestros archivos), a las 15,30-15,45 hs. le pidieron nafta (en el texto: "petrol" que equivale en inglés británico a la palabra "gasolina" en EE.UU.) para su auto, que probablemente estaba fuera del alcance de la vista, a la vuelta de alguna esquina. Encontró una lata vacía y la llenó de nafta, pero antes, él les preguntó qué tipo de auto conducían y qué tipo de nafta necesitaban. Uno de los "hombres" contestó "no sé", así que N.B. les dio nafta. Luego les preguntó sus nombres, para poderlos hacer firmar por la compra de la lata de nafta; pero el portavoz dijo que no podían dar ningún nombre. El otro "hombre" no dijo ni una sola palabra.
N.B. preguntó: "¿Cuánto tiempo se quedarán?" y el "hombre" dijo "quince minutos". N.B. señaló entonces que le debían $ 2.65; ellos le dieron una nota bancaria de $ 10, en pago. El les entregó el cambio en forma de varios billetes y unas pocas monedas, y notó en ellos dos cosas muy extrañas cuando tomaron el dinero; primeramente, la mano que recibió el cambio no tenía uñas; y segundo, miraron las monedas de una forma sumamente extraña, como si nunca hubieran visto tales cosas antes.
Entonces los "hombres" se dieron vuelta mecánicamente, y se fueron con la lata de nafta. El los miró irse calle arriba, hasta que doblaron por una calle lateral. Exactamente cinco minutos más tarde, volvieron con la lata, la dejaron en el suelo, miraron a N.B. y le preguntaron: “Dónde vivís en esta linda ciudad?”. El contestó: "En Gordon Head", y ellos lo miraron fijamente; luego se dieron vuelta y se fueron caminando rígidos.
Durante esta visita, N.B. no ha informado que haya notado nada inusual con respecto a la actividad en la calle sobre ninguno de los costados de la estación de servicio, que está ubicado en un ángulo entre dos importantes calles céntricas.
Levantó la lata de nafta, y para su sorpresa la encontró completamente llena de ese combustible. El le informó a Grant que estos "hombres" caminaban de una manera muy extraña, sin doblar sus rodillas.
En la tarde de ayer, 20 de octubre de 1981, telefoneé a Grant Breiland otra vez, para hacerle dos preguntas finales, y para averiguar si había tenido llamadas telefónicas extrañas, o si había visto gente mirándolo en las calles o colectivos, y lo urgió a informar cualquiera y todo suceso inusual que le llamara la atención. El informó que efectivamente había recibido unas pocas llamadas "en blanco" y/o inusuales llamadas telefónicas durante los últimos dos días.
El escritor recibió cuatro extrañas llamadas telefónicas anoche, cinco minutos antes de medianoche: la 1º, 3º y 4º eran en "blanco", mientras que en la 2da, se escuchaba una voz inusual que parecía provenir de muy lejos. En cada caso, el tubo había sido colgado a instante.
La actual familia Breiland está integrada por Papá, Mamá, hermano mayor, hermana mayor, Grant y una hermana menor. No obstante, antes del nacimiento de Grant, había existido otra hija; ella murió muy joven. Unos años atrás, Grant soñó que vio al bebé tirado sobre el suelo, en un pequeño traje de marinero. Cuando él le contó a su madre acerca de su sueño, sobre una hermana a quien nunca había conocido, su madre quedó aturdida, porque ese bebé había sido sepultado en su pequeño traje marinero (no era posible que Grant hubiera sabido esto).
Es satisfactorio poder informar sobre un suceso tan fresco y reciente. La mayoría de los informes tienen un año cuando son comunicados a los investigadores, y posiblemente dos años cuando son impresos en las revistas especializadas.
Postdata del autor: Aunque personalmente no es devoto de los libros acerca de los supuestos magos mexicanos Don Juan y Don Genaro, del autor Carlos Castaneda, el escritor no puede abstenerse de atraer la atención de los lectores hacía lo que debe ser una sentencia, en el libro Tales of Power (Pocket Books, New York; 1976). Los magos habían estado explicando a Castaneda la diferencia entre el "tonal" y el "nagual". Y, en la página 180 de esa edición, Don Juan cuenta a su discípulo Castaneda que ellos volverían a un monte de eucaliptos donde algo sobrenatural había ocurrido anteriormente, estando él presente. Castaneda preguntó: "¿No corremos el riesgo de ser vistos por gente?" y Don Juan responde: “No. El nagual va a mantener todo Interrumpido”. ¿Podría esto estar conectado con la aparente ausencia de todo indicio de movimiento o vida, durante la observación de un OVNI, o la visita de un HDN?
Procedencia del Informe: FLYING SAUCER REVIEW, Volumen 27, Nº 4, (enero de 1982), desarrollado por el Dr. P.M.H. Edwards.
Traducción del inglés: GUILLERMO DANIEL GIMÉNEZ –ARG-
No hay comentarios:
Publicar un comentario