Un informe investigativo de Guillermo D. Giménez
Corría el año 1879 y en El Cairo circulaba un fuerte
rumor que podían existir antiguas inscripciones jeroglíficas en unas pequeñas
Pirámides en Saqqara pertenecientes a la IV, V y VI Dinastía.
Cuando esta versión llegó a oídos del Profesor
Gastón Maspero, famoso arqueólogo que recientemente había llegado a El Cairo
para hacerse cargo de la Mission d’Archéologie Francaise, decidió investigar.
Según
parece un chacal ó zorro del desierto
había sido visto inmóvil cerca de una Pirámide en ruinas en Saqqara (ó
Sakkara).
El animal estaba siendo observado por un capataz de
obras ó reis y decidió seguirlo. (Hoy
en día es muy raro ver a estos animales casi ya extinguidos, les temen a los
humanos).
El chacal se dirigió a la cima norte de la Pirámide
deteniéndose unos instantes para desaparecer por un agujero. El árabe lo siguió
y luego de deslizarse por el estrecho agujero se encontró dentro de la cámara
de una Pirámide, al encender su linterna observa con asombro que todas las
paredes estaban escritas de arriba a abajo con inscripciones jeroglíficas,
pintadas en color turquesa y dorado.
Sin saberlo el reis
había encontrado el más grande descubrimiento arqueológico de fines del siglo
XIX, había descubierto los textos
religiosos más antiguos hasta el momento en el mundo dentro de la pequeña
Pirámide de Pepi I.
La historia del chacal se remonta en el Antiguo
Egipto donde existían dos dioses chacales, aunque constituían diferentes
aspectos de un mismo. El primero y más conocido era Anubis, representado en las pinturas funerarias egipcias
supervisando el ritual del “pesaje del
corazón”, el examen que rendía el Faraón para poder ingresar a la corte de
Osiris y también es conocido como custodio dentro de las tumbas de los
faraones, los guardianes que pudimos observar también nosotros en la tumba del
famoso Rey Tutankamon. Hoy estos guardianes están en el Museo Central de El
Cairo.
El otro chacal es el Upuaut que quiere decir “abridor
de caminos”.
Bajo este mismo nombre un pequeño robot de un equipo
alemán ingresó por primera vez al canal de la Gran Pirámide el 22 de marzo de
1993, bajo la dirección del Ing. Rudolf Gantenbrink y descubre una “puerta” que sella el camino luego de
trepar 65 metros de viaje. Las imágenes grabadas de este descubrimiento son
sorprendentes.
Según parece Anubis
está relacionado con la estrella Sirio, que es la estrella más brillante de la
Constelación del Can Mayor, y Upuaut
con la Constelación de la Osa Menor.
El descubrimiento de los Textos de las Pirámides se
le acredita a Gastón Maspero quien fue el primero en ingresar a la Pirámide de
Unas el 28 de febrero de 1881 en Saqqara, pero así mismo otras dos Pirámides
que también contenían inscripciones jeroglíficas habían sido ya exploradas por
Auguste Mariette (1821-1881), Director del Servicio de Antigüedades Egipcias.
Mariette se había hecho famoso al descubrir el
Serapeum de Saqqara, un gigantesco laberinto de galerías subterráneas que
contenía docenas de grandes sarcófagos de los sagrados Bueyes de Apis de
Menfis. Asímismo fundó los Services des Antiquites y el Museo de Boulog, hoy
transformado en el Museo de El Cairo, excepcional por su contenido.
Quien esto escribe fue en más de una oportunidad al
mismo y no deja de sorprender las antigüedades egipcias que contiene. Está
ubicado en pleno corazón de El Cairo.
Al fallecer Mariette el 19 de enero de 1881 Maspero
fue nombrado Director de los Services des Antiquites y en la segunda semana de
febrero de 1881 bajo un sol invernal, decidió investigar todo el frente de la
Necrópolis Menfita, desde Abu Roasch hasta Lisht.
Las Pirámides de Pepi I y Merenra habían sido abiertas por
Emile Brugsch, asistente alemán de Mariette, la Pirámide de Unas se abrió el 28
de febrero, Pepi II y Neferkara el 13 de abril y Teti el 29 de mayo. Las
excavaciones continuaron hasta fines de 1882.
Maspero informó: “en menos de un año cinco de las Pirámides de Saqqara llamadas mudas han
hablado. Las Pirámides escritas en Saqqara nos han dado casi cuatro mil líneas
de himnos y fórmulas, de las que la mayor parte fueron escritas originalmente
durante el período predinástico de la historia egipcia”.
Se encontraron así miles de líneas de jeroglíficos.
Textos que también tuvimos oportunidad de ver y “palpar”. Miles de años después, nosotros veíamos con asombro estos
jeroglíficos inscriptos en las paredes. Allí estaba Osiris-Unas, también Sahu
el nombre antiguo de Orión acompañando el techo cubierto de estrellas y textos
por doquier. Teníamos frente a nosotros los secretos de las estrellas.
De las cinco Pirámides la que mayor aportó cantidad
de textos fue la Pirámide de Unas, último Rey de la V Dinastía. Las otras
cuatro pertenecen a la VI Dinastía.
Sus textos no sólo fueron los mejores de la
colección sino también los más antiguos.
Los Textos de
las Pirámides se convertirían en los escritos más antiguos descubiertos en todo
el mundo, miles de años antes a la compilación del Antiguo testamento.
Para J. Breasted consideraba de acuerdo a sus
escritos de 1912 que: “Contrariamente a
la impresión popular corriente, el cuerpo más importante de literatura sagrada
de Egipto no es el Libro de los Muertos, sino los mucho más antiguos Textos de
las Pirámides. Estos Textos preservados en Pirámides de la V y VI Dinastía en
Saqqara, forman el cuerpo más antiguo de literatura que ha sobrevivido del
mundo antiguo y nos revela los primeros capítulos de la historia intelectual
del hombre tal como ha sido preservado hasta los tiempos modernos”.
La traducción de los mismos ha sido un arduo trabajo. Ya
Maspero había realizado este trabajo, pero le siguieron muchos otros, como el
Dr. alemán Kurt Sethe (1910-1912), Prof. Samuel B. Mercer y Alexander Piankoff
entre 1950 y 1970. Pero en 1969 Raymound Faulkner (filólogo inglés) produjo lo que
es considerado la traducción definitiva.
Para sorpresa de todos en 1946, un famoso egiptólogo
egipcio, Dr. Selim Hassan publicó su interpretación de los Textos de las
Pirámides y señaló en su trabajo Excavaciones
en Gizeh que: “En algún período remoto de la historia del pensamiento religioso
egipcio, existió la creencia de que después de la muerte del Rey su alma se
convertiría en una estrella entre las estrellas del firmamento”.
S. A. Mercer publicaría en 1952 una versión inglesa
de los Textos y consideraba que: “La
adoración a Osiris es sin duda
prehistórica ... en la Era de las Pirámides era un culto ya establecido”.
(The Religion of Ancient Egypt).
LO QUE NOS DICEN LOS
TEXTOS
Los antiguos egipcios consideraban que el Rey era
una reencarnación de Horus, el primer Hombre-Dios que reinó en Egipto y era
adorado como hijo de Osiris e Isis.
Al morir el Rey faraón creían que su alma partiría
al cielo y se volvería un Osiris, como se puede apreciar en las docenas de
pasajes de los Textos que al Rey muerto lo llaman Osiris y estos a su vez se
volvían estrellas y no cualquier estrella, sino pertenecientes a la
Constelación de Orión.
"Oh Rey,
eres esta Gran Estrella, la Compañera de Orión, que atraviesa el cielo con
Orión, que Navega el Otro Mundo (Duat); asciendes por el este del cielo, te
renuevas en tu debida estación y rejuveneces a tu debido tiempo. El cielo te ha
parido con Orión ..." (T.P. 882-883)
"Mirad ha
venido con Orión, mirad a Osiris que ha venido como Orión ... Oh Rey, el cielo
te concibe con Orión ... descenderás regularmente con Orión en la región
occidental del cielo ... tu tercera es Sothis ... " (T.P. 820-822)
Aquí aclaramos que Sothis es la estrella Sirio y
ésta estaba relacionada con la crecida anual del Río Nilo que tenía lugar a
fines de junio. Sirio se eleva después de la Constelación de Orión y lo mismo
que Isis (diosa identificada con Sirio) forman una dualidad con Osiris - Orión.
Hay muchos pasajes que se mencionan a Osiris - Orión
y a Isis - Sirio juntos.
Fig. 2 Fotografía de los Textos de las
Pirámides, mostrando al grupo de tres estrellas.
"El Rey
es una estrella ... " (T.P. 1583)
"El Rey es una estrella que
ilumina el cielo ... " (T.P. 362, 1455)
"Soy un alma ... soy una
Estrella de Oro ... " (T.P. 886-889)
"Oh Rey, eres esta Gran
Estrella, la compañera de Orión ...
" (T.P. 882)
"Vine y
se joven junto a tu padre (Osiris), junto a Orión en el cielo ... "
(T.P. 2180)
"En tu
nombre de habitante de Orión ... " (T.P. 186)
"Oh Rey,
eres esta Gran Estrella, la compañera de Orión, que atraviesa el cielo con
Orión, que navega el Duat con Osiris ... " (T.P. 862)
"El cielo
está claro, Sothis (Sirio) vive (aparece), yo soy un viviente, el hijo de
Sothis ... " (T.P. 458)
"La
hermana del Rey es Sothis, la viviente del Rey es la Estrella Matutina ...
" (T.P. 357, 929, 935, 1707)
"El cielo
está cargado ... Nut ha dado nacimiento
a su hermana (Sirio) en la luz del alba, yo mismo me levanto ... mi tercero es
Sothis ..." (T.P. 1082-1083)
Y así podríamos seguir enumerando los innumerables
pasajes que hacen mención a la conexión
estelar del Cinturón de Orión y la estrella Sirio.
Pero, ¿cuál
sería la Estrella Matutina que se hace mención en los Textos de las
Pirámides (T.P.) 357, 929, 935 y 1707?. ¿La simiente del Rey?. Una estrella que
nace del vientre de la estrella Sirio (Sothis).
¿Qué estrella hay cercana a Sirio?. Ninguna.
¿Algún planeta?. Tampoco,
ya que los estudios llevados a cabo científicamente, ningún planeta podía estar
cerca de Sirio para esos tiempos.
¿Qué objeto brillante había en esa época que hoy no
lo vemos?, ¿una estrella perdida?.
Y aquí nos encontramos con otro enigma.
EL MISTERIO DE SIRIO
Robert Temple autor del famoso libro El Misterio de Sirio nos detalla con
fundamentos comprobables que una tribu del Sabel, en el Africa Occidental, los Dogon, que hoy habitan la República de Mali en la planicie de Bandiagara, en
las montañas Hambori de Mali, hablaban de una estrella invisible compañera de
Sirio (Sigi Tolo en su lengua). Sus
fuentes eran de orígenes ancestrales.
La meseta está ubicada a más de 400 km al Sur de
Timbuctú, y es durante casi todo el año un lugar desolado, rocoso y árido,
cuyas aldeas son construídas con barro y paja.
La tradición Dogon venía del Antiguo Egipto. Estos
conservaban registros físicos sobre esta estrella hoy conocida como Sirio B (ó Po Tolo para ellos), a través
de máscaras de cultos que están almacenadas en cavernas.
¿Cómo una
tribu primitiva conocía de la existencia de esta estrella invisible?
¿Cómo habían
obtenido su conocimiento?
Sirio B es apenas visible usando un telescopio muy
poderoso. Es superdensa, una enana blanca en términos astronómicos.
Alvin Graham Clark fue el primero en verla en 1862
con un telescopio, y recién en 1970 el astrónomo Irving Lindenblad obtuvo la
primera fotografía de Sirio B.
Más aún, los Dogon sabían de una tercera estrella a
la que llaman Emma Ya, recientemente descubierta y conocida
como Sirio C. ¿Entonces...?
Robert Temple, graduado en Estudios Orientales y
Sánscrito, miembro del Royal Astronomical Society escribía: "Cuando empecé a escribir en firme este libro
en 1967, toda la cuestión estaba enmarcado en términos de una tribu africana,
los Dogon ... Los Dogon estaban en posesión de información concerniente al
sistema de la estrella Sirio que era tan increíble que me sentí movido a
investigar el material. El resultado, en 1974 siete años después, se resuelve
en que he podido demostrar que la información que poseen los Dogon en realidad
tiene más de 5.000 años de antigüedad, pues ya disponían de ella los antiguos
egipcios en las Eras Predinásticas previas al 3.200 A.C.".
La historia comienza en 1931 cuando dos antropólogos
franceses Marciel Griaule y Germaine Dieterlen decidieron investigar a fondo
esta tribu y convivieron así 21 años seguidos con ellos.
Allí aprendieron y supieron de los amplios conocimientos y
sagrados secretos que tenían.
Los sacerdotes les informaron que hace miles de años
atrás unas criaturas anfibias a las que llamaron Nommo vinieron del espacio más precisamente de las estrellas Sirio,
(ubicadas a 8.7 años luz de distancia), para enseñarles diversos conocimientos.
De ahí su amplia sabiduría acerca de la astronomía.
Y no sólo acerca del sistema Sirio sino también
sobre el Sistema Solar. Que la Luna era seca y muerta, que Saturno tenía
anillos alrededor, sabían de las Lunas de Júpiter, que los planetas giran
alrededor del Sol, que el Universo es infinito y muchísimo más.
Temple descubrió que los Dogon hacían dibujos en la arena
representando el descenso en espiral del “arco”
de los Nommo en esta región. Se dice que los Nommo aterrizaron al noreste del
territorio Dogon, lugar donde ellos afirman ser originarios.
Los sacerdotes cuando se referían a la llegada y
aterrizaje del “arca” informan que: “ésta tomó tierra en terreno seco y desplazó
un montón de polvo por el torbellino que causó. La violencia del impacto marcó el terreno
...”.
Los Dogon, vecinos de los egipcios, conocían
plenamente al Sistema Sirio, que en palabras de Robert Temple las pistas que
brindan constituyen “una verdadera
avalancha”.
Peter James, historiador, nos dice que: “Ninguno de los mitos, tal como han llegado
hasta nosotros, describe el tipo de conocimiento acerca de la astronomía
invisible de Sirio que los Dogon parecen poseer”.
También cita la relación entre Isis y Osiris,
diciendo que: “Isis, la Diosa de Sirio,
tenía un marido llamado Osiris ... Uno de sus aspectos era Anubis, un dios con
cabeza de chacal. No hay mucho más, pero por lo menos sugiere la posibilidad de
que también los egipcios conocían a la compañera invisible de Sirio”, hoy
llamada Sirio B.
Un enigma más que se viene a sumar al propio, que
son los Misterios Milenarios de Egipto.
Fig. 6 Fotografía de un santuario Dogon. (Fotografía
de Werner Forman)
Fig. 7 Dibujos Dogon. Se observa a la
derecha la llegada de un Nommo desde el espacio. También en el centro se ve a
Saturno con su anillo, y cuatro Lunas de Júpiter. A la izquierda la órbita de
Sirio B. (Steve Westcott)
Aporte
Investigativo:
-
El Misterio de Orión, de Robert Bauval y Adrian
Gilbert, entre otras obras ya citadas en el presente trabajo.
-
Investigaciones propias de Guillermo Daniel Giménez
desarrolladas en diversos lugares de Europa y África.
(*) Guillermo
Daniel Giménez visitó Egipto
recorriendo, investigando y explorando los misterios milenarios de los antiguos
egipcios, comprobando “in situ” las
evidencias tangibles de una relación
estelar existente en una basta región egipcia correlacionado con el Cosmos,
cuyos moradores poseían amplísimos conocimientos científicos (arquitectónicos y
astronómicos, entre muchos otros).
Sus trabajos acerca de Egipto han sido publicados en
numerosos medios gráficos (diarios, revistas, boletines) y en varias páginas
Web de Internet de Argentina, América y también en Europa, donde sus trabajos
de investigación y divulgación han sido muy bien aceptados
por los investigadores europeos.
G.D.G., Necochea, Provincia de Buenos Aires,
República Argentina.
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