sábado, 15 de febrero de 2020

EL PROYECTO ESTELAR EN EL EGIPTO FARAÓNICO (2da Parte)...


Un informe investigativo de Guillermo D. Giménez


 LOS TEXTOS DE LAS PIRÁMIDES


Corría el año 1879 y en El Cairo circulaba un fuerte rumor que podían existir antiguas inscripciones jeroglíficas en unas pequeñas Pirámides en Saqqara pertenecientes a la IV, V y VI Dinastía.
Cuando esta versión llegó a oídos del Profesor Gastón Maspero, famoso arqueólogo que recientemente había llegado a El Cairo para hacerse cargo de la Mission d’Archéologie Francaise, decidió investigar.
Según parece un chacal ó zorro del desierto había sido visto inmóvil cerca de una Pirámide en ruinas en Saqqara (ó Sakkara).
El animal estaba siendo observado por un capataz de obras ó reis y decidió seguirlo. (Hoy en día es muy raro ver a estos animales casi ya extinguidos, les temen a los humanos).
El chacal se dirigió a la cima norte de la Pirámide deteniéndose unos instantes para desaparecer por un agujero. El árabe lo siguió y luego de deslizarse por el estrecho agujero se encontró dentro de la cámara de una Pirámide, al encender su linterna observa con asombro que todas las paredes estaban escritas de arriba a abajo con inscripciones jeroglíficas, pintadas en color turquesa y dorado.
Sin saberlo el reis había encontrado el más grande descubrimiento arqueológico de fines del siglo XIX, había descubierto los textos religiosos más antiguos hasta el momento en el mundo dentro de la pequeña Pirámide de Pepi I.
La historia del chacal se remonta en el Antiguo Egipto donde existían dos dioses chacales, aunque constituían diferentes aspectos de un mismo. El primero y más conocido era Anubis, representado en las pinturas funerarias egipcias supervisando el ritual del “pesaje del corazón”, el examen que rendía el Faraón para poder ingresar a la corte de Osiris y también es conocido como custodio dentro de las tumbas de los faraones, los guardianes que pudimos observar también nosotros en la tumba del famoso Rey Tutankamon. Hoy estos guardianes están en el Museo Central de El Cairo.
El otro chacal es el Upuaut que quiere decir “abridor de caminos”.
Bajo este mismo nombre un pequeño robot de un equipo alemán ingresó por primera vez al canal de la Gran Pirámide el 22 de marzo de 1993, bajo la dirección del Ing. Rudolf Gantenbrink y descubre una “puerta” que sella el camino luego de trepar 65 metros de viaje. Las imágenes grabadas de este descubrimiento son sorprendentes.
Según parece Anubis está relacionado con la estrella Sirio, que es la estrella más brillante de la Constelación del Can Mayor, y Upuaut con la Constelación de la Osa Menor.
 Fig. 1 Fotografía del Museo de El Cairo, ubicado en pleno centro de El Cairo, Egipto. (Fotografía de Guillermo D. Giménez)


El descubrimiento de los Textos de las Pirámides se le acredita a Gastón Maspero quien fue el primero en ingresar a la Pirámide de Unas el 28 de febrero de 1881 en Saqqara, pero así mismo otras dos Pirámides que también contenían inscripciones jeroglíficas habían sido ya exploradas por Auguste Mariette (1821-1881), Director del Servicio de Antigüedades Egipcias.
Mariette se había hecho famoso al descubrir el Serapeum de Saqqara, un gigantesco laberinto de galerías subterráneas que contenía docenas de grandes sarcófagos de los sagrados Bueyes de Apis de Menfis. Asímismo fundó los Services des Antiquites y el Museo de Boulog, hoy transformado en el Museo de El Cairo, excepcional por su contenido.
Quien esto escribe fue en más de una oportunidad al mismo y no deja de sorprender las antigüedades egipcias que contiene. Está ubicado en pleno corazón de El Cairo.
Al fallecer Mariette el 19 de enero de 1881 Maspero fue nombrado Director de los Services des Antiquites y en la segunda semana de febrero de 1881 bajo un sol invernal, decidió investigar todo el frente de la Necrópolis Menfita, desde Abu Roasch hasta Lisht.
Las Pirámides de Pepi I y Merenra habían sido abiertas por Emile Brugsch, asistente alemán de Mariette, la Pirámide de Unas se abrió el 28 de febrero, Pepi II y Neferkara el 13 de abril y Teti el 29 de mayo. Las excavaciones continuaron hasta fines de 1882.
Maspero informó: “en menos de un año cinco de las Pirámides de Saqqara llamadas mudas han hablado. Las Pirámides escritas en Saqqara nos han dado casi cuatro mil líneas de himnos y fórmulas, de las que la mayor parte fueron escritas originalmente durante el período predinástico de la historia egipcia”.
Se encontraron así miles de líneas de jeroglíficos. Textos que también tuvimos oportunidad de ver y “palpar”. Miles de años después, nosotros veíamos con asombro estos jeroglíficos inscriptos en las paredes. Allí estaba Osiris-Unas, también Sahu el nombre antiguo de Orión acompañando el techo cubierto de estrellas y textos por doquier. Teníamos frente a nosotros los secretos de las estrellas.
De las cinco Pirámides la que mayor aportó cantidad de textos fue la Pirámide de Unas, último Rey de la V Dinastía. Las otras cuatro pertenecen a la VI Dinastía.
Sus textos no sólo fueron los mejores de la colección sino también los más antiguos.
Los Textos de las Pirámides se convertirían en los escritos más antiguos descubiertos en todo el mundo, miles de años antes a la compilación del Antiguo testamento.
Para J. Breasted consideraba de acuerdo a sus escritos de 1912 que: “Contrariamente a la impresión popular corriente, el cuerpo más importante de literatura sagrada de Egipto no es el Libro de los Muertos, sino los mucho más antiguos Textos de las Pirámides. Estos Textos preservados en Pirámides de la V y VI Dinastía en Saqqara, forman el cuerpo más antiguo de literatura que ha sobrevivido del mundo antiguo y nos revela los primeros capítulos de la historia intelectual del hombre tal como ha sido preservado hasta los tiempos modernos”.
La traducción de los mismos ha sido un arduo trabajo. Ya Maspero había realizado este trabajo, pero le siguieron muchos otros, como el Dr. alemán Kurt Sethe (1910-1912), Prof. Samuel B. Mercer y Alexander Piankoff entre 1950 y 1970. Pero en 1969 Raymound Faulkner (filólogo inglés) produjo lo que es considerado la traducción definitiva.
Para sorpresa de todos en 1946, un famoso egiptólogo egipcio, Dr. Selim Hassan publicó su interpretación de los Textos de las Pirámides y señaló en su trabajo Excavaciones en Gizeh  que: “En algún período remoto de la historia del pensamiento religioso egipcio, existió la creencia de que después de la muerte del Rey su alma se convertiría en una estrella entre las estrellas del firmamento”.
S. A. Mercer publicaría en 1952 una versión inglesa de los Textos y consideraba que: “La adoración a  Osiris es sin duda prehistórica ... en la Era de las Pirámides era un culto ya establecido”. (The Religion of Ancient Egypt).

 

LO QUE NOS DICEN LOS TEXTOS

Los antiguos egipcios consideraban que el Rey era una reencarnación de Horus, el primer Hombre-Dios que reinó en Egipto y era adorado como hijo de Osiris e Isis.
Al morir el Rey faraón creían que su alma partiría al cielo y se volvería un Osiris, como se puede apreciar en las docenas de pasajes de los Textos que al Rey muerto lo llaman Osiris y estos a su vez se volvían estrellas y no cualquier estrella, sino pertenecientes a la Constelación de Orión.
"Oh Rey, eres esta Gran Estrella, la Compañera de Orión, que atraviesa el cielo con Orión, que Navega el Otro Mundo (Duat); asciendes por el este del cielo, te renuevas en tu debida estación y rejuveneces a tu debido tiempo. El cielo te ha parido con Orión ..." (T.P. 882-883)
"Mirad ha venido con Orión, mirad a Osiris que ha venido como Orión ... Oh Rey, el cielo te concibe con Orión ... descenderás regularmente con Orión en la región occidental del cielo ... tu tercera es Sothis ... " (T.P. 820-822)
Aquí aclaramos que Sothis es la estrella Sirio y ésta estaba relacionada con la crecida anual del Río Nilo que tenía lugar a fines de junio. Sirio se eleva después de la Constelación de Orión y lo mismo que Isis (diosa identificada con Sirio) forman una dualidad con Osiris - Orión.
Hay muchos pasajes que se mencionan a Osiris - Orión y a Isis - Sirio juntos.

Fig. 2 Fotografía de los Textos de las Pirámides, mostrando al grupo de tres estrellas.

 Fig. 3 Fotografía de los Textos de las Pirámides. Mostrando a Unas-Osiris. (El Misterio de Orión, R. Bauval y A. Gilbert)

"El Rey es una estrella ... " (T.P. 1583)
"El Rey es una estrella que ilumina el cielo ... " (T.P. 362, 1455)
"Soy un alma ... soy una Estrella de Oro ... " (T.P. 886-889)
"Oh Rey, eres esta Gran Estrella, la compañera de Orión ... " (T.P. 882)
"Vine y se joven junto a tu padre (Osiris), junto a Orión en el cielo ... " (T.P. 2180)
"En tu nombre de habitante de Orión ... " (T.P. 186)
"Oh Rey, eres esta Gran Estrella, la compañera de Orión, que atraviesa el cielo con Orión, que navega el Duat con Osiris ... " (T.P. 862)
"El cielo está claro, Sothis (Sirio) vive (aparece), yo soy un viviente, el hijo de Sothis ... " (T.P. 458)
"La hermana del Rey es Sothis, la viviente del Rey es la Estrella Matutina ... " (T.P. 357, 929, 935, 1707)
"El cielo está cargado  ... Nut ha dado nacimiento a su hermana (Sirio) en la luz del alba, yo mismo me levanto ... mi tercero es Sothis ..." (T.P. 1082-1083)
Y así podríamos seguir enumerando los innumerables pasajes que hacen mención a la conexión  estelar del Cinturón de Orión y la estrella Sirio.
Pero, ¿cuál  sería la Estrella Matutina que se hace mención en los Textos de las Pirámides (T.P.) 357, 929, 935 y 1707?. ¿La simiente del Rey?. Una estrella que nace del vientre de la estrella Sirio (Sothis).
¿Qué estrella hay cercana a Sirio?. Ninguna.
¿Algún planeta?. Tampoco, ya que los estudios llevados a cabo científicamente, ningún planeta podía estar cerca de Sirio para esos tiempos.
¿Qué objeto brillante había en esa época que hoy no lo vemos?, ¿una estrella perdida?.
Y aquí nos encontramos con otro enigma.

 Fig. 4 Fotografía mostrando a las tres estrellas del Cinturón de Orión y a Sirio perfectamente alineada a éstas. (Fotografía Keystone)

EL MISTERIO DE SIRIO

Robert Temple autor del famoso libro El Misterio de Sirio nos detalla con fundamentos comprobables que una tribu del Sabel, en el Africa Occidental, los Dogon, que hoy habitan la República de Mali en la planicie de Bandiagara, en las montañas Hambori de Mali, hablaban de una estrella invisible compañera de Sirio (Sigi Tolo en su lengua). Sus fuentes eran de orígenes ancestrales.
La meseta está ubicada a más de 400 km al Sur de Timbuctú, y es durante casi todo el año un lugar desolado, rocoso y árido, cuyas aldeas son construídas con barro y paja.
La tradición Dogon venía del Antiguo Egipto. Estos conservaban registros físicos sobre esta estrella hoy conocida como Sirio B (ó Po Tolo para ellos), a través de máscaras de cultos que están almacenadas en cavernas.
¿Cómo una tribu primitiva conocía de la existencia de esta estrella invisible?
¿Cómo habían obtenido su conocimiento?
Sirio B es apenas visible usando un telescopio muy poderoso. Es superdensa, una enana blanca en términos astronómicos.
Alvin Graham Clark fue el primero en verla en 1862 con un telescopio, y recién en 1970 el astrónomo Irving Lindenblad obtuvo la primera fotografía de Sirio B.
Más aún, los Dogon sabían de una tercera estrella a la que llaman Emma Ya, recientemente descubierta y conocida como Sirio C.  ¿Entonces...?
Robert Temple, graduado en Estudios Orientales y Sánscrito, miembro del Royal Astronomical Society escribía: "Cuando empecé a escribir en firme este libro en 1967, toda la cuestión estaba enmarcado en términos de una tribu africana, los Dogon ... Los Dogon estaban en posesión de información concerniente al sistema de la estrella Sirio que era tan increíble que me sentí movido a investigar el material. El resultado, en 1974 siete años después, se resuelve en que he podido demostrar que la información que poseen los Dogon en realidad tiene más de 5.000 años de antigüedad, pues ya disponían de ella los antiguos egipcios en las Eras Predinásticas previas al 3.200 A.C.".
La historia comienza en 1931 cuando dos antropólogos franceses Marciel Griaule y Germaine Dieterlen decidieron investigar a fondo esta tribu y convivieron así 21 años seguidos con ellos.
Allí aprendieron y supieron de los amplios conocimientos y sagrados secretos que tenían.
Los sacerdotes les informaron que hace miles de años atrás unas criaturas anfibias a las que llamaron Nommo vinieron del espacio más precisamente de las estrellas Sirio, (ubicadas a 8.7 años luz de distancia), para enseñarles diversos conocimientos. De ahí su amplia sabiduría acerca de la astronomía.
Y no sólo acerca del sistema Sirio sino también sobre el Sistema Solar. Que la Luna era seca y muerta, que Saturno tenía anillos alrededor, sabían de las Lunas de Júpiter, que los planetas giran alrededor del Sol, que el Universo es infinito y muchísimo más.
Temple descubrió que los Dogon hacían dibujos en la arena representando el descenso en espiral del “arco” de los Nommo en esta región. Se dice que los Nommo aterrizaron al noreste del territorio Dogon, lugar donde ellos afirman ser originarios.
Los sacerdotes cuando se referían a la llegada y aterrizaje del “arca” informan que: “ésta tomó tierra en terreno seco y desplazó un montón de polvo por el torbellino que causó.   La violencia del impacto marcó el terreno ...”.
Los Dogon, vecinos de los egipcios, conocían plenamente al Sistema Sirio, que en palabras de Robert Temple las pistas que brindan constituyen “una verdadera avalancha”.
Peter James, historiador, nos dice que: “Ninguno de los mitos, tal como han llegado hasta nosotros, describe el tipo de conocimiento acerca de la astronomía invisible de Sirio que los Dogon parecen poseer”.
También cita la relación entre Isis y Osiris, diciendo que: “Isis, la Diosa de Sirio, tenía un marido llamado Osiris ... Uno de sus aspectos era Anubis, un dios con cabeza de chacal. No hay mucho más, pero por lo menos sugiere la posibilidad de que también los egipcios conocían a la compañera invisible de Sirio”, hoy llamada Sirio B.
Un enigma más que se viene a sumar al propio, que son los Misterios Milenarios de Egipto.

 Fig. 5 Imagen de una pintura Dogon en una cueva. (Fotografía Werner Forman)


Fig. 6 Fotografía de un santuario Dogon. (Fotografía de Werner Forman)


Fig. 7 Dibujos Dogon. Se observa a la derecha la llegada de un Nommo desde el espacio. También en el centro se ve a Saturno con su anillo, y cuatro Lunas de Júpiter. A la izquierda la órbita de Sirio B. (Steve Westcott)

 Fig. 8 Anubis es identificado en la antigua cultura egipcia a menudo con Osiris, compañero de la diosas Isis. Y ésta a su vez con Sirio. Según varios historiadores los egipcios también tenían conocimiento de Sirio B. (Fotografía Scala)


Aporte Investigativo:
-        El Misterio de Orión, de Robert Bauval y Adrian Gilbert, entre otras obras ya citadas en el presente trabajo.
-        Investigaciones propias de Guillermo Daniel Giménez desarrolladas en diversos lugares de Europa y África.

(*) Guillermo Daniel Giménez visitó Egipto recorriendo, investigando y explorando los misterios milenarios de los antiguos egipcios, comprobando “in situ” las evidencias tangibles de una relación estelar existente en una basta región egipcia correlacionado con el Cosmos, cuyos moradores poseían amplísimos conocimientos científicos (arquitectónicos y astronómicos, entre muchos otros).
Sus trabajos acerca de Egipto han sido publicados en numerosos medios gráficos (diarios, revistas, boletines) y en varias páginas Web de Internet de Argentina, América y también en Europa, donde sus trabajos de investigación y divulgación han sido muy bien aceptados por los investigadores europeos.

G.D.G., Necochea, Provincia de Buenos Aires, República Argentina.
E-Mail:    gdgneco@yahoo.com


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