sábado, 11 de abril de 2020

A TRAVÉS DE PIEDRAS Y LEYENDAS


Por: Orestes Girbau

En las cavernas francesas de Ussat y Niaux fueron hallados hace años unos grabados antiquísimos, los cuales, según los expertos, poseen alrededor de 15000 años. En Ussat, aparece dibujado un raro prototipo que ha aterrizado sostenido por trípodes. Las ventanillas se ven claramente, y lo que parece una larga antena, así como a dos ovninautas de cabeza oblonga.
Otro grabado, el de Niaux, es también interesante en su conjunto, dando la impresión de dos Ovnis discoidales moviéndose.

Fig 1 "Grabados Rupestres Franceses"

¿Son los citados frescos el resultado de antiguas visitas estelares?
La memoria que los hombres prehistóricos conservaban de quienes creían eran sus dioses, la ritualizaban, creando en ellos una mística que trascendió las fronteras del tiempo.
El Dr. Vladimir Avinski defendía la tesis sobre la vinculación establecida en otras épocas, desproporcionada, por la increíble manifestación de intelecto presentes en las entidades cósmicas, muy superior al de los humanos, desarrollándose la posterior transculturación, y jugando la piedra trabajada o dibujada un rol importante.
Avinski consideró con atención una serie de dibujos de espirales neolíticos aparecidos en los Urales, que fueron sujetos a investigación e interpretándose con posterioridad algunas figuras geométricas como fórmulas prácticas de determinados compuestos químicos.


Hace varias décadas el arquitecto Suri Petrosian encontró en las montañas armenias miles de valiosos petroglifos representando constelaciones – León del Cisne y la Serpiente por ejemplo –creando suspicacias con relación al propósito de aquellos inmemoriales astrónomos.

Fig 2. "Espirales Armenios"

A orilla del lago Seván se encontró un objeto de bronce demasiado raro. Los expertos opinan que se trata de un modelo del universo creado hace 4000 años. En su parte inferior está representada la Tierra rodeada de las esferas acuosa y aérea. Al otro extremo del modelo descubrimos el disco del Sol y el árbol de la vida adentro. ¿Qué podemos pensar al respecto?
IMAGEN LUNAR
Otro hallazgo es la imagen de una parte del satélite natural. Los primitivos tallaron en la piedra cráteres, llanuras y montañas lunares. ¿Puede entenderse que en el segundo milenio antes de Cristo los hombres observaran la Luna de manera tan detallada?
En la actualidad los científicos pueden intentar dar una respuesta lógica a estas dos interrogantes.
Pudo comprobarse tras exhaustivos análisis que los símbolos astronómicos eran, para los antiguos, una especie de brújula –recordemos la cruz de Punta del Este en Cuba, similar a la Sumeria que, de acuerdo con esta última, representaba al planeta del cual los sumerios provenían-.
Y es que a orillas del río Metsanor, en Armenia, hubo de verificarse un gran centro metalúrgico del tercer milenio (A d C). Desde allí las caravanas se dirigían a otros países. Los guías utilizaban como puntos de referencias precisamente a las constelaciones antes nombradas.
Sobre si nuestros antecesores poseían telescopios puede explicarse apelando a la hipótesis de la obsidiana dorada. Esa piedra es en ocasiones transparente y, en el suelo armenio hay tantas, que han sido utilizadas para pavimentar las carreteras.
La hipótesis tiene argumento, haciendo posible suponer un procesamiento en dicha piedra hasta atribuirle la forma de lentes, mediante los cuales un grupo prehistórico se deleitaba mirando la superficie selenita. Asombroso ¿verdad? Podemos apuntar sin embargo que, independientemente de que no hay razones (en los dos ejemplos) para hablar respecto a intervenciones extraterrestres, si prevalece un conocimiento basado en lo sistemático por la observación o el difusionismo técnico-cultural.
Cabe señalar, que muchos de los petroglifos armenios coinciden con las figuras que representan las constelaciones en el libro de Ian Geveli, astrónomo polaco del siglo XVII.
Petrosian muestra una foto que representa a un globo con cuatro figuras humanas por su circunferencia. En cuanto al dibujo de 4000 años de antigüedad, nos enseña que en esos tiempos pretéritos era conocida la redondez del planeta Tierra.
En otro orden, se sabe que algunas tribus paleolíticas cazaban mamuts en las estepas de Kazajstán con armas fabricadas de material espacial. El geólogo Botel Aubekerod tiene una colección de puntas de venablos que fueron llevados a Alma Atá. Los científicos establecieron que las puntas están hechas de técticas, rocas vidriosas de color azul oscuro, cuya procedencia es en mucho enigmática.
El contacto entre las culturas deja sus huellas. Como atributo cultural, la mítica estuvo presente en el ser pensante desde el inicio de su andar por el mundo, difundiéndose a medida que éste expandía su marco geográfico. Descubrimientos efectuados en Kazaztán hacen válido lo antes expuesto.
Todo indica que la influencia griega se hizo sentir en una piedra Kazaja. La propia realidad mitificándose en esos parajes alejados de Atenas, ampliando el cuadro cognoscible de lo “irreal”
En los montes al sur del lago Balhash expertos kasajos hallaron dibujos rupestres trazados hace alrededor de 2000 años.
La reproducción de un elefante testimonia los vínculos que hubo con la India en épocas distantes; no obstante, otro dibujo encontrado, no pudo menos que pasmar a los eruditos. Representa la imagen nítida del Centauro, híbrido de hombre y caballo que produjo la mitología griega. Todos los que han visitado aquel lugar ignoran las circunstancias en que ese personaje, creado por la fantasía de los griegos, llegó hasta allí.
¿Leyendas?
Existen indicios de que América fue visitada por navegantes extra continentales: Vikingos, japoneses y africanos. Los griegos pudieron haber realizado también exploraciones hacia nuestras costas e influir con su presencia dentro del mundo precolombino.
El arqueólogo brasileño Eurico Mattievich, profesor de la Universidad de Río, ha sostenido una polémica tesis que forma parte del estudio comparativo efectuado por él, de los restos arqueológicos y tradiciones griegas y peruanas.
Mattievich afirmó en enero de 1985, que el infierno de los dioses griegos estaba en el territorio peruano. Entre diversos relatos análogos recopilados en su obra está, el de las leyendas recogidas por los conquistadores españoles directamente de los indios peruanos, que guardan una extraña similitud con las extraídas de la mitología griega. Expone la leyenda de Tántalo, uno de los Titanes, que, según Homero, fue desterrado al infierno por intentar destronar a Júpiter.
Los relatos de Homero y Hesiodo en cuanto a una región fantástica de ríos gigantes y extrañas fieras dónde los dioses eran castigados, no parece pura ficción. Esta región, de acuerdo al especialista brasileño, es el enorme nudo hidrográfico que hay en la selva del Perú y dónde nace el río Amazonas.
Es asombroso, los incas relataron a los conquistadores españoles, que antaño había entrado en Perú una persona señorial informando ser un Dios, y, que se encontraba entre ellos para ser curado de una grave enfermedad. El “Dios” no solicitado respondía al nombre de Tanta. Ofrecía el oscuro personaje su versión a los incas, manifestándoles el estado de persecución que tenía por parte de otro Dios, destructor de su morada, y a su vez – dijo – él había convertido a su propia hija en piedra. Semejante castigo se le impuso a Niobe, hija de Tántalo.
Otra coincidencia desconcertante representan las figuras tipo medusas que se descubrieron en la ruinosa ciudad inca de Chavín de Huantar, en Ancash, próxima a la cuenca de los ríos que forman el Amazonas. Las cabezas de Medusas peruanas tienen unos dos mil años, en tanto que las griegas, similares, datan del siglo VI antes de Cristo.

Fig 3 "Gorgonas de Perú"

Debemos recordar los relatos de Francisco de Orellana, el descubridor del río Amazonas, al hacer referencia a la experiencia, que tanto sus hombres como él tuvieron, al enfrentar el desafío de las valerosas guerreras blancas amazonas.
Durante 1987, arqueólogos rusos realizaron excavaciones en las estepas cercanas al río Don, zona meridional de Rusia, y evidenciaron las huellas de las legendarias amazonas.
Una figura de mujer sosteniendo con la mano izquierda a un caballo encabritado, sostiene en su brazo derecho una lanza, que amenazante se yergue sobre un escudado soldado enemigo. La imagen pincelada en un fino jarrón de arcilla se desenterró de un túmulo.
Hace más de 2500 años Herodoto le hablaba, a todo el que deseara escucharle, sobre las intrépidas mujeres y su maravilloso pueblo, Capadocia, a orillas del Termodonte.
No sólo en Perú aparecen sorpresivas coincidencias. En la costa este de los Estados Unidos, en Maryland y Virginia, los “primeros” descubridores se percataron que existía un río al cual los nativos llamaban Potomac, similar a la palabra griega para río que es potomós.
Al invadir los españoles el imperio Azteca, supieron que a los famosos templos de las pirámides le decían teocalli que quiere decir “morada de los dioses”, muy parecido a las voces griegas thíos y kalías que empleadas las dos tiene igual significado.

ALGO MÁS QUE PIEDRAS Y LEYENDAS
En el Leabhar Gabhala del siglo XVI (Libro de las Invasiones) de los irlandeses, cuando describen el génesis de “Herrín el inigualable”, nos dicen que los Tuatha De Danann (entes divinos) venían del oeste para enfrentar a los monstruos gigantes de un solo ojo, cabeza de animal y cuernos.
Acontece que, los invasores divinos se unen en matrimonio con las Hijas de los monstruos.
En esta “leyenda” parecida a la relatada en el antiguo testamento, hay un eco lejano que parece remitirnos de forma confusa, pero desde una arista provisoria, a la realidad extraterrestre.
Engendros de un ojo – y de dos – los encontramos esparcidos en todas las latitudes. Sansón, Polifemo, Goliat y Gargantúa son, entre otros, algunos ejemplos que se destacan en el entramado literario, histórico, religioso, épico y legendario universal.
En la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Bernal Díaz del Castillo hace alusión a una anécdota, en la que los indios les muestran a los conquistadores un fémur del tamaño de un hombre normal. Los indios, al ser interrogados, les contaron a los colonizadores que sus antecesores habían convivido con hombres y mujeres muy altos. “Todos nos espantamos – refiere Díaz del Castillo - … y tuvimos por cierto haber habido gigantes en esta tierra…” ( Cap. 17, ob. Cit.).
Cuando Colón desembarcó en Cuba, los aborígenes le relataron a él y a sus acompañantes que en el interior del territorio existían unos seres con morfologías diferentes. Corría el año 1492.
Cristóbal Colón en su diario de navegación escribe, con fecha Domingo 4 de noviembre que “lejos de allí había hombres de un ojo, y otros con hocicos de perros, que comían los hombres, y que en tomando uno lo degollaban y le bebían su sangre, y le cortaban su natura”.
Hasta aquí el contenido necesario para sugerir que:
El Paleocontacto o contacto a través de la piedra resulta una especialidad temática que debe y puede conducirse en dos derroteros:
El referente a la Paleocosmonaútica (Dibujo de Ferganá) y la transculturación terrestre desde y hacia distintos ámbitos geográficos del mundo antiguo. (Estudios de Epigrafía).
La Paleoastronomía o enfoque del conocimiento de los antiguos respecto al universo, sin entrar en detalles sobre el origen o significado de quienes o a través de cómo se obtenía en el pasado tales informaciones científico-tecnológicas. Hagamos delimitaciones.
En cuanto a los mitos y leyendas, ambos trascienden a nuestra cosmovisión estrecha del mundo y nos obliga necesariamente a comprender la historia conocida desde los diferentes ángulos y, a la otra historia, que desconocemos, a buscarla más allá de toda fértil imaginación y sana intuición.

Fuentes: ARCHIVO DEL AUTOR.

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