martes, 16 de mayo de 2023

CASO ADOLFO ZÁRATE


Por Orestes Girbau

CONSIDERACIONES Y CONCLUSIONES PRELIMINARES SOBRE EL ATERRIZAJE DE TORRIENTES, MATANZAS 2da parte.
 
(Continuación)

Las huellas dejadas por la máquina no estaban en el lugar. Recogí tierra del terreno de aterrizaje, y otra cantidad a una distancia de 5 metros. Estas muestras fueron introducidas en dos estuches de nylon esterilizado.
En otro momento mezclamos tierra perteneciente al punto de aterrizaje dentro de una vasija con agua, llegando a verificarse que numerosas partículas flotaron, tomando la apariencia de un abanico abierto.
Considerando los breves segundos que le bastó al OVNI desaparecer en el horizonte Sur, un análisis matemático realizado posteriormente, señala la probabilidad –calculada- de que el ingenio desconocido ejerciera, al partir, una fuerza de empuje muy poderosa.

 "La prensa provincial destacó la inesperada y sensacional noticia, a través de su semanario"

El cielo sobre la región estaba en ese momento cubierto por nubes cúmulos y estratocúmulos, (7/8 de cielo cubierto) predominando las últimas; desarrollándose también durante el período un ligero chubasco. Pudo apreciarse además en la madrugada que antecedió al hecho, una desusada niebla por toda el área.
Acorde con el testimonio del campesino, el vehículo tenía el tamaño de un auto, marca Lada, semejándose a una jicotea (Las jicoteas pertenecen a las familias de las tortugas, las kawamas). Debemos observar cierta analogía con el objeto aterrizado que afirman haber visto en Warneton, Bélgica, el 7 de enero del año 1974.

Pilotos comerciales cubanos habían reportado en 1950, haber avistado un OVNI con forma de jicotea maniobrar cercano a su avión comercial sobre nuestro archipiélago.
Las huellas (5 m de largo por 2 de ancho) fueron borradas, al parecer, por las lluvias subsiguientes reportadas.
Cuando el aparato despegó finalmente de forma horizontal, a la altura de 5-7 metros, la expansión gaseosa afecta al campesino.

  Esta escena recrea en alguna medida la experiencia del campesino cubano.

El terreno, posiblemente, por lo antes mencionado, no quedó calcinado. El limitado terreno compactado, se debió al determinado peso de la nave a través de un solo “esquíe” dividido en dos, o dos esquíes separados por un eje (no visto) un poco más elevado, que, parecido a los aviones, las ruedas se introducen en el interior. En relación con la discutida huella, existen distintos criterios en cuanto a la posición del OVNI –ya aterrizado– y la de los aludidos esquís. Por tratarse del apoyo, los mismos pudieron ser móviles, o sea, no estar necesariamente dispuestos fijamente, en la misma orientación del objeto volador aterrizado. Recordemos que el humanoide salió y entró (según afirmó Zárate) por la parte opuesta del vehículo, que debía tener unos 2 metros de altura aproximadamente. La existencia de una escalerilla, nunca pudo verificarse visualmente.
La recogida de espigas y hojas por parte del ovninauta, pudo haber sido una acción secundaria. Antes, el personaje aparenta comunicarse con “alguien”. Debemos pensar igualmente, en un aparente malestar momentáneo, que obliga al tripulante a recostarse en el aparato.
El arco azul luminoso y el sonido agudo producido al partir, son parte de las características propias del objeto, que no están separadas de otras experiencias ocurridas, antes y después, en otras latitudes.
El despegar verticalmente y en silencio, es señal aparente de que el ingenio pudiera estar dotado de un funcionamiento que anula la gravedad.
Deben entrar a funcionar – en teoría – fuerzas electromagnéticas, ubicándose rápidamente, en una determinada línea magnética antes de la fugaz desaparición.
El caso se produjo a 300 metros de la autopista de ocho vías, ubicada cerca de una línea de alta tensión.
Resulta interesante que el color gris verdoso de la nave, se pareciera a la vestimenta del tripulante.
Eran las 9.30 a.m. (horario de verano) cuando acaeció la singular experiencia.
No debe descartarse que el humanoide percibido por Zárate, fuese un androide, y que el campesino, en su estado de tensión, temor y/o asombro, haya confundido el andamiaje "metálico" que lucía el individuo sobre sus hombros, con una careta. Debemos considerar igualmente, que el testigo haya estado en presencia de una Entidad Biológica Extraterrestre (EBE), protegiéndose del entorno, que para él representa nuestro medio ambiente atmosférico.

CONSULTAS:
ARCHIVO del AUTOR
SEMANARIO GIRÓN. MATANZAS (CUBA) 20 DE OCTUBRE DEL AÑO 1995

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