domingo, 3 de abril de 2022

SALTO DE ALTURA


Por Orestes Girbau


Breve interpretación en blanco y negro de un extraordinario mensaje.

Cuando intentamos interpretar las palabras del Almirante Richard E. Byrd*1, a bordo de el Buque Mount Olympus, aparecidas en el diario chileno "El Mercurio" un 5 de Marzo / 1947, podemos preguntarnos si las mismas obedecían al estado emocional, -o de ánimo- frecuente para quienes sienten haber cumplido su deber  y/o necesitan avizorar, (y evitar) premonitoriamente, otro futuro conflicto bélico, -para Byrd, de los Estados Unidos- que pudiera proceder desde las inhóspitas regiones polares. Dicho mensaje sugiere una clave aproximada, vinculada con toda la experiencia antes vivida por él. "Salto de Altura"; así se bautizó la expedición antártica sin precedentes, porque esta diseñada operación tuvo un teatro de operaciones complejo y extraño. Hasta hoy permanecen clasificados documentos importantes, relativos al tan sofisticado conglomerado científico - militar que representó la misma.

Lo primero que resalta a la vista es esa lúcida y contundente advertencia que el audaz explorador hace, precisando medidas ante las supuestas incursiones de posibles aviones hostiles, que puedan utilizar los polos para atacar norteamerica, -mejor dicho por él- "procedentes de las regiones polares".

La incómoda declaración si bien no termina ahí, puede traducirse desde ese primer enfoque, (¿intuitivo?) como una alerta temprana ante la "amarga realidad" conocida, (o quizás desconocida -agrego-)

Y uno se pregunta:   ¿A qué tipo de aviones se refiere Byrd en aquella época?


A finales del año 1946 y entrado el 47 la guerra fría era apenas algo incipiente, desconocida. Byrd acaba de regresar del continente antártico. Si observamos la geografía de los alrededores del helado continente, podemos darnos cuenta que cualquiera de los países relativamente cercanos, estaban lejos de considerarse enemigos para Estados Unidos. Aún hoy tampoco son antagónicos. Australia, Nueva Zelandia, Chile, Argentina, Suráfrica, incluyendo la India.

Durante el verano de 1946 estuvieron muy en boga los famosos cohetes fantasmas, que tantos hechos exhibieron diferentes espacios noticiosos por toda Escandinavia y a nivel planetario.  

También en pleno 1946 desde el cielo estadounidense fueron observados, al  mismo tiempo, las maniobras de raros objetos volantes. Claro está, nunca fueron señalados en términos -o abjudicados- como platillos volantes ni OVNIS, y mucho menos UAPS. *2

Resultaba obvio que, al margen de los avances logrados, junto a  diversos descubrimientos interesantes en el Polo Sur, Byrd consideraba la relación directa existente -entre ellos- con la seguridad nacional. Esta vinculación  establecida deja bien claro una  proporcionalidad que sin lugar a duda parece convincente: el rápido desarrollo en la aviación, puede acortar las distancias. Atentos, dijo aviación, no cohetes. Sin embargo la experiencia antártica transfiguró completamente su modo de ver y entender aquella nueva realidad "objetiva." Y advierte (nuevamente) sobre el aislamiento que amenaza, proyectado, en ambos confines del planeta, y buscando, al pronunciarse, garantía de seguridad para su nación. Nótese que, el legendario investigador polar, no espera llegar a Washington para comunicar al entonces Secretario de la Marina James Forrestal. En la entrevista el pronunciamiento es directo, sin pelos en la lengua. Es más, dice que debe enviarse un nuevo cuerpo expedicionario con un número similar de fuerza millitar.

"Permanecer en alerta y vigilancia" prosigue diciendo, pero, ¿de quiénes o de qué?

Otros aspectos dignos de atención: la Antártida y el polo norte son los "últimos reductos", ahí la importancia extratégica de ambas regiones.

Se reportaron notables bajas y daños materiales durante la corta jornada.

Hay una verdad implícita en sus palabras: "la velocidad y el progreso no reconocen horizontes".   ¿Puede alguien ser más claro?  Si se refiere o no a  "hipotéticos" aviones -cuyas tecnologías tienen que ser futuristas- eso debía inferirse; al menos reconoce la necesidad, igualmente, de acelerar la tecnología defensiva militar estadounidense. Todo ello ahora mismo, desde ya, como puede deducirse.

Después Byrd manifiesta que todo se trata de la "supervivencia del mundo".

Hacer similitudes entre supervivencia mundial y el desarrollo de la "Ciencia militar" sugiriendo que ambas "se hallan actualmente en una etapa vital" puede parecer cuando menos un desatino, o que ciertas emociones transformaran el sentido de sus palabras, refiriéndose a determinado enemigo desconocido, para los cuales "tenemos que estar preparados". Y ese enemigo puede utilizar la Antártida. Porque los militares que él ayudó a comandar y dirigir retornaban precisamente de esas latitudes. Cartografiadas las regiones desconocidas del blanco continente, debía de iniciarse una nueva etapa.  ¿La misión concluía ahí?  ¿Tenía algún precedente?

Quedan para el público no obstante las siguientes cuestiones entre muchas:

-Esta operación científico - militar tuvo el apoyo de otras naciones aliadas.  comprometidas con las fuerzas de USA. Un número de 17 barcos y 2300 hombres adicionales (extranjeros) fueron ubicados en tiempo y forma.

-Las fuerzas implicadas tenían el respaldo absoluto del gobierno norteamericano, incluyendo fondos económicos inimaginables.

-La aviación de los E.U. sobrevoló extensas zonas en pleno verano austral, estando equipadas con radares y localizadores termomagnéticos.

-Todo terminó (no culminó) en un plazo menor al planificado. Originalmente la acción se preparó para desarrollarla por unos ocho meses. Pero, de forma inesperada, (abruptamente) se convirtieron en dos.

-El material de guerra y la tropa había sido, definitivamente, mayor en su envergadura al estimado para un evento que, como consecuencia del revés, no pudo extender el período inicialmente concebido.

-Un entrenamiento militar en condiciones de bajas temperaturas polares debe mantenerse regularmente, año tras año, teniendo Alaska y Groenlandia parecidos entornos climáticos, más cercanos y menos costosos. Por ello puede entenderse que la "formación del personal y el equipo" en condiciones de temperaturas bajas, no  parece  demasiado sustancial, a menos que entendamos la necesidad urgente que tenían de llegar, explorar, descubrir y controlar ciertas áreas dentro del extenso territorio donde crearían bases para diferentes fines.  

-Tampoco -quedó demostrado- que los E.U. llegara a mantener su mayor control sobre el continente. Antes del fugaz retorno lo habían negado abiertamente. Actualmente comparten la Antártida diversas banderas.

-En efecto, pudieron establecer con premura y posteriormente consolidar bases antárticas, logrando conocer más ampliamente la zona, investigando su geología e hidrografía así también estudiar las variables meteorológicas y realizar mediciones electromagnéticas entras otras apremiantes tareas.

Todo tenía un antes como hubo también un después.

*1 La Operación Highjump o Programa de Desarrollo Antártico de la Armada estadounidense  1946-47, concentró un poderoso despliegue militar y científico con el famoso oficial de la Armada USA Richard Evelin Byrd, como cabeza científica. El Task Force 68 compuesto por 13 naves militares incluían tres porta aviones, dos destructores y un submarino, contando con unos 4700 hombres armados bajo las órdenes del Comandante Richard Creuzen, rodeando geograficamente el frío continente en tres agrupaciones militares.

El día anterior -4  de marzo / 47- el corresponsal de INS ( International News Service ) Lee Van Atta había entrevistado al Almirante Byrd.

*2 Un ejemplo ilustrativo sobre lo mencionado, podemos hallarlo a continuación:

Porque antes del memorable encuentro de K Arnold con los peculiares nueve objetos volantes, habían sido reportados otros incidentes que no suelen ser tan citados. Y aparece la experiencia del extraño aparato volador con forma de puro, en agosto/1946.

Eran alrededor de las 6 pm y Jack Puckett, Capitán del C-47 que había despegado de Langley Field en Virginia, para dirigirse hacia Mac Dill Field Florida, sería testigo, junto con dos compañeros, de la presencia de un portentoso objeto aéreo cuyo aspecto era semejante a un puro.

Cuando volaban a 1200 metros cerca de Tampa, la tripulación del aparato militar fue sorprendida por la misteriosa nave, que parecía acercarse hacia ellos con rumbo de colisión, volando horizontal y a una misma altura. A menos de un kilómetro del C-47, el no identificado los evitó, verificando oportunamente la tripulación varias características que les eran propias. Digamos que, el ingenio tenía un tamaño tal, que duplicaba al del bombardero B-29. Igualmente le fueron observadas unas lumbreras en extremo luminosas.

Cuando aterrizaron en el aeropuerto floridano, los tres militares realizaron un informe a la Sección de Operaciones de Mac Dill Field, que pasando el tiempo engrosaron los archivos del NICAP. Esta organización de investigación ufológica, tuvo en su poder un documento sobre el avistamiento firmado por el propio Capitán Puckett.

Como se puede comprender cualquier parecido con hechos posteriores y muy recientes, no debe ser simple coincidencia.

Bibliografía:

- Diario El Mercurio, 5 de marzo del año 1947, Chile. Entrevista al Almirante Richard E. Bird efectuada por Lee Van Atta, corressponsal de INS ( International  News Service)

- The UFO Evidence, publicación  del National  Investigation Comité on Aerial Phenomena (NICAP), Washington; 1964. Hall, Richard, Editor, E.U. 

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