Por Orestes Girbau Collado
Durante el encuentro ufológico celebrado en la Biblioteca Nacional José Martí* en La Habana, auspiciado por el Comité Gestor de la A.C.U. (Asociación Cubana de Ufología), fueron presentadas numerosas ponencias en las que se dieron a conocer imágenes inéditas de OVNIS vistos y/o fotografiados dentro del archipiélago cubano; una de ellas, correspondiente al año 1976, posee un historial curioso por su extraña presentación y la extensa hoja de ruta extendida durante 25 años.
Según las memorias, el evento tiene su origen en el céntrico barrio capitalino del Vedado, un día cualquiera del primer bimestre del año antes mencionado, cuando unos turistas suecos –entre ellos había algunos ufólogos– observaron, y posteriormente fotografiaron un objeto de grandes proporciones que se cernía en el cielo.
Este investigador, tomando en consideración los datos disponibles desde esa época, ha dado a conocer determinados detalles que han permanecido en nuestros expedientes durante todo este periodo.
En marzo de 1976 me hallaba realizando una pesquisa en Ciudad Habana, ocasión que aproveché también para visitar al periodista e investigador UFO Oscar Hurtado, que estaba ya en esa fecha con su salud deteriorada.
Fue en la misma jornada que uno de mis colegas acompañantes me confesó que existía por esos días rumores sobre la existencia de una foto OVNI algo polémica y obtenida recientemente. Varios meses pasaron y pude acceder a mejores detalles relativos a la experiencia de los ufólogos–turistas. Hubo versiones de que los suecos buscaron contactar con sus homólogos criollos, pero sin ningún tipo de resultado conocido por nosotros.
Con el decursar del tiempo tuvimos acceso a una interesante imagen. En la misma podemos observar a dos niños de espaldas y situados frente a un campo de recreo, quizás atrapados por la visión del fenómeno que se estaba desarrollando ante sus ojos.
El OVNI es de enorme diámetro, ubicándose a una altura (aparente) relativa sobre el horizonte. La comparación con una Nave Nodriza es importante desde la perspectiva de los observadores escandinavos.
Un cuarto de siglo después de haberse tomado la foto, llega a nuestras manos –todo es posible– gracias a la gentileza de un Especialista sueco en Medioambiente que hizo amistad con un colega meteorólogo. En el 2001 era enviada la imagen por E-mail.
Desconocemos el paradero de los autores. Tampoco sabemos nada en cuanto a negativos se refiere. No hemos podido ganar más en claridad, y pudiéramos perfectamente estar en presencia de otro hábil montaje. ¿Qué tipo de cámara fotográfica fue usada por el privilegiado visitante?
A decir verdad, la foto del Vedado tiene tanto de controversial como de dudosa. O quién sabe si tenemos aquí otra prueba indirecta, y otro argumento válido. Puede que el tiempo nos ofrezca la respuesta definitiva; otro mensaje procedente de la región nórdica puede anunciarnos si es positiva o no.
Matanzas, 10 de febrero/2010
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