jueves, 21 de julio de 2022

ALGUIEN NOS VIGILA. LOS MISTERIOSOS HOMBRES DE NEGRO. PRIMERA PARTE...

 Un trabajo de Investigación de:


Lic. GUILLERMO D. GIMÉNEZ –


ARGENTINA (*)



Quienes investigamos el Fenómeno OVNI, nos hemos encontramos a lo largo de nuestras investigaciones, o bien, hemos oído hablar alguna vez, sobre las misteriosas “presencias” y “accionar” de los Hombres de Negro (esos seres que tanto dan que pensar).

Los  Men in Black (MIB) o los Messieurs en Noir, que en nuestra lengua quiere decir Hombres de Negro (HDN), no sólo los encontramos en nuestro tiempo Contemporáneo, sino también en la Antigüedad.

Sé que muchos, inclusive algunos investigadores, se resistirán en creer sobre lo expuesto, inclusive quien ha realizado este trabajo de investigación le parecía ficticio en un momento, hasta que comencé a desarrollar estudios y los hechos coincidían, contando en la actualidad con numerosos informes desarrollados en todo el orbe, permitiéndome saber aún más y poder desafiar (como tantos otros investigadores) en mi “Investigación Paralela”, en relación  a ”ELLOS”, a ésta “Conspiración del Silencio”.

Hace ya varios años atrás que comencé a indagar, a “bucear” en ésta, nuestra especialidad del misterio de los OVNI (que los registramos desde tiempos inmemoriales), estas investigaciones en torno a los “Censores de Valores” me ha llevado a realizar esta PERSECUCIÓN FANTÁSTICA en torno a “ellos” y al mismo Fenómeno OVNI, para encontrar la verdad de esta sinrazón.

Incidentes y pruebas contundentes, que nos remontan  desde épocas antiguas ó en la Edad Media cuando los alquimistas recibían visitas de misteriosos “magos” y “sabios” vestidos de negro ó en nuestro tiempo Contemporáneo (episodios registrados en todo el mundo), permiten demostrar estos “encuentros” con lo imposible hecho realidad.

A lo largo de todo este informe, veremos sus PRESENCIAS, les mostraré PRUEBAS, HECHOS, sobre la REALIDAD y EXISTENCIA de estos seres.

Los invito pues a incursionarnos  en este viaje, donde comprobaremos que los Hombres de Negro han actuado (y siguen actuando) a lo largo y ancho de nuestro planeta, un viaje que tiene como común y como rubrica, doce letras: LO MISTERIOSO.

Estos son los hechos. Ésta es mi Persecución Fantástica.



¿QUIÉNES SON LOS HOMBRES DE NEGRO?




La presencia de los Hombres de Negro se hace evidente en algunos casos del Fenómeno OVNI


La existencia de los Hombres de Negro, data ya desde épocas remotas, los encontramos en la Antigüedad y en la Edad Media. En esos tiempos, estos seres impedían que ladrones o profanos se acercasen a los Templos de Iniciación.

Generalmente son descriptos como seres de baja estatura, talla normal. aunque también hay varios incidentes en que se los describe con más de un metro ochenta de  estatura, de rasgos más o menos orientales y complexión oscura, y en ocasiones de tez blanca. Sus ojos notablemente  rasgados ó normales, y en algunos episodios parecidos a “bombillas de una linterna de baterías”, según lo pronunciado por el investigador silenciado Albert Bender.

Comúnmente se los observa en grupo de tres, están vestidos de negro, -no en todos los casos-, sino que siempre llevan una prenda (o varias) que los caracteriza, éstas son del mismo color.

Su aspecto puede ser variado,  tipo raza nórdica, rasgos orientales ó esquimales.

Sus funciones en nuestro planeta, tienen un mismo objetivo: “hacer silenciar a  algunos testigos de incidentes OVNI y a investigadores, y a toda aquella persona que haya incursionado en forma relevante en el Conocimiento Oculto”, como lo ha dado en llamar el investigador británico (ya fallecido en la década de 1980 y también visitado por “ellos”, en su casa de Bath, Inglaterra) Sir Stephen Wrapp.

A estos los encontramos a lo largo y ancho de nuestro planeta, sin embargo no pertenecen al Servicio Secreto de ningún país.

Esta misteriosa organización, data ya desde las noches de los tiempos, que aún nos oculta con su oscuro velo, los hechos de otras historias, de otros mundos olvidados.

Como dijera ese gran investigador de lo insólito, (ya fallecido) llamado John A. Keell, refiriéndose a estas extrañas visitas: “La amenaza no está en nuestros cielos. Está en la Tierra, y en estos momentos se esparce como una epidemia por el país y por todo el mundo”. Como veremos, no se equivocó.

Este es el accionar de estos seres.


LOS HOMBRES DE NEGRO

IRRUMPEN EN EL GOBIERNO


Muchas veces nosotros, investigadores del Fenómeno OVNI, decimos que los gobiernos CALLAN su posición frente a los OVNI, pero también hay “algo” que son los Men in Black, que se ocupan de disuadir o asesinar (como ya veremos) a grandes investigadores, y que también acaparó la atención al investigador francés Aime Michel (fallecido en 1992), por las “muertes sospechosas” de éstos, como: el "supuesto suicidio” del Dr. Morris K. Jessup, ocurrido el 20 de abril de 1959, en el Parque Matheson’s Hammock, en el condado de Dade en Miami (Florida, EE.UU), un excelente investigador que tuvo acceso a los archivos “Top Secret” de la Fuerza Aérea estadounidense y del Pentágono, el repentino cáncer que le produjera la muerte el 25 de junio de 1967 al joven ufólogo británico Richard Tunner, que contaba sólo 21 años de edad y era Presidente del Grupo Investigador de UFOS de la Universidad de Cambridge, cuando acababa de realizar un excelente trabajo sobre las misteriosas ruedas fosforescentes en el Golfo Pérsico, el “accidente” que le costara la vida a principios de 1968 al General francés del estado Mayor Ailleret, cuando viajaba en su avión a retropropulsión, estrellándose en la ladera de una montaña en Madagascar, cuando el General erró en su viraje (a pesar de haber sido un “as” de la aviación gala) al doblar hacia la derecha, en vez de doblar al lado opuesto y dirigirse al mar libre, cuatro días después de haber anunciado públicamente sobre la creación de un Centro Oficial de investigación de los MOC (Misteriosos Objetos Celestes), el “suicidio” del excelente investigador James Mc Donald, ocurrido en 1971 en el desierto de Arizona, la repentina muerte del ufólogo Waverey Girvan (director de la Flying Saucer Review) en Inglaterra, del Capitán Edward Ruppelt fallecido de cáncer como el anterior, el de Wilbur Smith, el Ingeniero canadiense creador del Proyecto Magnet, la del ufólogo Frank Edwards el 24 de junio de 1967, víctima de un supuesto ataque al corazón, la del Dr. Olavo Fontes en 1968, también de cáncer pulmonar, y otros desaparecidos, como el Capitán de Aviación español Antonio González de Boado, entre muchos otros.

Y todo esto me llevo a pronunciar que estos “supuestos suicidios o accidentes” no fueron tales, sino que podrían tratarse de legítimos asesinatos, realizados por esta misteriosa organización.

Además en nuestras filas, no solo contamos con “muertes sospechosas”, sino también con una lista de investigadores que han “abandonado” abruptamente la investigación de nuestro quehacer investigativo.

Veamos:

Transcurre el año 1953, y Albert K. Bender, fundador de la International Flying Saucer Bureau (IFSB) anuncia que próximamente daría la solución a todas las incógnitas del Fenómeno OVNI. El tiempo pasó, pero en lugar del ya anunciado artículo se publicó lo siguiente:  “El enigma de los platos voladores ya no lo seguirá siendo por muchos años. Su origen ya nos es conocido, pero todas las informaciones relativas a él deben ser disimuladas por ÓRDENES SUPERIORES. Desearíamos publicar íntegramente en Space Review los pormenores de esta información, pero hemos sido advertidos de no hacer nada al respecto. Aconsejamos a los que se ocupan del estudio de los OVNI, que sean muy prudentes”.

Tiempo después la IFSB se disolvió. Siete años más tarde, se comprobaría que Bender había recibido la visita en su casa de Brisgeport, Connecticut (EE.UU) de tres Hombres de Negro. (Sobre este incidente se creó el término “benderismo”, -de su apellido- , aplicándolo a  todo suceso semejante).

Tenemos a Eduardo Buelta (ya fallecido) que se retiró del estudio del Fenómeno, sin razones claras, también al francés Jimmy Guieu, entre muchos otros.

James Moseley, en “Saucer News”, informó al respecto:  

“Según la información que nos ha llegado de fuente fidedigna, durante los últimos meses, los investigadores principales así como los testigos ordinarios de ovnis están siendo sometidos a una serie de increíbles y complejos actos de terror. Entre algunos se citan actos de "silenciamiento" -con relativo éxito- por parte de misteriosos seres que usualmente van vestidos de negro. Llamadas telefónicas o cartas fantásticas y amenazadoras. La aparición de automóviles con placas de matrícula irreconocibles o sin placa alguna, que han seguido a ciertos estudiosos de ovnis en el curso de su trabajo y otros hechos inverosímiles que dudamos en publicar".

El investigador Michael Talbot, señala que en Oriente hay un grupo al que se los conoce con el nombre de “Hermanos de la Sombra”, y que también trabajan con la misma postura y/o accionar que los HDN.

Veamos lo que nos dice Talbot: “... astutos y malvados, intentan evitar que cualquier estudioso de lo oculto descubra la respuesta proverbial. En lenguaje místico esta respuesta es el “Velo de Isis”, sinónimo del “Gran Secreto” de maeterlinck. En el ocultismo, al igual que en el problema de los OVNI, hay una constante barrera de trampas psíquicas. Los Hermanos de las Sombras, al igual que los HDN, amenazan a los estudiosos de lo oculto siempre que están próximos a descorrer el Velo de Isis. Madame Blavatsky, refiriéndose a los Hermanos de las Sombras, dice que son las “estrellas” guía del gran estadio espiritual de materialización”.

En el año 1966,  el coronel George P. Freeman, portavoz del Pentágono, informa lo siguiente: “Misteriosos hombres vestidos con el uniforme de las Fuerzas Aéreas, o llevando credenciales impresas pertenecientes a distintos organismos del Gobierno, han tratado de silenciar a los testigos oculares de objetos voladores no identificados. Sin embargo, hemos verificado algunos de esos casos y hemos descubierto que tales hombres no pertenecían en modo alguno a nuestras instituciones oficiales".

Los Hombres de Negro, ya no vistieron mas sus atuendos militares, sino que se presentaron como inspectores, agentes de seguros, operarios telefónicos y también como integrantes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), del FBI, (Oficina Federal de Investigaciones) y del NORAD (Comando de Defensa Norteamericana),

Y una vez ya introducidos dentro de la casa de los ocasionales testigos o investigadores, desvían el tema de conversación hacia el Fenómeno OVNI. Y allí comienza todo. Primero el aviso. Luego el silencio..., nada de hablar sobre lo ocurrido por lo que les pudiera ocurrir.

También estas amenazas suelen hacerse por teléfono o por escalofriantes cartas.

De ahí en más los testigos callaron. Hasta tal punto que el propio Gobierno se vio involucrado y tuvo que enviar a sus agentes e investigadores tras la PERSECUCIÓN de los misteriosos personajes.

Sin embargo, estos continuaron su tarea de "silenciamiento...


SE AHONDA EL MISTERIO


El 21 de junio de 1947 (tres días antes de la observación del piloto Kenneth Arnold sobre el Monte Rainer, EE.UU y que dio inicio a la Historia Contemporánea de los OVNI), cuando una patrulla guardacostas de Puget Sound (Washington) bajo la dirección del comandante Harold A. Dahl  se dirigía a la Isla Maury, Hawai, bajo un cielo totalmente limpio y sin viento, observan junto a su hijo y toda la tripulación, seis objetos ovales con ventanillas en forma de ojo de buey. Dahl busca su máquina fotográfica y dispara varias tomas de los OVNI. De pronto, los mismos toman movimiento para desaparecer abruptamente pero antes dos naves se rozan entre sí produciendo una lluvia de metales incandescentes que caían sobre el mar y sobre la embarcación matando a un perro que estaba en la patrulla teniendo la tripulación que buscar refugio para no ser alcanzados por los fragmentos.

Una vez pasado el peligro, los protagonistas toman los metales que habían caído sobre la embarcación y se dirigen hacia el puerto.

Al día siguiente, Harold A.  Dahl recibe la visita de un Hombre de Negro, quien le aconseja que se olvidara de todo lo sucedido.

Haciendo caso omiso, se dirige a sus superiores informando lo sucedido, quienes dispusieron que el Capitán Dawson del Servicio de Informaciones Militares escoltara al comandante Dahl.

El 31 de julio de 1947, Harold A. Dahl, el Capitán Dawson y 32 tripulantes se dirigían a una base americana en Hamilton Field. Nunca llegaron a destino. A pocas horas de la partida del avión, el mismo se estrella en Kelson, no pudiendo rescatarse los fragmentos de los objetos, las fotografías ni los tripulantes.

Una vez más los Hombres de Negro tomaban acción impidiendo que el conocimiento llegue a luz.

El 3 de agosto de 1965, el Ing. Rex Heflin logra fotografiar las evoluciones de un OVNI cerca de Santa Ana, California. Obtiene cuatro fotografías, las tres primeras mostrando al objeto sobre la carretera y la cuarta toma, un anillo de humo dejado al irse éste. En ese mismo año, dos seres visitaron a Heflin el 22 de septiembre por la noche,  pidiéndole los negativos y fotografías originales, ya que “ellos” pertenecían al NORAD, y le solicitaron además que no hablara más del asunto.  Heflin accede al pedido.

Más tarde se comprueba que esos individuos no pertenecían al NORAD, y  por supuesto, los negativos originales nunca fueron devueltos.

Pasados 25 años de los hechos, nuevamente este caso tomó notoriedad al “aparecer” las fotografías originales en el buzón de su domicilio. Los análisis de las mismas desarrolladas con las más modernas técnicas disponibles en la actualidad han confirmado la realidad de las tomas.

El incidente Rex Heflin volvió a ser noticia, cubierto otra véz en un misterio.

El libro que escribiera Morris K. Jessup (fallecido en misteriosas circunstancias), “El Caso de los OVNI” también fue envuelto en las redes de los Hombres de Negro.

Poco después que el libro saliera a la venta, un ejemplar de éste, fue enviado a F.N. Furth (Jefe de Investigación Naval, en el verano de 1955) donde se pudo comprobar que al borde de las páginas existían unas anotaciones, que al ser estudiadas y analizadas por funcionarios de la Oficina de Proyectos Especiales y de la de Proyectos Aeronáuticos, se comprobó que fueron escritas por tres personas distintas, esto lo reveló el estilo al escribir, la tinta y otros.

Estas anotaciones revelaban todo el conocimiento (historia, orígen, técnica, etc.) de los OVNI.

El prólogo de la edición de la Oficina de Investigación Naval, decía lo siguiente:  “Las anotaciones implican un íntimo conocimiento de los OVNI, sus medios de movimiento, orígen, pasado, historia y costumbre de los seres que los ocupan y constituyen un valiosísimo material para la investigación. Fueron encontradas en un ejemplar del libro de Jessup. Debido a la importancia que otorgamos a la posibilidad de descubrir pistas que conduzcan hasta la naturaleza de la gravedad, ningún posible motivo por desacreditable que sea desde el punto de ciencia clásica, debe ser descartado”.

Sobre estos acontecimientos se los hace responsable a los Hombres de Negro.

Cuando Jessup revisó el volúmen, notó que la letra correspondía a su misterioso corresponsal  Carl M. Allen (conocido también como Carlos Miguel Allende). Al ser intentado localizar a Allen (o Allende) por la dirección del remitente de sus cartas, nunca fue hallado.

Morris K. Jessup (que se dedicó mucho tiempo al estudio del Experimento Filadelfia) al igual que su misterioso corresponsal (que le brindaba informaciones al respecto), había acordado ir a cenar el 20 de abril a la casa del Dr. Valentine, donde Jessup le brindaría aportaciones vinculadas a tal Experimento, en un borrador que tenía preparado.

Sin embargo, ésta no llegó a realizarse. Antes de las 18,30 horas, Jessup se “suicidó” en el Parque Mathenson’s Hammock, en el Condado de Dade, Miami, el 20 de abril de 1959, “inhalando monóxido de carbono, tras haber acoplado una manguera al tubo de escape e introducido al otro extremo en el interior del vehículo”.

Un testigo informó al Dr. Valentine que no fue encontrado ningun borrador en el interior de su coche.

Cuando más se investiga este episodio, más extraño resulta el mismo....



Fotografía del investigador Morris K. Jessup, también envuelto en las "redes" de los Hombres de Negro


EL SER DEL EXTRAÑO LENGUAJE


El ladrido de los perros despertó a Joseph Henslik, en Greenland, Long Island, Nueva York, una mañana de octubre de 1967. Al mirar hacia fuera quedó visiblemente sorprendido, un extraño objeto circular revoloteaba por el edificio de Correos, cercano a su casa. Apresurado tomó su máquina fotográfica y corrió hacia el patio. Descargó su rollo de película contra el disco  luminoso, que llevaba una torreta en su parte superior. En ella, se divisaban ventanas. Como el objeto se hallaba a poca altura, fácil fue suponer que las fotografías resultarían excepcionales. Pero, lo que Henslik no tuvo en cuenta apareció luego:   dos días después que le  fueron devueltos los negativos (que eran realmente nítidos), fue visitado por una pareja de hombres desconocidos. Cuando regresó a su casa -a una hora tan imprevista como las 3 de la mañana-, se encontró con que lo estaban esperando. Eran de estatura mediana, cabello negro y tez profundamente morena. Ambos vestían ajustados pantalones negros, jerseys del mismo color (hasta el cuello) y una campera que   -según el dueño de casa-  semejaba la chaqueta negra de un smoking o pijama.

“Queremos hablar con usted -interpeló uno de ellos en un idioma singular, con ligero acento escandinavo-, pertenecemos al gobierno".

Sigue el testigo diciendo que no le mostraron absolutamente nada, pues "pertenecían a una agencia secreta del Estado". Más tarde se explayaron en detalles sobre la vida íntima de Joseph que éste quedó francamente impresionado. "Sabemos que usted ha tomado fotografías que pueden ser consideradas como auténticas y en nombre de su familia, el Gobierno y el mundo, le pedimos que nos las entregue”. Los visitantes recibieron como respuesta una confusa explicación, donde se les comentaba que no habían vuelto de la casa reveladora. Prometieron regresar al día siguiente. Fue cuando Henslik examinó con la lupa los negativos y descubrió algunas marcas muy claras en el OVNI (pero la copia estaba borrosa para permitir una lectura clara).

"Si hubiera hecho yo las copias hubiera conseguido más sombra en torno a las ventanillas del artefacto. Pero, lo que más me preocupaba era el retorno de aquellos personajes. Fue exactamente a las 3 de la mañana del día siguiente a la primera visita, que aparecieron. No dos, sino tres. Todos vestidos de negro. De nuevo me amenazaron vagamente cuando negué las copias. Por ultimo les dí los negativos. Los revisaron tranquilamente con una linterna. Luego, se marcharon, advirtiéndome de que no hablase una palabra ni mencione las fotos”.

Para sorpresa mayor del testigo, no alcanzó a ver vehículo alguno que los trasportase, pese a que vivía en las afueras y hubiesen necesitado uno.

¿Cómo salieron de aquel lugar?. Nunca se supo. Sin embargo, las misteriosas maniobras de los Hombres de Negro siguieron impunes.


LO IMPOSIBLE HECHO REALIDAD


El biólogo Ivan T. Sanderson (fallecido en circunstancias no muy claras), detalla con lujo de detalles un nuevo encuentro “con lo imposible” en su libro “Uninvited Visitors”. Veamos lo sucedido:

“En su momento se presentó ante la puerta de una familia que había sido testigo de la aparición de un OVNI, la persona más singular que puede imaginarse. La noche era muy fría, el individuo llamó a la puerta y se anunció como agente de seguros. Tendría unos siete pies de estatura (1,75 mts), cabeza pequeña, piel blanquecina, miembros muy delgados denotando una fuerte constitución. Dijo buscar a un caballero que tenía el mismo nombre que el dueño de casa, ya que podría haber heredado una fuerte suma de dinero. Llevaba además un gorro de piel con visera y un traje negro. A pesar de la bajísima temperatura, no tenía nada encima del traje. Al entrar mostró una tarjeta de tipo oficial (aparentemente), y la guardó en un siantamen. Al cabo de  un rato, mientras charlaba, dejó  ver debajo de su "americana” sobre la camisa, una placa oficial, que inmediatamente cubrió con la mano, quitándosela. Pidió exactamente cuarenta minutos para formular preguntas. Cuando se le dijo que sí, pasó treinta de ellos refiriéndose a una cicatriz  que el dueño de casa tenía en el pecho, desarrollando detalles que ni siquiera eran conocidos por los mismos familiares. Luego se levantó para irse. Los diez minutos finales los pasó facilitando a los asombrados interlocutores, un largo e intrínseco acertijo, pidiendo ayuda para resolver el enigma. Acto seguido, se fue. Mientras duró la entrevista, la hija mayor de la casa sintió viva intriga porque –al resbalar el pantalón del extraño visitante hacia arriba-  por las huesudas piernas divisó un cable verde, que le salía por debajo de los calcetines y ascendían por la pantorrilla, hasta incrustarse en la carne, en dos puntos separados por una cicatriz de 2 ó 3 centímetros de largo. Como consecuencia de ello, la chica se ocultó en la parte trasera de la casa y observó la salida del hombre. No había luces y el lugar estaba oscuro. Sin embargo, pudo apreciar un coche negro, sin placa, que salió de un camino cercano proveniente del bosque lindante. Había más de dos hombres en su interior. El individuo subió y desaparecieron en la ruta”.

Hasta aquí el relato. El testigo nunca más habló acerca de lo observado.


EL EXTRAÑO SUCESO MUNDT


Un nuevo episodio y de consecuencias espantosas, fue lo ocurrido a mediados de agosto de 1977, en Flaxton, Arkansas, teniendo como protagonista a Mr. Charles Mundt, quien es testigo de una observación OVNI y de la presencia de los Hombres de Negro.

Mundt  había regresado a su casa, luego de venir de su oficina a las nueve y cuarto de la noche. Antes de entrar a la misma, decide cerrar las ventanillas de su automóvil, situado en la acera de la puerta de su casa.

Al regresar, observa en las copas de los árboles unas luces zigzagueantes que iluminaban la acera y el jardín de su casa.

Creyendo que era el único testigo de este Fenómeno OVNI, observa dos hombres vestidos de negro, justo debajo del árbol donde se encontraba el objeto volante. Mundt trató de dirigirse hacia ellos, pero una fuerza extraña lo paralizó. Uno de los hombres lo miraba muy fijamente. De pronto ambos seres se perdieron  en la oscuridad de la noche. Fue  entonces que Mundt siente que un rayo lo atravesaba  de la cabeza a los pies, comenzando a sentir una  "vibración" por todo el cuerpo.

Aquí comienza el espanto. Fue cuando el testigo involuntario entra a su casa para contarle a su esposa Liza lo ocurrido. Ella, sin prestarle atención, le pregunta quién era y qué hacía en su casa,

Su esposa, comenzó a llamar: “Charles,  ven, un hombre ha entrado en la casa”.

Charles Mundt, ignorando el porqué del comportamiento de su esposa, decide mirarse a un espejo, sufriendo el testigo un tremendo shook.

”Pongo de testigo a Dios de que la cara del espejo no era mi verdadera cara. En la actualidad, a meses del suceso, me he dado cuenta de que la composición de mis moléculas ha sido cambiada y alguien ha ocupado mi lugar físico. Mi cara y mi cuerpo son la cara y el cuerpo de otro hombre. Por alguna razón me han forzado a asumir una nueva identidad. Mi esposa no me acepta como su marido, como el verdadero Charles Mundt; sé que soy Charles Mundt, pero nadie me cree. He perdido todo:  afectos, amigos, y lo más triste es que he perdido mi identidad”.

Un impresionante episodio, de los inescrupulosos Hombres de Negro, sufriendo el testigo, espantosas consecuencias.



Los Hombres de Negro están entre nosotros... cumpliendo una tarea amenazadora a testigos e Investigadores del Fenómeno OVNI


   EL  INCIDENTE DEL OFFICIAL UFO


El informe a presentar a continuación, fue lo ocurrido el 16 de septiembre de 1977, en la revista norteamericana Official UFO, y que fuera publicado en la edición de enero de 1978, de la misma.

Este es el relato de sus directores:

"Al igual que mucha gente, nosotros tampoco creíamos en aquellas historias escalofriantes en las que se habla de Organizaciones Secretas que no obedecen a ningún gobierno conocido y cuyas intenciones suelen ser destructoras. Hasta ese momento creíamos que la gente suele echar a volar su imaginación y crear personajes cuya realidad es nula, pues son producto de la fantasía.

"Pero algo nos ocurrió. Aquellos a quienes se llama H.D.N. (Hombres de Negro), nos “visitaron”  personalmente y robaron nuestro archivo secreto: ahí realmente comenzamos a creer en todas aquellas extrañas historias que circulan en toda la extensión de nuestro territorio.

"Eran las seis de la tarde, nuestras oficinas ya estaban cerradas y la gente se había retirado, a excepción del editor Jeff Goodman, quien se había quedado trabajando hasta tarde en un proyecto especial. Sonó el teléfono, desde el otro lado de la línea un hombre habló con voz profunda; decía:  “Por su seguridad personal le hago esta advertencia: no indague demasiado a fondo en lo que usted denomina '’Fenómeno OVNI". Evidentemente, usted desconoce la profunda seriedad de lo que investiga. El precio que puede usted llegar a pagar por tus indiscreciones dentro de este campo es mucho más tremendo de lo que usted imagina. No dijo más, un ligero “'click” indicó que mi interlocutor había dado por finalizada la comunicación. "Una patraña más -pensé- de las tantas que ocurren a diario en la redacción”. Fui escéptico, no creí en esa amenaza.  Actualmente puedo decir que ser demasiado escéptico puede resultar muy peligroso.

”A partir de esa llamada comenzaron una serie de acontecimientos que pusieron en prueba el sistema nervioso de nuestro grupo de trabajo.

“Todos notamos ligeros cambios en la redacción. Los teléfonos sonaban sin que nadie respondiera al levantar el auricular.

"De pronto emitían ruidos sordos, sin motivo aparente; el tono de marcar a veces cambiaba por un molesto zumbido. Pensamos que habrían sido intervenidos. Nuestro editor asociado, Charles Cowley dijo que había reparado  durante varios días consecutivos en un automóvil sedán negro estacionado frente a su residencia de Long Island.  Luego de dos semanas de silencioso estacionamiento, dicho coche había desaparecido misteriosamente.

"A la vez, el mismo coche que estaba estacionado frente a la casa del editor asociado había sido visto estacionado, pero... frente a las oficinas de la revista Official  UFO,  en pleno Nueva York.

“Cuando Cowley se percató de algo tan insólito como esto, algo así como un caso de bilocación, pensó que estaría sufriendo algún ataque de paranoia debido al exceso de trabajo; pero luego se dio cuenta de que todo lo que él no había querido hacer era enfrentarse con la verdad, la realidad total y absoluta. La llamada telefónica había sido efectuada con la finalidad de hacernos una advertencia y la amenaza se estaba cumpliendo; nosotros éramos continuamente vigilados y dicha vigilancia se encontraba a cargo de personas que pertenecían a una organización muy bien equipada e informada, puesto que sabían quienes éramos  cada uno de los  que formábamos el grupo de trabajo del Official UFO; asímismo sabían a qué lugares llamarnos a diferentes horas del día o de la noche; conocían perfectamente a qué tipo de información teníamos acceso.

"Durante  el transcurso de estos acontecimientos ocurrió algo interesantísimo. La sección Departamento de Arte de nuestra revista había tomado esos días a un nuevo asistente. Su nombre era Ron, su apellido era muy difícil a tal punto que jamás lo logramos recordar. Ninguno de nosotros en un principio, notó algo extraño en él. Parecía ser un buen compañero de tareas, nada en él daba lugar a  sospechas; era de altura mediana, delgado, pelo rubio, ojos grises verdosos, su voz era agradablemente profunda. No hablaba mucho con nadie, pero cuando lo hacía demostraba poseer una información muy completa sobre la temática OVNI; naturalmente esto no llamaba nuestra atención, pues todo el personal de la Editorial conoce e  inclusive era aficionado al tema.

"Lo que nos resultó harto extraño fue que el tal Ron tenía acceso a

información secreta dentro de la Editorial. Dos de los miembros del grupo de la redacción notaron en él extrañas actitudes cuando tenía que actuar social y  no laboralmente. He aquí un ejemplo: una vez salió a almorzar con una de las secretarias de redacción, cuando llegó el momento de comenzar a comer dio muestras evidentes de no saber usar los cubiertos, luego cambió de opinión y pidió un sándwich, lo comió con las manos. La secretaria le preguntó qué le ocurría, el no respondió, pero la miró de una forma glacial.

“Al día siguiente de este incidente, el editor Cowley recibió desde su despacho otro mensaje telefónico. La misma voz grave de la vez anterior. Sus palabras fueron: “Escuche con atención. Usted no se imagina cuan cerca suyo se encuentra la muerte. Se le advirtió por su propio beneficio. Usted está siendo vigilado.  Todo movimiento es cuidadosamente monitorizado.  Tenga cuidado, pues tiene usted en su poder unas fotografías tomadas por un fotógrafo de la Editorial que son extremadamente secretas.  Si usted llega  a publicarlas sería un suicida”. Luego hubo un silencio prolongado y el conocido "Click”.

"Cowley quedó estupefacto, sus manos temblaban cuando colgó el receptor. Ignoraba de qué fotografías se le estaba hablando. Muy pronto lo supo; uno de los fotógrafos independientes de nuestra Editorial había logrado fotografiar, sin proponérselo, una extraña figura humanoide de que parecía ser de aire por lo transparente; detrás de dicha forma y suspendido en el aire aparecía una forma oval, plateada. La foto fue casual; él había ido a tomarle una foto a un médico psiquiatra que estaba atendiendo a una persona que decía haber tenido un encuentro con seres extraterrestres y se pensaba en una  alucinación, pero cuando estaba llegando a la casa de dicho profesional en Petulie, Ohio, vio lo que narré en los  párrafos superiores y que logró  fotografiar.

"El fotógrafo Jack Blackeley fue llamado a nuestras oficinas, acudió con las fotos en cuestión, todos las vimos, de inmediato las guardamos en la caja fuerte que es donde se encuentra el archivo confidencial; luego nos fuimos a nuestras respectivas casas.

"Al día siguiente nos encontramos con una gran sorpresa. Tres hombres vistiendo trajes oscuros y gafas de sol irrumpieron en la redacción, se dirigieron directamente al despacho del editor.

"Le preguntaron dónde las había guardado.

"Jeffrey Goodman aparentó no saber de que le hablaban. Sólo uno de ellos hablaba: "Usted sabe muy bien a que me refiero"  y comenzó a empujar suavemente pero en forma firme a Goodman hacia el enorme ventanal, en el piso 12 sobre Park Avenue. "Si no me dice dónde están las fotos, en dos minutos ya no estará vivo; cada segundo lo acerca más y más a su propia muerte". Sus cómplices lo revolvían todo, destrozaban, forzaban cerraduras. Nosotros, junto al editor asociado Jack Cowley, tratábamos de abrir la puerta en vano, estaba muy bien asegurada. De pronto, silencio total solo escuchamos: "Usted, Mr. Goodman, es un tipo de suerte”. Habían encontrado las fotografías comprometedoras. Luego se retiraron como habían llegado, ignorando a todo el mundo. Extrañamente,  la Policía qué había sido llamada en el instante en que los "Hombres de Negro" irrumpieron en nuestras oficinas, apareció cuando éstos ya habían desaparecido.

"La sospecha de quién puede ser esta gente no da lugar a muchas suposiciones; evidentemente, el Pentágono acoge en su seno a una organización no sólo formada por seres humanos, sino también humanoides."

Hasta aquí lo expuesto por la revista norteamericana.

Una nueva víctima de los peligrosos Hombres de Negro, buscando material confidencial, continuando con su tarea amenazadora.

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