Por
Martha Jacqueline Iglesias Herrera
Código Betelgeuse se traslada hasta España nuevamente para realizar la
primera entrevista de este 2019. Nuestro invitado de hoy es el investigador
londinense: Chris Aubeck.
Sobre él podemos decir que dirige el grupo de investigación Magonia
Exchange. Es autor de artículos en español y en inglés, contribuye a
programas de radio en ambos idiomas, e imparte conferencias sobre el tema de la
historia cultural de los grandes misterios de hoy. Es coautor de "Wonders
in the Sky" (2010) con Jacques Vallée, "Return to Magonia"
(2015), con Martin Shough, "Ooparts" (2015), con Juan José
Sánchez Oro, "Viajes Inexplicables" (2016), con Jesús Callejo, y "Señales:
La verdadera historia de los círculos de las cosechas" (2019).
Vive en España desde 1991.
Le damos la Bienvenida en Código Betelgeuse y
esperamos que los lectores del blog disfruten de esta entrevista.
JK: Tengo
entendido que el autor suizo Erich von Däniken fue el detonante para que se
despertara tu interés por la casuística ufológica. ¿Cómo recuerdas tu
iniciación en este campo?
A partir de los 13 o 14
años empecé a comprar libros de segunda mano que describían versiones
extraordinarias de nuestra realidad, desde la teoría de que la luna era una
nave espacial hasta la teoría de que nuestros antepasados venían del espacio
exterior. A los 15 años ya realizaba investigaciones sobre la historia antigua,
la mitología y la arqueología para tratar de comprobar los datos que hallaba en
esos libros. Me uní a la Ancient Astronaut Society y recibía boletines
bimensuales con teorías descabelladas sobre los orígenes de la civilización
humana. Sin embargo, por aquel entonces comencé a examinar estas ideas más
seriamente. Pasaba las tardes al salir del colegio en la biblioteca de la
universidad de Southampton comprobando los hechos, hasta que llegué a la
conclusión de que pocos de los escritores a los que admiraba habían hecho el
mismo esfuerzo, incluso cuando se jactaban de haber visitado en persona los lugares
que describían en sus escritos. Hoy en día con Internet es un proceso simple verificar
la autenticidad de la información, pero cuando yo era adolescente era un
proceso muy laborioso.
Con 18 años tomé mi primer
vuelo a los Estados Unidos, donde pasé un corto tiempo con la autora de uno de
esos libros, Lana Cantrell (The Greatest Story Never Told, 1988), en
Minnesota, y luego pasé un par de semanas con el autor de otro libro acerca de
los OVNIs en el antiguo Japón, Vaughn Greene (Astronauts of Ancient Japan,
1978) en California. Luego regresé a Inglaterra con una visión completamente
nueva, ya que me di cuenta de que quienes escribían apasionadamente sobre la
historia antigua, las religiones y el folclore buscando misterios no eran lo
suficientemente expertos en ninguno de estos campos como para identificar
anomalías o hechos que contradijeran la sabiduría establecida. Al contrario,
sólo se hacían eco de los errores de los demás y reforzaban así sus propias
convicciones. Por eso, aunque leas 300 libros acerca de los OVNIS no puedes
identificar una sola prueba de que visitaran la Tierra en la prehistoria.
Por otro lado, todo esto
me llevó a explorar el maravilloso mundo de los mitos y leyendas, me despertó
un serio interés por los orígenes de la superstición y las creencias, e incluso
me inculcó una fascinación por las lenguas tanto actuales como perdidas. Estoy
seguro de que, si no hubiera sido por este interés precoz en las visiones
alternativas de la realidad, nunca me habría subido a un ferry para explorar el
mundo con 19 años de edad. Así que mi vida aquí en España no habría ocurrido,
mi desarrollo personal habría seguido un camino muy diferente, y esta
entrevista no se habría realizado.
JK: Desde que
en 1947 se acuñó el término de la era moderna de los OVNIS con los
avistamientos de Keneth Arnold, ha habido miles de ellos y un sinnúmero de
discusiones acerca de la naturaleza y el origen de estos fenómenos, al punto,
que constituyen una parte significativa de la cultura del mundo occidental.
¿Cómo evalúas el contraste de esta era moderna con los misterios del pasado?
Actualmente estoy escribiendo
la primera historia cultural de las visitas extraterrestres. En el pasado, ha
habido muchos intentos académicos de mostrar cómo la creencia en la pluralidad
de mundos habitados se originó en la antigua Grecia y evolucionó a través de
los tiempos medievales hasta lo que tenemos hoy. Sin embargo, hasta la fecha no
se ha realizado un estudio de los testimonios de los que dicen haber
presenciado visitas de dichos extraterrestres a lo largo de los siglos.
Si miramos atrás en el
tiempo, vemos que comenzó a haber historias de contacto en el siglo XVI, pero
sólo en forma de ficción. En el siglo XVIII aparecen libros escritos por
místicos que decían haberse reunido con razas alienígenas en sus viajes
astrales, pero no fue hasta el siglo XIX que se sugirió que visitaran
físicamente nuestro planeta. Cuando la humanidad empezó a especular sobre
visitas extraterrestres, nunca ya dejó de hacerlo.
Curiosamente, he
descubierto que antes de que se creyera en tales visitas, algunos filósofos ya
teorizaban que nuestros antepasados más remotos provenían de otros planetas. Esto
demuestra que hace 200 años la gente estaba dispuesta a imaginar un universo
lleno de vida que pudiera interactuar a nivel interplanetario. Podemos
encontrar libros que defendían las teorías que popularizó Erich von Däniken a
partir de la década de 1830. En 1847 apareció una historia en la prensa sobre
la caída de un objeto artificial desde el cielo. En 1857 encontramos el primer
testimonio de una nave espacial que sobrevoló una pequeña aldea de los Estados
Unidos. Los tripulantes eran gigantes y parecían estar operando máquinas
extrañas. Al menos un escritor lo interpretó inmediatamente como un objeto
pilotado por extraterrestres. A partir de ese momento, otros escritores
especulaban que los fenómenos raros en el cielo eran de diseño inteligente y de
origen exótico. Sin embargo, no se popularizó esta teoría hasta finales del
siglo XIX.
En las últimas décadas del
siglo XIX, el Espiritismo se convirtió en un gran movimiento religioso en
Europa y América del Norte, y aquí empezamos a encontrar informes sobre
fantasmas que descendían de Marte, de Venus, de Júpiter y de otros lugares de
nuestro sistema solar, para comunicarse con los mortales. Entre 1900 y 1947
hubo muchas historias sobre visitantes interplanetarios y rumores de naves espaciales
que habían estrellado.
Para resumir, desde mi
punto de vista, los OVNIS observados entre 1946 y ahora han sido una mera
continuación de un fenómeno cultural muy arraigado.
JK: ¿Cómo
marcó tu vida la creación de Magonia Exchange?
Cuando creé Magonia
Exchange en 2003, se basó en mi opinión personal de que es inútil guardar
recortes y hallazgos en cajones o sótanos donde nadie pueda acceder a ellos,
sobre todo en esta era digital. Aquel año se había comenzado a subir a internet
el contenido de las hemerotecas más grandes del mundo y por primera vez
cualquiera podía acceder a ellas con sólo pulsar un botón. No fue sólo el
comienzo de una nueva era tecnológica, sino también marcaba un antes y un
después en la ufología. Por fin todos teníamos a nuestro alcance herramientas
de búsqueda, de referencia y de cartografía para realizar grandes proyectos de
investigación. Disponer de tanta información nos permitía identificar patrones
en los datos como nunca antes, tanto temáticamente como cronológicamente y
geográficamente.
En sólo unos años, mi
equipo y yo logramos crear el archivo más grande de material histórico sobre
OVNIS y fenómenos Forteanos que jamás había existido. Esto nos ha llevado a
hacer libros, conferencias y otros trabajos. Cambió por completo la percepción
que teníamos del panorama Forteano de nuestros antepasados.
JK: Existen
autores que apuntan a una realidad psíquica de los OVNIS planteando que esta
devuelve codificada la clave de nuestra propia realidad. Desde tu punto de vista,
¿constituyen los OVNIS agentes ultraterrestres de desconstrucción cultural?
No. No tengo una hipótesis
personal para explicar los OVNIs.
JK: Algunos
ovnilogistas plantean que los OVNIS pueden provenir no sólo de algún punto más
allá de la Tierra, sino también desde fuera de las mismísimas nociones de
espacio, tiempo y materia, o sea, el rastro conduciría hasta algún punto
hiperdimensional. ¿Qué opinión te merece tal suposición?
Sería un error por mi
parte decir que tales cosas no pueden suceder porque no soy físico.
JK: Aimé
Michel plantea que por su verdadera naturaleza los OVNIS nunca pueden hacer
contacto con nosotros pues esto redefiniría a la ciencia ya que los mismos
demuestran que “no existe un conocimiento final, siempre hay un nivel más
profundo y cada solución deja al descubierto un misterio mayor”. ¿Qué tendrías
que decir al respecto?
Eso suena como una excusa.
Si los OVNIS no hacen contacto, existen muchas razones más probables. Tal vez
no ven ningún sentido en hacerlo porque no somos el objeto de su estudio. Tal
vez tengan mejores cosas que hacer. Tal vez no puedan hacer contacto porque no
son piloteados por criaturas capaces de tomar decisiones. O quizás los OVNIS ya
han hecho contacto, pero de alguna manera que Michel no comprendió. O quizás
son una variedad de fenómenos diferentes no relacionados entre sí, tanto
físicos como psicosociales, ninguno de los cuales incluye seres inteligentes de
otros planetas.
La idea de Michel de la
imposibilidad de que exista "un conocimiento final" me recuerda a Micromegas,
un cuento de Voltaire publicado en 1752. Él narra la historia de un ser de 120.000
pies de altura procedente de un planeta que orbita Sirio, y de su compañero de
Saturno, de 6.000 pies de altura. Después de desembarcar en la orilla norte del
Mar Báltico y devorar montañas para desayunar, aprenden francés y entablan una
conversación con un grupo de filósofos sobre la naturaleza del universo. Antes
de marcharse, entregan a los humanos un libro que contiene "todo lo que se
puede conocer de la verdadera esencia de las cosas". Sin embargo, las
páginas aparecen en blanco.
JK: ¿Qué significó
para Chris Aubeck la coautoría de “Wonders in the Sky” con el astrofísico,
ufólogo y experto en informática francés Jacques Vallée?
Cuando Jacques aceptó
escribir un libro conmigo alrededor de 2008, supe que mis años de dedicación a
los casos históricos de OVNIs habían valido la pena. El proceso de escribir el
libro fue extremadamente rápido. Probablemente descartamos diez veces más casos
de los que finalmente incluimos en el libro. Este fue un ejercicio útil en sí
mismo. Entonces, cuando ya no pudimos seguir investigando, nos detuvimos y
entregamos el manuscrito. Por supuesto, el crecimiento de los archivos
digitalizados en Internet nos ha permitido descartar varios de los casos que
recogimos en el libro y mejorar nuestras fuentes para otros, pero para entonces
el libro ya estaba publicado. Más tarde hicimos una versión actualizada para
corregir muchos de esos problemas, pero aún no se ha publicado en formato
popular. Incluso esa versión necesita un poco de revisión, así que comprenderás
que es un proceso continuo. Para que conste, debo señalar que después de tanta
investigación y análisis, las conclusiones de Jacques y las mías difieren
bastante.
JK: Háblanos
de la gestación de “Return to Magonia” libro escrito con Martin Shough.
Después de terminar Wonders
in the Sky, quise escribir un libro más detallado y científico sobre el
tema de los OVNIS en la historia. Tenía sentido colaborar con Martin Shough,
miembro de Magonia Exchange e investigador científico cuyos análisis son muy
técnicos y profundos. El resultado fue un libro estupendo que contiene unos 20
casos que nos desconcertaban intelectualmente y, al mismo tiempo, presentaban
datos suficientes para que se pudieran analizar. Desafortunadamente no mucha
gente ha leído el libro porque es un estudio serio que no teme sugerir
soluciones mundanas a algunos enigmas complejos. He aprendido que si quieres
vender libros en este campo es mejor fingir que conoces los secretos del
universo, o confesar que los OVNIS te dejan totalmente perplejo. Hacer una investigación
real, incluso cuando es interesante y pionera, no atrae a una gran audiencia.
JK: Tengo
entendido que el término Oopart no es de uso científico, sino que su empleo se
extiende a los entusiastas de lo paranormal y los paracientíficos, siendo utilizado
como prueba o refutación para paradigmas arqueológicos y de la ciencia oficial.
Qué lleva a Chris Aubeck a escribir en colaboración con Juan José Sánchez Oro:
“Ooparts. Objetos fuera de su tiempo”.
El tema de los OOPARTs
(''artefactos fuera de lugar'') me interesa personalmente desde la época cuando
me fascinaba la teoría de los antiguos astronautas, con 15 años. Siempre me
preguntaba, ante tantos informes de anomalías arqueológicas, que van desde
cadenas de oro halladas en trozos de carbón de millones de años de edad hasta
baterías eléctricas descubiertas en ruinas de Oriente Medio, por qué los
historiadores no tenían una actitud más abierta hacia el pasado de la
humanidad. Junto con Juanjo, un excelente historiador profesional, reunimos
todos los principales casos que habitualmente se presentan como pruebas de
extraterrestres o civilizaciones avanzadas en la prehistoria y llegamos a unas
conclusiones fascinantes. De todos los libros que he publicado, estoy
particularmente orgulloso de éste.
JK: Cuáles
son los planes investigativos de Chris Aubeck para este 2019. ¿Tienes algún
nuevo libro en proyecto?
Tengo varios libros en proyecto. El primero será Artefactos
Alienígenas: Una historia cultural del contacto con extraterrestres. Este
es mi proyecto principal, uno que llevo escribiendo más de quince años. También
acabaré un libro sobre imágenes sobrenaturales a través de los tiempos, mil
años de precursores de las famosas Caras de Belmez de España. Además, estoy
componiendo un libro sobre paranoias y estados mentales inusuales en el siglo
XIX, que incluye testimonios de personas que creían que los marcianos estaban
tratando de secuestrarlos. Es un tema fascinante que muestra que las
alucinaciones que sufrían personas hace 150 años tenían un componente forteano
muy importante. A la vez, tengo algunos casos individuales que quiero
investigar más a fondo, lo que probablemente signifique un viaje o dos al
extranjero.
El año pasado decidí que ya era hora de dejar de buscar nuevos casos y
empezar a examinar los que ya habíamos recogido. Magonia Exchange ha acumulado
unos 40.000 artículos y cada día aparecen una docena más en mi bandeja de
entrada. ¡Imagínate eso! Los libros más extensos sobre la Gran Oleada de
Dirigibles de 1897 generalmente citan 200 artículos de prensa. Mi archivo tiene
más de 5.000.
Al contrario de lo que piensan muchos, la venta de libros rara vez
genera suficiente dinero para pagar el alquiler, y nunca me han pagado por una
entrevista de televisión. Así que, aunque probablemente estoy destinado a morir
pobre, por lo menos podré mantenerme ocupado con mis investigaciones hasta que
me metan en un asilo de ancianos.
JK: Ya para
terminar una pregunta recurrente en nuestro espacio: ¿qué consejos pudieras
darle a los que se acercan por primera vez a estos mundos trascendentes?
Internet es un arma de
doble filo. Por un lado, está lleno de noticias falsas, fuentes falsas, citas
falsas y testimonios falsos de personas que a menudo ni siquiera existen. Pero
al mismo tiempo es una herramienta asombrosa para cortar a través de todo eso
para alcanzar datos reales, información real. Mi consejo a cualquiera que entre
en la arena de los OVNIS por primera vez es que aprenda a localizar las fuentes
originales de todo, y luego no se conforme con ellas: encuentre las fuentes de
sus fuentes. A nadie le gustaría construir un fuerte sistema de creencias
personales sólo para descubrir, años después, que se basó en mentiras o mitos.
Sé como el agua, porque tus opiniones cambiarán. Fijo.
Si quieres comprar sus libros, pincha sobre la portada.
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