No tengo la respuesta al misterio, pero sí una gran cantidad de datos relevantes. Se ha avanzado mucho en los últimos años, y en mi propio trabajo he llegado a pensar en el problema de los OVNIS en términos de tres niveles distintos.
👉El primer nivel es «físico». Ahora sabemos que el OVNI se comporta como una región del espacio, de pequeñas dimensiones (unos diez metros), dentro de la cual se almacena una cantidad muy grande de energía. Esta energía se manifiesta por fenómenos de luz pulsada de colores intensos y por otras formas de radiación electromagnética.
👉El segundo nivel es «biológico». Los informes de ovnis muestran todo tipo de efectos psicofisiológicos en los testigos. La exposición al fenómeno provoca visiones, alucinaciones, desorientación espacial y temporal, reacciones fisiológicas (que incluyen ceguera temporal, parálisis, cambios en el ciclo del sueño) y cambios de personalidad a largo plazo.
👉El tercer nivel es «social». La creencia en la realidad de los ovnis se está extendiendo rápidamente en todos los niveles de la sociedad en todo el mundo. Los libros sobre el tema continúan acumulándose. Hombres y mujeres que crecieron con historias de platillos voladores están haciendo documentales y películas importantes. Las expectativas sobre la vida en el universo se han revolucionado. Muchos temas modernos en nuestra cultura se remontan a los “mensajes del espacio” provenientes de los contactados con ovnis de los años cuarenta y cincuenta.
La experiencia de un encuentro cercano con un OVNI es una prueba física y mental devastadora. El trauma tiene efectos que van mucho más allá de lo que los testigos recuerdan conscientemente. Se condicionan nuevos tipos de conducta y se promueven nuevos tipos de creencias. Aparte de cualquier consideración científica, las consecuencias sociales, políticas y religiosas de la experiencia son enormes si se consideran a lo largo de una generación.
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