Por Orestes Girbau
Transcurría el año 1944,
y las partes involucradas en el escenario bélico europeo se jugaban cada día su
victoria o derrota. Ambos contendientes tenían premura, ya que el temor hacia
las novedosas armas "maravillosas" se hizo patente hasta el último
momento.
Cuál no sería el
desconcierto, cuando aviadores aliados y alemanes comenzaron a visualizar
extrañas formas luminosas, persiguiendo a sus respectivos aviones
militares. Es conocido que, en el
caso de los alemanes, estos se hallaban involucrados, realizando una serie de
experimentos y diseños futuristas, justificando, en cierta medida, determinados
eventos aéreos acaecidos durante esos cruciales años, afectando probablemente a
diferentes misiones aéreas de combate, procedentes del territorio británico.
Lo que no se comprende
con profundidad o se ha podido entender bien, ¿por qué los aviadores de la
Luftwaffe percibían igualmente las inusitadas apariciones luminosas y/o
metálicas? Si se trataba de experimentos militares, ¿por qué perseguían a sus
propios aparatos?
Resulta desconcertante,
la enorme cantidad de documentos desclasificados en tiempos recientes,
confirmando hasta que nivel, objetos volantes misteriosos tenían en ascuas al
alto mando del aire del Tercer Reich. De
llevarse a efecto pruebas con ingenios voladores sofisticados, debían
producirse a un nivel muy reducido, desconocido por la mayoría de la
oficialidad superior, o surgían independientemente de los experimentos
realizados, no estando obviamente supervisados ni controlados por el mando
nazi. ¿En qué medio entonces estaban confinados aquellos ingenios volantes? y, ¿de
qué latitud geográfica provenían?
Por lo anterior expuesto,
puede entenderse la alarma existente, y por qué en 1941 el Estado Mayor
Superior del Aire germano, aprobaba la fundación inmediata del denominado Son
derBuro Nr 13, formado por el Oberkomandoder Luftwaffe, dando origen a la
"Operación Uranus", cuya finalidad consistía en investigar a las
aeronaves desconocidas o las supuestas armas secretas aliadas.
Causó estupor a ingleses
y estadounidenses que, entre el copioso botín de guerra, apareciera una
sustancial cantidad de materiales secretos, que comprobaba el período en que
los nazis se habían entregado a la tarea de investigar, lo que años después
sería identificado OVNI.
Con fecha 14 de marzo del
año 1942, el responsable de la base aérea alemana situada en Banak, Noruega,
informaba a sus superiores que la instalación secreta fue sobrevolada por
"un enorme cuerpo fusoidal sin ningún plano de sustentación y sin ninguna
abertura visible en sus estructuras. Su
largo fue estimado en 100 metros y su diámetro en 15; en una extremidad tenía
pequeñas protuberancias metálicas, como antenas de radio". Era conocido que un avión interceptor trató
de llegar al objeto sin identificar, que mantenía su horizontalidad,
ascendiendo rápidamente -en vertical- para desaparecer posteriormente.
A pesar de que un experto
alemán que observó la anomalía, aseguraba la procedencia extraterrestre de
aquella máquina enigmática, y que el comandante de Banak informó a Goering, fue
inmediatamente desestimada. El asunto en
cuestión era cerrado, pero el expediente guardado con celo. Una orden superior
fue dada. Y al disciplinado comandante les eran concedidas unas "merecidas
vacaciones".
Tengamos presentes que
apenas el mes anterior, en febrero de 1942, hubo de escenificarse la famosa
"Batalla de los Ángeles", misterio nada del todo resuelto, y que la
inteligencia del Tercer Reich, pudo tal vez haber llegado a considerar una
relativa comparación, varias semanas después.
Estos usuales
procedimientos no son desconocidos por los ufólogos e investigadores serios,
que desde 1947 hasta hoy, intuyen y consideran cual es el estimado de la
situación para una élite desconocida, controladora de irrebatibles o posibles
hechos como el aquí expuesto.
Digamos que, también
durante la guerra, la veterana aviadora alemana Ana Reisch observó un veloz
OVNI a gran altura, cuando realizaba un vuelo de prueba con el precursor del
avión Messerschmitt 163 Komet.
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