Autor: Orestes Girbau.
Mucho queda aún por dilucidar sobre los lejanos tiempos de la alborada humana.
Varios entendidos, sin temor a equivocarse, sostienen el criterio de que en épocas ancestrales proliferaron seres imposibles para nuestra comprensión.
Cuando el investigador hebreo Zacharia Zikchin, expuso sus originales teorías en su obra “El Planeta 12“, la clonación era exclusividad de la Ciencia – Ficción.
Los mal definidos fósiles vivientes (Yeti del Himalaya) tienen explicaciones científicas plausibles desde el punto de vista evolutivo, al ser investigados por el contenido de veracidad histórica que los acompañan.
Haciendo memoria, debemos recordar que el Celacanto es un increíble de la evolución y, la jirafa no podía existir, su pescuezo, entendían los expertos de la época, resultaba demasiado largo.
Podemos admitir que incluso existen monstruos en la actualidad. Inofensivos o no, algunos pueden ser el producto de degeneraciones morfológicas originadas, tal vez, por sedimentos químicos esparcidos en distintas partes del planeta. Otros, pueden deberse a mutaciones, e incluso, no se podría descartar ciertos experimentos genéticos terrestres o extraterrestres, como el esquivo y raramente denominado “Chupacabras”.
Otras ideas fueron las concebidas por Algernon Blackwood. Decía él, que determinados seres debían “haber sobrevivido a una época infinitamente remota donde la conciencia se manifestaba bajo cuerpos, que hace tiempo se retiraron ante esa marea ascendente que es la humanidad, y que sólo la poesía y la leyenda han conservado un fugaz recuerdo bajo el nombre de dioses, monstruos y seres míticos”.
Ejemplo de lo anterior probablemente podamos encontrarlo en el mito del Dragón, el cual está presente en distintos pueblos diseminados por todo el mundo, siendo éste, esencia de la sabiduría universal entre los orientales, y derivando su origen – presuntamente – a determinados animales, entre los que se encuentran el conocido reptil, identificado igualmente Dragón Volador, oriundo de Java, al Grillo Talpa, la Raya Marina, pasando por el pez Pelop, especie semejante al clásico Dragón.
Mitos y realidades a veces se confunden. El problema de los estudiosos consiste en separar a unos de otros.
Cuando recordamos la leyenda china del Tigre Volador, enseguida nos asaltaba la duda. Verdaderamente había existido siempre una total ausencia de su evidencia, que hacía difícil diluir criterios respecto al milenario rumor, sinónimo de fantasías, común denominador enre los pueblos antiguos. *1
Hoy no hay justificación para poner en duda su existencia.
En el arte antiguo chino estaba presente el tigre volador, tanto en la pintura como en figuras estilizadas decorativas.
En 1899 fue publicada la imagen en el Reino Unido de un singular gato con alas.
Ocurrió que, durante 1983, un campesino buyi encontró en lo profundo de una caverna de Guiz huo, sureña provincia China, a la magnificada criatura.
El diario nocturno de Llasa anunció en Mayo de 1990, que el descubridor del fantástico animal había entregado a las autoridades un cuadrúpedo parecido al gato común pero con dos alas de murciélago.
Este espécimen estuvo siendo estudiado por los científicos, y hasta la fecha no se ha dado a conocer nada más del fenómeno ni al empadronamiento zoológico a que pertenece.
Misterio que la Criptozoología debe develar en su momento.
Nota: (1) Marco Polo reportó la existencia en el lejano Oriente de un enorme felino depredador con el cuerpo de un leopardo pero con una extraña formación de piel que se estiraba cuando la criatura cazaba permitiéndole volar al perseguir a sus presas.
Agradecimiento al investigador argentino señor Fabio Picasso por su invaluable apoyo para el presente artículo.
FUENTES:
Archivo del autor
Can a Cat Fly? ,London's Strand Magazine ,Noviembre 1899
Polo , Marco y Rustichello de Pisa :The Travels of Marco Polo,London ,1870 reed: Dover Publications, New York, 1983, Henry Yule editor.
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