Por Martha Jacqueline Iglesias Herrera
A finales de 1948 fueron avistadas en
el suroeste de Estados Unidos, particularmente en Nuevo México, un considerable
número de las llamadas Bolas de Fuego Verde (en inglés Green Fireballs). Estos
avistamientos comenzaron a producirse muy a menudo cerca de instalaciones
militares y de investigación, como Los Álamos y el Laboratorio Nacional Sandia
(en ese entonces una base militar ultrasecreta) por lo que causaron gran
preocupación al gobierno.
No sería hasta la primavera de 1950
cuando se vieron recompensados los esfuerzos del Dr. Kaplan y el Mayor Oder, pues
sus intenciones de comenzar un proyecto de investigación de las bolas de fuego
rindieron sus frutos cuando se firmó un contrato de medio año de $20.000 con la
Corporación Land-Air. Esta entidad era la encargada de operar los
fototeodolitos en White Sands. La intención no era otra que filmar cualquier
objeto inusual que pasara volando. Cabe destacar que un fototeodolito es una
cámara fotográfica con escalas angulares en altura y acimut, que se utiliza en
fotogrametría terrestre: los ángulos que identifican la posición del objeto
quedan registrados en la fotografía del fototeodolito.
Pero, antes de entrar en materia,
repasemos un poco la historia del tema en cuestión.
LA OLEADA DE LAS BOLAS DE FUEGO VERDE
Aunque los primeros informes de estos
avistamientos comienzan en noviembre de 1948, en un principio no se les dio
importancia pues fueron tomados como bengalas militares de color verde.
5 de diciembre de 1948:
Dos tripulaciones de avión, una militar y una civil (Nuevo México) ven extrañas
luces verdes con una diferencia entre ambos avistamientos de veinte minutos. El
piloto militar se encontraba cerca de las Vegas y describe las luces como
intensas. El piloto civil estaba cerca de Alburquerque y describió las luces de
color verde pálido. Las luces se dirigieron a él en ruta de colisión por lo que
se vio forzado a esquivarlas.
8
de diciembre de 1948: Dos investigadores de AFOSI y ambos
pilotos experimentados avistan una bola de fuego verde mientras pilotan un
avión. La misma se encontraba a 2000 pies sobre el mismo. Aunque encontraron
cierta semejanza con las bengalas verdes normalmente usadas por la Fuerza Aérea,
testimoniaron que: la
luz era "definitivamente más grande y más brillante que una estrella
fugaz, meteorito o bengala." La luz duraba sólo unos segundos, moviéndose
"casi de forma plana y paralela a la tierra." La trayectoria de la
luz "descendía rápidamente" dejando "una estela de fragmentos
rojo anaranjados" que después cayeron al suelo.
30 de enero
de 1949: Se produce el avistamiento más brillante y más visto
de bolas de fuego verde cerca de Roswell, Nuevo México.
Abril de
1949: Avistamiento de bolas de fuego verde sobre una
instalación de almacenaje de armas nucleares en Fort Hood, Texas.
6 de junio
de 1949: Avistamiento de una luz naranja en suspensión, de
entre 100 y 150 metros de largo y a 1.5 kilómetros del suelo. Luego empezó a
moverse a nivel de vuelo para después explotar en pequeñas partículas.
24 de julio
de 1949: Se observa
caer una bola de fuego verde cerca de Socorro, Nuevo México. En la Escuela de
Minas que había allí se recogieron partículas de polvo y se encontró que
contenían grandes partículas de cobre.
Inicios de
julio y agosto de 1949: Se avistaron bolas de fuego verde descendiendo en
trayectorias verticales cuando hasta el momento viajaban en horizontal.
Hasta aquí me he permitido un breve resumen de los
avistamientos más significativos, aunque hubo muchísimos más durante el período
antes citado.
Como es de suponer e imaginará el leyente esta
oleada de bolas de fuego verde trajo consigo una gran preocupación entre los
altos mandos militares y de inteligencia llegándose a barajear varias hipótesis
entre ellas que potencias extranjeras estuvieran realizando lanzamiento de
sondas con dispositivos súper estratosféricos diseñados para autodestruirse. Se
especuló incluso que el fenómeno fuera el resultado de experimentos de guerra
radiológica de alguna potencia extranjera y que los rayos podrían ser letales e
incluso los causantes de los accidentes aéreos ocurridos por aquel entonces.
EN
EL TABLERO LINCOLN LA PAZ
Para la resolución de tal enigma fue consultado el
doctor Lincoln La Paz, un astrónomo de la Universidad de Nuevo México,
renombrado experto mundial en meteoritos que había trabajado con anterioridad
en proyectos militares de alto secreto.
Muchos barajearon la teoría que las bolas de fuego
verde podrían tratarse de meteoritos. Pero La Paz el 12 de diciembre del 49
pudo avistar una de ellas que también fue vista en el Laboratorio Científico de
Los Álamos, lo que le permitió determinar la trayectoria de la misma mediante
triangulación y descubrir que el centro de la trayectoria estaba justo encima
de Los Álamos.
Sus conclusiones fueron en una carta secreta a la
Fuerza Aérea que el
objeto se movía muy lentamente para tratarse de un meteoro y que, además, no
había dejado “estela o chispas de humo” como sería lo común en un meteoro
volando a bajas altitudes. Otras características anómalas que permitían
diferenciarlo de un meteoro fueron: intenso color verde lima (completamente
distinto a la lluvia de meteoritos de las Gemínidas que se observaron al mismo
tiempo), la baja altitud de sólo 13-16 kilómetros, pero sin exhibir sonido
alguno, trayectoria plana en vez de en arco, y encendiéndose y apagándose como
el interruptor de una luz. Posteriormente añadiría que los avistamientos
estaban confinados casi por completo al norte de Nuevo México, y que nunca se
encontraron fragmentos a pesar de las extensivas búsquedas utilizando técnicas
de triangulación empleadas con éxito anteriormente.
CONFERENCIAS
SOBRE FENÓMENOS AÉREOS
A mediados de febrero se convocó en el Laboratorio
Científico de Los Álamos la “Conferencia sobre Fenómenos Aéreos”. Esto hizo que
se volviera de algún modo formal el informal estudio científico de La Paz.
Entre los concurrentes a la cita se encontraba tanto
personal militar como científicos civiles los que fueron informados por La Paz
que de acuerdo al Dr. Kaplan (experto en meteoritos) las bolas de fuego verde
no eran resultado de ningún proyecto militar secreto. En cambio, mantuvo su
postura que según su criterio tampoco eran meteoritos convencionales. Fue el Dr.
Edward Teller quien expuso que no podían ser objetos materiales porque no producían
ningún tipo de ruido dando la sugerencia que podría tratarse de algún fenómeno
atmosférico eléctrico desconocido.
Los científicos, sin embargo, seguían
desconcertados por elementos tales como el brillo, la trayectoria y ausencia de
sonido de estas bolas de fuego por lo que plantearon que debía implantarse una
red de estaciones de instrumentos para fotografiar y analizar las bolas de
fuego.
Cabe preguntarnos: ¿Por qué La Paz y AFOSI (Oficina
de Investigaciones Especiales de la Fuerza Aérea) encontraron una resistencia y
apatía por parte de las autoridades de la Fuerza Aérea responsables de la
preparación de dicha red? ¿Qué se tejía en la sombra? Como podrá apreciar el
leyente esta actitud de reserva ha permanecido activa y vigente por parte de
las autoridades durante todo el proceso investigativo de los Objetos Voladores
No Identificados desde que comenzó la era moderna de los mismos.
No obstante, el 14 de octubre de 1949 tuvo lugar
otra conferencia donde nadie disputó la realidad del fenómeno y donde nadie
pudo explicarlo. Entre las incógnitas que persistían entre los asistentes estaban
los apagones repentinos y las grandes concentraciones de avistamientos en Nuevo
México, totalmente diferentes de un fenómeno natural. Y aunque se persistió en
la idea de que las bolas de fuego eran probablemente de origen atmosférico se creyó
necesario observaciones instrumentales: fotográficas, espectroscópicas y triangulaciones,
para resolver de una vez el misterio.
No sería hasta el 3 de noviembre cuando el Dr.
Kaplan llevó el plan al Panel de Consejeros Científicos de la Fuerza Aérea del
Pentágono. Aunque atribuyó las bolas de fuego a alguna especie de nuevo
meteorito se contradijo luego cuando expresó: “esta alta selectividad de dirección
parece indicar que algún grupo estaba tratando de apuntar a Los Álamos con un
nuevo tipo de arma."
TOMANDO NOTAS
Es importante tener en mente los datos del
catálogo compilado por el teniente coronel Rees del distrito 17 OSI en Kirtland.
Según su informe para Nuevo México en 1949 hubo por áreas el siguiente número
de avistamientos:
Base Sandia (Alburquerque): 17 avistamientos, principalmente en la
segunda mitad del año. Área
de Los Álamos:
26 avistamientos repartidos durante todo el año. Área de Vaughn: Ninguno. Área de Holloman AFB/ Alamogordo/ White
Sands: 12 avistamientos. Otras áreas en el suroeste de Nuevo
México: 20 avistamientos.
Para un total de 76 avistamientos.
Para las mismas áreas en los primeros
tres meses de 1950 hubo:
Base Sandia (Alburquerque): 6 avistamientos, principalmente en la
segunda mitad del año. Área
de Los Álamos:
7 avistamientos
repartidos durante todo el año. Área
de Vaughn:
1. Área de Holloman AFB/ Alamogordo/ White
Sands: 6 avistamientos. Otras áreas en el suroeste de Nuevo
México: 6 avistamientos.
Para un total de 26 avistamientos.
Como podrán notar en el primer
trimestre de 1950 hubo una significativa reducción en el número de
avistamientos.
PROYECTO TWINKLE
El 20 de diciembre de 1949, después de
cerca de un año de avistamientos, fue aprobado el programa de observación
instrumental y nació el Proyecto Twinkle.
Fue en Holloman donde se instaló un
puesto de observación tripulado por dos personas el 21 de febrero de 1950. El
mismo contaba con un teodolito, una cámara y un telescopio. Pero sucedió que
los observadores durante un mes de operación no vieron nada, aún cuando
trabajaban desde el amanecer hasta el anochecer.
Fue cuando los científicos decidieron empezar
una vigilancia constante de 24 horas. Esta operación en conjunto con personal
de Land-Air operando con cineteodolitos (teodolitos con cámaras de cine) y con
personal de Holloman AFB manejando cámaras espectrográficas y receptores de
radiofrecuencia empezaría el primero de abril y se extendería durante seis
meses.
Sin embargo, en noviembre de 1951, un
año y medio después el Dr. Louis Elterman, director del Proyecto Twinkle, quien
trabajó en el Laboratorio de Física Atmosférica de la División de Investigación
Geofísica, escribió en su informe final que el Proyecto Twinkle había sido un
fracaso absoluto, del que no se obtuvo ningún tipo de información, por lo que
recomendaba suspenderlo. Y su recomendación fue aceptada.
Pero, he aquí el quid de la cuestión: ¿decía
el Dr. Elterman la verdad? ¿Qué sucedió con los Objetos No Identificados (de 8
a 10) que vio el personal de Land Air el 24 de mayo de 1950? ¿Esto no es
información?
Pero para tratar de entender bien el asunto recordemos
las estadísticas citadas más arriba donde se observan por zonas el número de avistamientos
informados por el teniente coronel Rees en su catálogo. Según rezaba en su
informe en Vaughn en 1949 no hubo ningún avistamiento y en 1950 hubo sólo 1.
¿Por qué gastaron recursos entonces en poner un puesto de vigilancia allí? ¿Por
qué no escoger las áreas donde hubo mayor número de avistamientos? ¿Se buscaban
respuestas o no existió ningún tipo de plan efectivo?
Lo cierto es que muchos de los
avistamientos no quedaron registrados en los informes ni se contaba con fondos
suficientes. Muchos de los avistamientos fueron atribuibles a fenómenos
naturales como pájaros, meteoritos, planetas y nubosidad.
Sin embargo, demos un repaso a la
siguiente información:
El
Dr. Mirarchi a finales de mayo de 1950 visitó la Base de la Fuerza Aérea de
Holloman y solicitó un breve informe sobre los avistamientos ocurridos entre el
27 de abril y el 24 de mayo. He aquí lo que decía el informe:
Por
solicitud del Dr. AO Mirarchi, durante una visita reciente a esta base, se
presenta la siguiente información.
El
27 de abril y el 24 de mayo de 1950 se realizaron avistamientos de fenómenos
aéreos durante las horas diurnas de la mañana en esta estación. Los
avistamientos fueron realizados por personal de Land-Air, Inc. mientras
realizaban el seguimiento de proyectos regulares con Askania Phototheodolites.
Se ha informado que los objetos se ven en algún número; hasta ocho han sido
visibles a la vez. Los individuos que hacen estos avistamientos son
observadores profesionales. Por lo tanto, calificaría su fiabilidad como
superior. En ambos casos se tomaron fotos con Askanias.
La
Unidad de Reducción de Datos Base de Holloman AF analizó las imágenes del 27 de
abril e hizo un informe, una copia de la cual adjunto con la película para su
información. Se creía que la triangulación podría efectuarse a partir de
imágenes tomadas el 24 de mayo porque las imágenes fueron tomadas desde dos
estaciones. Las películas fueron procesadas y examinadas rápidamente por Data
Reduction. Sin embargo, se determinó que se hicieron avistamientos en dos
objetos diferentes y no se pudo realizar la triangulación. Se adjunta un
informe de Data Reduction y las películas del avistamiento.
No
hay nada más que informar en este momento.
El informe de reducción de datos adjunto a la carta dice lo siguiente:
Objetos
observados después de la prueba MX776A del 27 de abril de 1950
2do
Teniente (nombre censurado) EHOSIR 15 de mayo de 50
Se
leyó la película de la estación P10, lo que resultó en acimut y elevación ángulos
que se registran en cuatro objetos. Además, el tamaño de la imagen en la
película fue grabado.
A
partir de esta información, junto con un único ángulo de acimut de estación M7,
se sacaron las siguientes conclusiones:
Los
objetos estaban a una altitud de aproximadamente 150,000 pies.
Los
objetos estaban sobre el rango de Holloman entre la base y Pico Tularosa.
Los
objetos tenían aproximadamente 30 pies de diámetro
(firmado)
Wilbur L. Mitchell
Matemático
Unidad de reducción de datos
Matemático
Unidad de reducción de datos
CONCLUSIONES
Como habrán podido observar según la
Unidad de Reducción de Datos sí hubo información. Se avistaron cuatro Objetos
No Identificados que volaron a 150 000 pies cerca del campo de pruebas de White
Sands. El personal que realizó estas operaciones de avistamiento estaba
entrenado en rastrear objetos que se movían rápidamente (cohetes), por tanto,
eran observadores profesionales cuya fiabilidad puede calificarse como
superior.
Si tenemos en cuenta que en la
primavera de 1950 la humanidad no había construido ningún objeto que pudiera
volar a 150 000 pies. ¿Qué eran estos objetos? ¿De dónde provenían?
Por lo que se puede apreciar el Dr.
Elterman ni siquiera mencionó uno de los resultados más significativos e
importante realizado por el Proyecto Twinkle: la triangulación del 27 de abril
que arrojó información sobre la altitud y el tamaño.
Cabe preguntarnos: ¿por qué retuvo o
ignoró la información?
Esto nos deja la puerta abierta para sospechar
que pudo ocultar y retener otros datos de igual interés. Quizá el Proyecto Twinkle
no fue el fracaso rotundo que se hizo ver. Probablemente hasta pudo ser un
éxito camuflado o una verdad a medias confeccionada por las altas esferas de
poder.
Y quién sabe… quizá hasta cambió de
nombre para un proyecto más secreto y clasificado que nunca llegaremos a
conocer.
Fuentes:
UFO
FBI Connection (Bruce Maccabee)
Edward Ruppelt (1956): El
informe sobre Objetos Voladores No Identificados.
Wikipedia
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