Por Martha Jacqueline Iglesias Herrera
En
entrevistas realizadas en este espacio he abordado el tema de la psicoquinesis
en relación con los Ovnis. He partido de la hipótesis que establece la supuesta
capacidad que tiene la mente para influir sobre la materia y energía sin causa
mecánica observable y desafiando el espacio y el tiempo.
Precisamente,
es basándome en la evidencia física de estos fenómenos que me dispongo a
abordar cierto revisionismo tanto en torno al fenómeno OVNI como a los casos de
los supuestos milagros alrededor del misticismo que tienen lugar en nuestro
mundo.
Para
empezar, quiero hablarles de San Genaro. Se trata de un obispo, mártir y santo
patrono de Nápoles (Italia). Según una documentación citada por el medio
italiano Famiglia Cristiana, desde el año 1389 tiene lugar un prodigio cuyo
centro es la sangre del mártir.
Se cuenta
que la sangre seca del mismo se conserva en dos ampollas de vidrio en la
Capilla del Tesoro de la Capital de Nápoles. La misma se licúa ante el asombro
de los fieles tres veces al año: el sábado anterior al primer domingo de mayo
(en recuerdo de la traslación de sus restos a Nápoles), el 19 de septiembre (en
su fiesta litúrgica) y el 16 de diciembre (en el aniversario de su intervención
para los efectos de una erupción del volcán Vesubio en 1631).
Este proceso
se dice puede tomar horas o, incluso, días y, en ocasiones, no sucede.
Podemos
preguntarnos, ¿qué efecto provoca que la masa sólida de sangre oscura que se
encuentra en las ampollas contenidas en un relicario, se licúe mientras el
Arzobispo lo sostiene en tanto los fieles rezan? ¿Qué efecto conlleva a que
bajo el influjo de estos rezos la sangre se torne roja y empiece a burbujear?
Pues bien,
el físico Helmut Schmidt ha demostrado científicamente que los seres humanos
pueden influir psicoquinéticamente sobre la conducta causal de las partículas
subatómicas. Por lo que atribuye que muchos de los efectos fisiológicos
producidos por los OVNIS como quemaduras, conjuntivitis, cicatrices, úlceras… estén
relacionados con los efectos radiactivos de la psicoquinesis.
En torno al
misticismo Schmidt también atribuye los estigmas a este fenómeno. Tal es el
caso del cadáver de San Francisco de Asís que tenía alteración en la piel de la
mano como si un clavo lo hubiera atravesado, o el corazón de Santa Teresa que
presentaba después de su muerte marcas en forma de flechas, o el Padre Pío
cuyas heridas eran circulares del tamaño de una moneda y jamás se infectaban,
inflamaban ni supuraban. Cabe destacar, que se plantea que casi todos los
milagros realizados por grandes santos han sido duplicados por físicos de todo
el mundo, sin olvidar que tanto el Padre Pío como Santa Teresa eran famosos
también por sus dotes psíquicas.
Pero ¿cómo
podría explicarse el caso de la sangre de San Genaro basados en esta teoría? Según
las consideraciones de Schmidt podríamos especular que la imaginación colectiva
del conjunto de fieles unida telepáticamente con un psicoquinético desconocido
daría lugar al supuesto prodigio.
Ya para
concluir diré que aún nos falta mucho camino por andar tanto en lo relativo al
fenómeno OVNI como en torno a los milagros del misticismo. En el primer caso,
nos quedaría pendiente si tendría sentido hablar de fenómenos psicoquinéticos
cuando pilotos entrenados relacionan señales de radar con avistamientos de
naves volantes (a pesar de la afirmación de que la psicoquinesis humana puede
influir en cierta medida sobre sistemas mecánicos y de computación). Pienso que
reducir las evidencias del fenómeno OVNI a un componente psicoquinético
meramente sería ignorar las incontables observaciones de rigor que apuntan a un
fenómeno natural y físico. Como diría mi amigo y colega Orestes Girbau es
necesario preparar el ambiente psicosocial que antecede a las primicias y
pienso que muchos gobiernos no seguirían gastando ingentes sumas de dinero en
la investigación de un fenómeno del que no se ha dicho la última palabra y que
continúa removiendo el piso de los investigadores que, aunque están privados de
una metodología o disciplina reconocidas con las cuales sustentar sus
descubrimientos, continúan examinando y considerando este mensaje primigenio
que nos viene de los cielos de todo el mundo.
En el caso
de los milagros del misticismo, quedaría abierta a nuestra consideración la
influencia del simbolismo, la cultura y la historia. No debemos olvidar, que la
conciencia no es lo único que puede responder a un significado externo, también
puede responder el cuerpo lo que nos da la medida que la naturaleza del
significado externo es a la vez también físico y mental. Estamos rodeados de
milagros a toda hora, basta observar el mundo que nos rodea, la realidad
manifiesta que nos incluye. Por eso pienso que la explicación psicoquinética
pudiera no ser definitiva a pesar de sus evidencias científicas.
LA FE PUEDE
MOVER MONTAÑAS.
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